D. Rodrigo Borja en su “Enciclopedia de la Política”, establece que “comulgar con ruedas de molino” espretender que alguien comulgue, en lugar de con una hostia consagrada, con las gigantescas ruedas de piedra de los antiguos molinos, lo cual resulta tan absurdo que su expresión ha servido para denotar el grosero intento de engañar a alguien con embustes de tal magnitud que nadie se los “traga”. La frase es, en realidad, poco imaginativa y nada tiene de sutil, pero se usa con frecuencia para señalar el engaño burdo a una persona.
El símil anterior, tal y como está planteada la tan comentada “Agenda 2030” (BOE 121 del 21 mayo 2021. Sec I) y el desarrollo de los acontecimientos al respecto, viene como anillo al dedo para describir la situación actual, al menos en lo que a medioambiente se refiere y a su más que dudosa efectividad.
La Ley 7/2021, de 20 de mayo, de cambio climático y transición energética emitida por nuestra jefatura del Estado al objeto de alinearse con los acuerdos alcanzados en la 21.ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático («Acuerdo de París»), establece una serie de medidas en nuestro país que vienen a derivar, entre otras, en la aplicación de determinadas normas y restricciones que nos están intentando imponer, tales como el establecimiento de unas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) que, de manera indiscriminada y al libre albedrío de cada municipio en tiempo y forma, se están intentando llevar a cabo.
Veamos el porqué de mi afirmación respecto a la “dudosa efectividad”:
Tal y como consta en la ley anteriormente mencionada, el objetivo principal del «Acuerdo de París de 2015» es el de obtener el compromiso de todos los países firmantes de establecer los mecanismos y actuaciones necesarias para mantener el incremento de la temperatura media global del planeta por debajo de los 2 °C respecto a los niveles preindustriales e, incluso si es posible, por debajo de 1,5 °C.
De entre los 191 países que han participado en dicho acuerdo, la Unión Europea y todos los países que la componen han adquirido el compromiso de convertirse en el primer continente “climáticamente neutro” antes del año 2050.
Pues bien, en la siguiente tabla podemos ver el ranking de los cinco primeros países emisores de CO2 (datos oficiales a fecha de 2022) y su posición respecto de los compromisos alcanzados en el «Acuerdo de París» (según un informe de las Naciones Unidas).
País | CO2 total en megatoneladas | Postura con respecto al acuerdo de París | |
1 | China | 12.667,428 | Solo ratifica el acuerdo para las regiones administrativas especiales de Hong Kong y Macao. El 0,03 % de la superficie total de China |
2 | Estados Unidos | 4.853,780 | El 4/11/2015 EE. UU. se retira del acuerdo. El 20/01/2021 vuelve a aceptarlo. |
3 | India | 2.693,034 | Afirma que sus leyes particulares ya cumplen con el acuerdo y no debe hacer nada especial. |
4 | Rusia | 1.909,039 | La Federación rusa afirma que no está incluida en el anexo II de la convención y considera inaceptable el uso del acuerdo. |
5 | Japón | 1.082,645 | Ratifica el acuerdo el 8 de noviembre de 2016 |
… | …………. | ……………….. | ………………………………………………………………… |
26 | España | 254,363 | Ratifica el acuerdo el 12 de enero de 2017 |
CO2 total mundial aportado en 2022: 37.304,11 Mt.
Es decir, de los cinco países más contaminantes del planeta (que aportan el 62,2 % del CO2 total), podemos considerar que tres de ellos no ratifican o no se adhieren al acuerdo, uno lo hace seis años después y el quinto, aunque lo ratifica en tiempo y forma, continúa estando seis años después en el ranking de los cinco más contaminantes.
¿A qué conclusiones nos lleva esto?:
- Los 186 países participantes de dicho acuerdo (que sí lo han ratificado), o lo que es lo mismo los países que aportan el 37,8 % del total de CO2, (9,23 % correspondiente a la UE) se comprometen total o parcialmente a aplicar medidas restrictivas encaminadas a paliar el descontrolado exceso de CO2 (62,2 %) generado por los otros cinco que, por cierto, no se comprometen a tomar medida alguna o lo hacen de una forma totalmente insuficiente.
