Antonio Aguado Sánchez

“La autoridad moral de Felipe González”.

11 de Julio de 2025
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felipe-gonzalez-fotoPSOE

Felipe González se erige como “redentor” en su oposición a Pedro Sánchez.  Lo acompañan entre otros Alfonso Guerra, Juan Carlos Rodríguez Ibarra,  Emiliano García Page, Javier Lamban y algo más en la retaguardia Susana Díaz. Su oposición a Pedro Sánchez es pública y notoria, pero lo hacen con argumentos que esgrimen el PP e incluso Vox.

Que Pedro Sánchez ha cometido muchas equivocaciones eso es innegable, En este sentido, no ha llevado a efecto hasta la actualidad suficientes políticas de izquierda de enfrentamientos con los poderes fácticos, como por ejemplo la creación de una banca pública que nos evite las arbitrariedades y extorsiones de la banca privada e igualmente, de una empresa energética publica que acabe con el oligopolio de las privadas. Los privilegios de la Iglesia siguen intactos y los de las grandes empresas sobre todo las del Ibex 35. Tampoco por el momento tal y como prometió no ha regenerado la democracia, empezando por el propio PSOE.

Nada de estos postulados ideológicos les importa a Felipe González y a quienes desde dentro del PSOE, practican una política de acoso y derribo a Pedro Sánchez. Lo que realmente les preocupa y es por lo que visceralmente se manifiestan, es la política de acercamiento a los partidos nacionalistas incluido los independentistas, aunque esto haya dado muy buen resultado, habiendo descendido el independentismo sustancialmente.

Esto venía ocurriendo debido a que los nacionalismos estatal y catalán, se han estado retroalimentando en sus políticas de confrontación. Sin embargo, desde las elecciones de mayo del 2024, la situación ha cambiado por no haber obtenido los partidos catalanes independentistas la mayoría necesaria para poder gobernar y es ahora, el PSC (Partido de los Socialistas de Cataluña)  el que gobierna con Salvador Illa de presidente. El conjunto de las organizaciones políticas no independentistas, obtuvieron el 52,71% de los votos y las nacionalistas independentistas el 47,29%. 

Otro tema de gran importancia y por el que Felipe González y sus seguidores, no están de acuerdo y vienen manifestándose en contra, es el de la amnistía para todas las personas que participaron en el Procés. Es tanta la inquina que le tienen a esta decisión política avalada por el Tribunal Constitucional, que no son capaces de reflexionar y analizar que, tanto por el resultado electoral con la presidencia de Salvador Illa y ahora también con la aprobación de la Ley de Amnistía, a la Sociedad Catalana, se le ha venido notando su distención y apaciguamiento, como desde hace mucho tiempo no ocurría.

Precisamente, desde que lo intentó José Luís Rodríguez Zapatero con la modificación del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Se llevó en aquel entonces la propuesta al Parlamento Catalán y fue aprobada por una amplia mayoría. Lo mismo ocurrió el 30 de marzo de 2006 en el Parlamento Español. Esto propició que Pascual Maragall en aquel entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, pronunciara la frase: “pasará a nuestra memoria colectiva como un día de celebración”, refiriéndose a la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía. Este fue refrendado en referéndum con el apoyo favorable del 74% de la ciudadanía catalana. De haberse llevado a efecto el problema independentista catalán estaría resuelto.

Sin embargo, el PP hizo una campaña burda y miserable en contra con manifestaciones y recogidas de firmas incluido y, recurrió al Tribunal Constitucional que lo modifico sustancialmente. Algo que no hizo con otros estatutos de autonomía como entre otros y el más ostensible el valenciano. 

Es evidente que Felipe González y su vieja guardia, no se han resignado a asumir que ya no ostentan la dirección del PSOE ni del Gobierno del país y que, han cambiado los tiempos y las políticas en relación a la época que ellos protagonizaron. Públicamente Felipe González se ha manifestado en contra de los casos de corrupción que se han detectado por dirigentes muy significativos “socialistas”, como han sido los de José Luís Ábalos y Santos Cerdán. Ambos habían sido hasta recientemente los secretarios de organización federales del PSOE.

Debido a lo que viene sucediendo es una crítica obvia, pero en el caso de Felipe González está cargada de mucha hipocresía, pues fue él como secretario general del PSOE y presidente del Gobierno (juez y parte, debiéndose acabar con esta grave anomalía democrática), quien primero implementó la corrupción con los tantos y muy graves casos que ocurrieron, en sus mandatos presidenciales de 14 años desde 1982 hasta 1996. Esto lo aprovecha como arma arrojadiza a Pedro Sánchez y de paso al PSOE al que dice no piensa votar y que su voto lo emitirá en blanco.

Como colofón, llegó a la indecencia de, aprovechando su paso por sus cargos orgánicos e institucionales, utilizando las “puertas giratorias”, pasar a formar parte del Consejo de Administración de Gas Natural-Fenosa entre 2010 y 2015, percibiendo un sueldo anual de 200.000 euros. Previamente y durante su presidencia, en 1992 estableció un sueldo vitalicio anualmente para los expresidentes del Gobierno de 80.000 euros. En este sentido, ya en 2020 había percibido dos millones de euros. Todo esto avala “su gran autoridad moral”.       

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