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IV Congreso del Partido Feminista de España

10 de Abril de 2025
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IV Congreso PFE

Elpasado 5 de abril se celebró el IV congreso del Partido Feminista de España. Desde que constituimos el partido en 1979, con más de cuatro decenios de trabajo, podemos asegurar que ni las motivaciones que nos llevaron a crearlo ni los objetivos que nos hemos propuesto ni la ideología que elaboramos han cambiado sustancialmente. Porque, desgraciadamente, tampoco ha cambiado la situación de nuestro país, y ha empeorado notablemente la de otros. 

La doctrina queer y la ofensiva trans

En este espacio de tiempo de 4 años y medio, entre otros cambios y turbulencias, se ha producido, con una rapidez desconocida para otros fenómenos, el auge de la difusión de la doctrina queer, que como una infección se expande en el seno del Movimiento Feminista, en las Universidades, en las escuelas e institutos, en los partidos políticos, en las asociaciones civiles, en los medios de comunicación y ha llegado hasta el Parlamento logrando que se aprobara por una mayoría lograda con la alianza de diversos partidos la llamada ley trans, que niega la naturaleza biológica de los dos sexos de la especie humana.

La agria polémica se ha suscitado provocando el enfrentamiento entre las dos tendencias del MF, la que defiende el carácter emocional e ideológico de la construcción de los sexos y la que se basa en las investigaciones científicas desde hace varios siglos que explican que desde el momento de la unión de los gametos masculinos y femenino, el sexo del ser humano está determinado de por vida.  Semejantes especulaciones introducidas en España desde las cátedras estadounidenses han sacudido al Movimiento Feminista, quebrándolo y ocasionando diversos perjuicios de los que las feministas más veteranas y luchadoras hemos sido víctimas. Un personaje que se hace llamar Mar Cambrollépresentó una querella criminal contra mí, por delito de odio, en la Fiscalía correspondiente, por haber firmado un manifiesto del Partido Feminista, como representante del mismo, en el que nos oponíamos al proyecto de ley trans que se aprobó más tarde en el Congreso. Se inició el proceso impulsado por la Fiscalía y durante un año hube de estar recabando pruebas y consultando a mi abogada, hasta que después de mi declaración en sede judicial se archivó, entendiendo que nuestra crítica correspondía al ejercicio de la libertad de expresión que garantiza la Constitución.

Pero aquí no concluyeron las pesadumbres que han afligido a escritoras y escritores, dirigentes de partidos, feministas y políticas , profesoras y expertas en educación, que han sufrido agrias y soeces críticas, y hasta ataques físicos en lugares públicos, como la escritora Lucía Echevarría, el filósofo José Errasti, la abogada Paula Fraga. Yo he sido amenazada de muerte en las redes sociales por un individuo camuflado bajo un nombre de mujer, que mi abogada Irene Álvarez ha logrado que la policía identificara y contra el que la Fiscalía presentó querella criminal, y cuyo juicio se celebrará el próximo 9 de mayo.

La polémica trans tiene protagonismo en todos los aspectos de la lucha feminista, logrando que se hayan aprobado en España además de la ley estatal, catorce leyes autonómicas que permiten el cambio registral de sexo y nombre por el solo deseo del interesado, y así se han introducido “mujeres” trans en las competiciones deportivas femeninas, en los servicios públicos y hasta en las prisiones de mujeres. Las consecuencias más penosas de este absurdo e insólito cambio legal son las que afectan a los menores que pueden ser hormonados y hasta castrados y mutilados por su sola decisión.

La Ministra de Igualdad, cargo sorprendentemente entregado por el Presidente Sánchez al partido Podemos y desempeñado durante varios años por la incompetente y fanática Irene Montero, ha sido la impulsadora de semejantes despropósitos, con una pasión para la que no encuentro explicación, a menos que obtenga beneficios que desconocemos.

Situación internacional

Si la situación española no provoca muchas alegrías, la internacional llena el alma de horror y tristeza. No hay palabras con las que describir el sentimiento de derrota ante la contundente victoria electoral de Donald Trump, y de caminar hacia un conflicto mundial, sino la hecatombe nuclear, en el enfrentamiento bélico de Rusia y Ucrania, amén del propósito del gobierno israelí de borrar de la faz de la tierra al pueblo palestino.

 Crece la indignación cuando se escuchan las declaraciones de nuestros gobernantes democráticos de la Unión Europea, el continente más avanzado, próspero e igualitario del planeta. La hipocresía y la mentira con que los gobiernos de los países occidentales y sus voceros- políticos, filósofos, profesores, medios de comunicación- describen la masacre de la población de Gaza por el ejército de Israel, debería ser motivo del alzamiento de los pueblos europeos contra sus gobernantes, que son cómplices del propósito del gobierno israelí de eliminar a los palestinos de su territorio. 

