Terminaron las Olimpiadas con polémica en el boxeo por la evidente superioridad física de la competidora Imane Khelif sobre sus rivales femeninas. Previamente la Asociación Internacional de Boxeo ( IBA) la excluyó de los mundiales por ser portadora de un cariotipo XY propio del sexo masculino. Similar polémica recayó sobre la taiwanesa Lin Yu-ting. Está claro que el COI no siguió el mismo criterio. He leído de todo al respecto y no me ha quedado finalmente ni medio claro cual es la situación biológica real de ambas púgiles. En lo único que no he tenido dudas (porque lo he visto) es en la diferencia de corpulencia con respecto a sus contrincantes. A las pruebas me remito plasmadas en sus medallas. Me llamó la atención un artículo en este mismo diario titulado " Hermafroditismo verdadero" de José Miguel Ruiz Valls en relación a esta compleja polémica. Pero... ¿era este el caso?.
El hermafroditismo en sentido estricto, es decir, la existencia de tejido sexual masculino y femenino en una misma persona es extremadamente raro aunque posible siendo el cariotipo (el conjunto de los cromosomas) más frecuente 46 XX. El que un embrión se desarrolle varón o hembra depende del gen SRY situado en el brazo corto del cromosoma Y de los varones ( cariotipo 46 XY). Las hembras, al no poseer dicho gen ( cariotipo 46 XX) desarrollarán un fenotipo femenino. La presencia del SRY diferencia el tejido gonadal hacia la formación de los testículos que comenzarán a producir testosterona, es decir hormonas masculinas que promueven la atrofia de determinadas estructuras internas y el desarrollo de otras, lo que finalmente dará lugar a los órganos sexuales internos y externos. Todo esto sucede en el interior del útero materno. Posteriormente y ya en la pubertad el perfil hormonal de varones y hembras dará lugar a la aparición de los caracteres sexuales secundarios.. En este proceso descrito de modo muy esquemático pueden aparecer anomalías que darán lugar a los denominados estados intersexuales, también bastante raros. De este modo la ausencia del gen SRY por una mutación puede dar lugar al Síndrome de Swyer, es decir, una persona de rasgos femeninos a pesar de poseer un cariotipo XY. O en el Síndrome de La Chapelle la translocación (ruptura del fragmento de un cromosoma que se une a otro diferente) de una fracción cromosómica que contenga el gen SRY puede dar lugar a un varón XX. También pueden producirse problemas en el proceso de fabricación de las hormonas esteroideas sexuales que se sintetizan en las gónadas y en las glándulas suprarrenales. De este modo la ausencia de un enzima ( son proteínas que en el organismo facilitan reacciones químicas) puede hacer que se acumule un producto, por ejemplo la testosterona (presente aunque en menor cantidad también en las hembras) dando lugar a enfermedades que se caracterizan por una virilización mas o menos intensa en las mujeres genéticamente XX y otros diversos problemas físicos. Bien al contrario, la ausencia o falta de sensibilidad de los tejidos del cuerpo a la testosterona por un problema del receptor celular da lugar al síndrome de Morris que son personas con cariotipo masculino XY pero con una total apariencia femenina, solo que son estériles y presentan unos testículos atróficos (no tienen ovarios) que es preciso extirpar por riesgo de desarrollar tumores malignos.
La genética determina la biología y por tanto el fenotipo (es decir el aspecto físico).Los hombres tienen en general mas fuerza física y desarrollo muscular que las mujeres. Por eso sería una gran desventaja para ellas en la mayoría de los deportes olímpicos competir con varones. Peor todavía, la genética está en la base incluso de ciertas tendencias innatas de varones y hembras (los que tienen descendencia y ojos para ver suelen observar dichas inclinaciones desde bebes) que al traducirse en conductas se encuentran también muy influidas por las normas, disposiciones, costumbres, valores y expectativas de la sociedad en la que se desarrolla la persona. Sí, son esos roles sociales que tanto manosea la cultura "woke" actual y que, siento decirlo, no son solamente construcciones sociales. En resumen, el sexo es claramente dicotómico y los estados intersexuales siempre han sido considerados una patología que podía acarrear consecuencias graves y por tanto debía ser tratada. La moda actual de crear individuos intersexuales artificialmente en base a sentimientos muy influidos por la omnipresente propaganda "woke" me parece un disparate de proporciones bíblicas. Los gustos que uno tiene en cuanto al comportamiento amoroso, sexual, profesional y personal son en cambio tan variados como personas viven en este mundo. No es preciso, en serio, crear pacientes intersexuales en función de una ideología enloquecida que contradiciéndose a sí misma, califica y valora los comportamientos como masculinos o femeninos para acto seguido señalar una posible disforia de género. Dicho de otro modo los hombres suelen preferir unas cosas y las mujeres otras pero sin exclusividad alguna.
Pero volvamos al mundo del deporte. En realidad la administración indiscriminada de hormonas a los niños no es un fenómeno actual. Ahora se realiza por efecto de una ideología desquiciada pero ya se practicaba mucho antes en el mundo del deporte. Las Olimpiadas de los años 70 y todavía en los 80 vivieron una explosión de medallas para los países del viejo bloque soviético que con ello obtenían prestigio y propaganda. Especialmente llamativo era el caso de la República Democrática Alemana, que con una población de poco más de 17 millones de habitantes se colocaba en el tercer puesto del medallero sistemáticamente y sólo tras EEUU y la URSS con poblaciones infinitamente superiores. Claro, pero todos veíamos el aspecto masculino de muchas de sus atletas. Las deportistas eran tratadas con anabolizantes, lo cual se tradujo en indudables éxitos deportivos entonces, para individualmente pagar el precio correspondiente después, con numerosos problemas físicos y psicológicos para aquellas desgraciadas competidoras.
Se dice que Imane Khelif produce un exceso de testosterona. Bien, supongamos que así sea. A nivel individual es perjudicial para ella, lo mismo que lo fue para aquellas infortunadas atletas alemanas en los años 70. Por tanto debería ser tratada. A nivel deportivo se trata de una clara ventaja sobre sus rivales femeninas. Como ya se demostró con las deportistas virilizadas de las Olimpiadas de México, Munich o Montreal que obtenían un número desproporcionadamente alto de medallas. Por supuesto que como una institución política que es, el COI tomará las decisiones en función de los grupos de poder que en cada momento influyan y todos sabemos cuales son. Esos que impiden la participación de Rusia pero no ponen inconveniente en la de Israel. En definitiva, lo de siempre.
Personas intersexuales han existido en toda la historia. Pero si hablamos de estados intersexuales no nos referimos a hombres que se excitan vistiéndose de mujer o a los primogénitos de la Polinesia inmortalizados por Gauguin (los famosos Mahu ) sino a una condición patológica que precisa tratamiento en muchos casos. No es preciso que los creemos artificialmente ni para el deporte ni para satisfacer una ideología. A título anecdótico y mitológico la palabra hermafrodita deriva del nombre del bello hijo fruto de la infidelidad de Afrodita con Hermes. Abandonado por su madre, una náyade del lago se enamoró de él con tanta pasión que Zeus se compadeció y les fusionó en un solo cuerpo y es por eso que se transformó en alguien con los dos sexos. Ya vemos que el hermafroditismo es fruto del amor posesivo. Bueno, sólo en la mitología. Aunque para Platón todos los seres eran originalmente andróginos y tan insolentes que les castigó con un rayo, separando ambos sexos que, desde entonces, no dejan de buscarse para unirse de nuevo. Todo esto no son sino bellos mitos. A veces los humanos los transformamos en pesadillas.