- En el caso de España (el 0,68 % del total), las medidas adoptadas actuales establecen medidas como las ZBE que, en el caso de capitales como Madrid o Barcelona (próximamente se incorporarán el resto de municipios de más de 50 000 habitantes hasta completar todo el territorio nacional), se pueden considerar las más restrictivas (yo diría abusivas) de la UE y, por consiguiente, del planeta.
- El medioambiente no tiene ni entiende de fronteras y afecta a todo el globo terráqueo por igual, luego las emisiones que genera un país afectan a todo el planeta. De la misma forma, es totalmente imposible que las restricciones aplicadas por un país o grupo de países concretos (p. ej.: la UE), sirvan para que dichos territorios se liberen del lastre medioambiental generado por el resto.
A todas estas conclusiones y alguna más que podríamos analizar, se suman determinadas circunstancias que agravan aún más la situación.
La finalidad última de las ZBE, tal y como nos las están imponiendo, está centrada en actuaciones encaminadas a eliminar, en un breve espacio temporal, la circulación de cualquier tipo de vehículo de combustión (da igual que sea de combustibles fósiles, sintéticos, etc.) y su total sustitución por vehículos con energía motriz de origen total (o de momento también parcialmente) eléctrica.
Uno de los problemas actuales inherentes a esta decisión, ya lo estamos viendo y lo están sufriendo los grandes productores europeos y americanos de este tipo de vehículos, no es otro que el elevadísimo coste de producción debido, en gran parte, al coste inicial de las principales materias primas (cobre, litio y tierras raras) que se requieren para fabricar la unidad motriz (el motor eléctrico) y la de almacenamiento de energía (las baterías). Como es lógico, estos costes se trasladan directamente no solo al precio final de venta, sino también al de sustitución o reparación de alguna de sus piezas básicas (las baterías) y a toda la cadena subsidiaria (coberturas de seguro de vehículos, talleres especializados, etc.)
Por otra parte, nos encontramos con el mercado asiático (sobre todo China e India), que no solo posee los principales yacimientos de esas materias primas como las tierras raras y el litio, imprescindibles para los motores y las baterías, sino que tiene unos costes productivos muy inferiores a los del resto del mundo, entre otros motivos, por la precariedad laboral y la inexistencia de trabas o limitaciones medioambientales que les permiten producir de forma desmesurada (ver tabla anterior) aun a costa de generar unas emisiones de CO2 desorbitadas.
En resumidas cuentas, en concreto en la UE y particularmente en España con la aplicación particular de las ZBE, estamos introduciendo y alimentando el mercado con vehículos eléctricos chinos a costa de destruir nuestro propio tejido industrial que no es capaz de competir en costes y sufriendo unas muy serias y prohibitivas restricciones, necesarias para paliar la descontrolada generación de CO2 de esos países (ajenos a la UE) para cubrir nuestra propia demanda.
¿Esta es la solución medioambiental que nos proponen?
Según el BOE 121 de 21 mayo 2021 Sec.I pág. 62011 y 62014 establece que:
- “…La Comunicación de la Unión Europea relativa al Pacto Verde Europeo («The European Green Deal»), de diciembre de 2019, establece una nueva estrategia de crecimiento que persigue transformar la Unión Europea en una sociedad justa y próspera, con una economía moderna, eficiente en el uso de sus recursos y competitiva, y con la finalidad de hacer de la Unión Europea el primer continente neutro climáticamente en el año 2050…:”
- “…Avanzar en una economía descarbonizada y segura implica aceptar un uso responsable de los recursos por lo que la ley, con carácter general, limita los nuevos proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos, minerales radioactivos y carbón en territorio español…”
- “…La transición a una economía descarbonizada requiere también de medidas que faciliten una transición justa para los colectivos y áreas geográficas más vulnerables. La transición hacia un modelo productivo más ecológico que sea socialmente beneficioso, en un país con altas tasas de desempleo como España, se logrará promoviendo la transición…”
¿Nos están haciendo comulgar con ruedas de molino o es solo cosa mía?