A Juana no la condenó la inquisición por usurpar una identidad masculina, y demostrar que cualquier mujer está capacitada para liderar. No, a Juana se la condenó a la hoguera por crear su propio camino, por escuchar y hacer caso a una voz en su interior, más allá de lo que hoy llamamos conciencia.
Juana se atrevió a declarar ante el alto tribunal que repartia justicia (divina) por aquella época, que escucho a Dios en su interior, y decidió seguir sus sugerencias. Es decir, se atrevió a pasar en quinta de lo que le pastoreaba el prelado de turno, como interpretación a un compendio patriarcal de los evangelios.
Juana fue libre, Juana se realizó así misma, escuchando esa voz interior, y haciendo caso a esa voz interior.
Te sugiero, no te aconsejo, solo sugiero, –el matiz legal es importante–, que te atrevas a escuchar de forma empática y activa esa voz, que emana de lo más profundo de tu interior, de esa Caja de Pandora donde escondes tus miedos ancestrales, y tras escucharla, te atrevas a validar con gaseosa alguna de las sugerencias que te plantea, en modo teórico, reflexionando que ganas y que pierdes si la llevaras a la realidad, a ese espacio donde o comunicar a los demás algo, o eso no existe.
Seguramente, te dé pánico, debido a que irá en contra de los valores heredados familiares, sociales, o incubados por tus propios miedos, esos son los peores, los que hacen que construyas una cárcel limitante que limita expresarse en varios de tus registros de personajes para la obra de teatro que actuamos a diario.
Muchas de las veces, cuando lo compartes con tus hasta el momento iguales, la mayoría de las veces, es cierta indiferencia, al estar cada ser preocupado por su existencia o la comodidad de la misma.
Desde hace unos meses, cada semana, me reencuentro con una persona –casi todas mujeres– que se atreve a contarme que escucha de forma activa esa voz, que canaliza una información, que resulta instructiva y práctica para su ser, y proporciona calma a su alma, en la gran incertidumbre que en sí misma genera, al soltar amarras de la certidumbre de las normas adoptadas, aunque siga representando su papel para llegar a final de mes.
Esa voz la escucho desde niño, la he hígado mil veces, al no comprender para qué existía ella y yo.Hoy es momento, de ser, de actuar, desde el interior de cada ser, es donde está la información innata, la nuestra, la que nos guía vida tras vida.
La revolución ya no es armada, sino amada, silenciosa, desde dentro, invisible, calmada, hasta que un día ves, que no es un solitario, si no, que a la octava, el peón se convirtió en reina. Aunque, nos esperan entre 2 y 7 años de supuestos enfrentamientos patriarcales, son las rémoras de algo que ya no existe, porque tú has dejado de confiar tu vulnerabilidad en su certidumbre.
Solo puedes cambiar ciertos aspectos de tu ser, pero son esos aspectos, los que incidirán de forma silenciosa en tu entorno, un estornudo tuyo no cambia nada, pero 8.000 millones de estornudos a la vez, resuenan en el universo.
GO!