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Juan Carlos se queja de haber sido robado

30 de Septiembre de 2024
Actualizado a las 21:19h
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Juan Carlos se queja de haber sido robado

De todos los calificativos que pudo haber elegido el emérito para para justificar su libro de memorias, la que ha utilizado es, sin duda alguna, el más desafortunado Ha declarado: "Tengo la sensación de que me están robando el relato de mi propia historia".

Muy desafortunado en verdad porque el verbo robanos trae a la memoria los muchos delitos fiscales, al menos, por los que no poder ser denunciado por inviolabilidad, prescripción, regularización, etc. etc. Con este gran historial con la hacienda pública, cualquier consejero que, se supone debe tener bastantes, debería de haberle aconsejado que no utilizara el verbo robar en toda su vida, pero…  

Desafortunado, porque si alguien ha robado su propio relato ha sido él mismo, hasta el punto de que su hijo, cuando trascendió que su padre era beneficiario de una sociedad vinculada a una donación de 65 millones de euros de Arabia Saudí, actuó renunciando a su herencia y, al mismo tiempo, le retiró la asignación de dinero público que tenía reconocida en los presupuestos.

Y, sobre todo, porque la acción es muy desafortunada por injusta, porque no hay ningún caso, en la historia moderna de España, que un gobernante que haya gozado de un reconocimiento político y de tal cariño popular que, en algunos momentos llegó a ser multitudinario sino unánime. Durante décadas, el emérito pudo ir escribiendo el relato que le dio la real gana sobre su vida y milagros, con la tranquilidad de saber que medios y partidos lo repetirían al dictado.

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Pero, justo ahora, han aparecido unas fotos del emérito con Barbara Rey que, al parecer tomó su propio hijo i, entre Pilar Eyre y especialmente el coronel Amadeo Martínez Inglés autor del libro: “Las 5000 amantes del rey” (Amazon.es) desmontan lo que le habría gustado publicar.

Solo el “Capricho” de la Barbara costó al erario publico más de 600 millones de pesetas, el equivalente a 12 pisos por valor de 50 millones cada uno en la década de los 80. ¿No se quejó entonces del robo hecho al estado para tapar sus vergüenzas? Pero ahora de queja del robo de la historia de su vida. ¿Todavía habrá gente que compre su libro?

Juan Carlos pudo redactar, a su antojo, el relato que más le favorecería, cómodamente instalado y estando rodeado de una pléyade de aduladores y, no lo olvidemos, por razones de estado, lo que también incluye el relato de su papel auténtico en el golpe de estado del 23 de febrero de 1981.

Les invito a ver el comentario de la periodista Ángeles Caballero en el programa diario de Ángels Barceló.

Casi nada es normal

Ahora tiene 86 años, se enfrenta al juicio de la historia y debe de considerar injusta su caída en desgracia, sobre todo porque muchos que ahora lo niegan se aprovecharon de él. Pero nadie le ha robado nada.

 

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