La primera afirmación, que se repite interminablemente en las declaraciones de nuestro Presidente de Gobierno, así como de los demás gobernantes europeos y estadounidenses, es que los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza se producen como respuesta al ataque de Hamás el 8 de octubre de 2023 a los israelíes que participaban en una fiesta. Es un insulto a la inteligencia del pueblo español que nuestro gobierno pretenda hacerle creer que el enfrentamiento entre Israel y Palestina comenzó el 8 de octubre de 2023.

La verdadera historia de esta tragedia interminable, en la que Israel está practicando el genocidio de la población palestina, tiene su comienzo cuando una vez terminada la Segunda Guerra Mundial en 1945, al amparo de las organizaciones pro-Estado de Israel se produjo una migración masiva organizada a los territorios palestinos, que Gran Bretaña fingió impedir, cuando cientos de barcos cruzaban los océanos, camino de Palestina, para transportar allí a miles de judíos de todas partes de Europa y EEUU.

El pueblo palestino sufre desde hace setenta y cinco años la tiranía del gobierno israelí, ha vivido la diáspora más numerosa del mundo, le han bombardeado las casas, las escuelas y los hospitales, siendo las mujeres y los niños las principales víctimas, y está encerrado en la cárcel al aire libre de la Franja de Gaza, sin que se aviste una solución que cumpla la Declaración de los Derechos Humanos de la ONU de 1948.

La ignominia de los países occidentales. La tragedia de las mujeres en Afganistán

El Partido Feminista de España denuncia la infame situación que están padeciendo las mujeres en Afganistán desde la vergonzosa retirada de las tropas occidentales hace dos años, en la que participó España con una indescriptible sumisión a las órdenes de Estados Unidos, abandonando a la población afgana, y especialmente a sus mujeres, bajo el despótico poder de los talibanes, sin sentirse responsables de la situación en que dejaban sumidas a las mujeres.

Los medios de comunicación explican que se ha prohibido toda enseñanza a las muchachas a partir de los 12 años, siendo el único país del mundo que no permite que las mujeres tengan escolarización ni accedan a la enseñanza superior.

Se obliga a casarse a las niñas de pocos años con hombres de cualquier edad, incluso aunque ellas se opongan. Se ha visto la grabación de una niña obligada por la madre y otros hombres a firmar el acta de matrimonio, sujetándole la mano y dándole empujones mientras se resistía y lloraba desconsoladamente. 

Las mujeres no pueden salir a la calle más que tapadas totalmente por esa vestimenta llamada burka que solo deja un espacio mínimo para los ojos, velado por un enrejado, y deben hacerlo siempre acompañadas por un hombre, de otro modo las detienen y apalean.

Las mujeres no tienen derecho alguno a votar, trabajar asalariadamente, ejercer de profesoras, médicas, juezas, secretarias. Han despedido a las que antes desempeñaban esos empleos y se encuentran sin ingresos condenados a la extrema miseria. No pueden practicar deportes ni participar en competiciones nacionales ni internacionales. Tampoco pueden ser atendidas por médicos varones, con lo que están abandonadas en la enfermedad. 

La represión se ejerce continuadamente sin piedad. Los castigos corporales, la prisión, el repudio de la familia, las esperan como pretendan estudiar, trabajar, ganar un salario, permanecer solteras o viudas, o casarse con el hombre que elijan.

Ante esta intolerable situación de más de la mitad de la población afgana en el primer cuarto del siglo XXI, la llamada “comunidad internacional”, es decir, los grandes Estados capitalistas occidentales, permanecen indiferentes. A la retirada de sus tropas de ese país se ha sumado que les han negado las ayudas económicas que antes recibía el gobierno afgano para atenciones sociales, con lo que han hundido en la miseria, la enfermedad y la muerte prematura, a la mayoría de la población. La ONU ha declarado que Afganistán es el peor país del mundo para que vivan las mujeres.

Este genocidio perpetrado por el gobierno talibán no provoca la indignación del mundo occidental avanzado ni impulsa a los gobiernos llamados democráticos a plantear medidas contra esos criminales, que los obliguen a detenerlo. Las mujeres afganas se quejaron patéticamente hace unos días de que todo el mundo las ha abandonado.

Esa comunidad internacional que se opuso tan tajantemente al apartheid sudafricano ahora muestra su peor indiferencia porque la mayoría de las víctimas son mujeres.

El Partido Feminista convoca a todo el Movimiento Feminista a que inicie acciones de solidaridad con las mujeres afganas, presionando al gobierno de España, a las ONG que operan en nuestro país, a los partidos políticos democráticos, y a las grandes corporaciones económicas, para que aprueben medidas de presión sobre el gobierno talibán, a fin de que elimine las prohibiciones y represiones que ejerce sobre ellas.

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