La humanidad se encuentra inmersa en una serie de crisis, como la pandemia, la crisis climática, la crisis geopolítica y la crisis en los Estados Unidos, entre otras. Es difícil determinar el origen de esta cascada de crisis. Nos enfrentamos a diversas situaciones problemáticas, como la crisis del ser humano frente a la inteligencia artificial, la crisis del conocimiento, la crisis tecnológica y la crisis ambiental, por mencionar algunas. Estas crisis complejas demandan la intervención de la filosofía, que busca contribuir al espíritu del tiempo, conocido como "Zeitgeist" en alemán. El Zeitgeist se refiere al conjunto de ideas erróneas aceptadas en un determinado momento.
La función de la filosofía radica en aclarar los supuestos y prejuicios de la sociedad. En la época actual, la filosofía se vuelve indispensable, ya que nos enfrentamos a la incertidumbre sobre nuestra identidad y nuestros deseos para el futuro. Esta dinámica situación requiere la presencia de la filosofía en todos los niveles, no solo como un conocimiento académico, sino como una práctica reflexiva en torno a cuestiones éticas.
Por lo tanto, surge la necesidad de una ética para tiempos oscuros, que defienda la importancia de la ética para todos. En este sentido, lo que estamos presenciando actualmente podría considerarse incluso una traición a nuestra propia especie.
A lo largo de los últimos dos mil quinientos años, la filosofía ha sido la única institución que ha surgido con el propósito de determinar lo verdaderamente importante. Aunque existen instituciones para diversos propósitos específicos, ninguna otra se dedica a definir lo fundamental como lo hace la filosofía.
El problema radica en que, al intentar definir lo importante en la totalidad de la vida, debemos recurrir a un discurso que no esté limitado por ninguna especialidad en particular, sino que abarque la totalidad misma. En este sentido, considero que la filosofía ocupa una posición similar a la que tenía en los tiempos de Sócrates, ya que es la única forma de intervenir en situaciones en las que tenemos la libertad de elegir lo importante en una sociedad democrática.
Preguntar qué es lo importante resulta fundamental en estructuras sociales complejas como la nuestra. Debemos ejercitar esta reflexión, ya que de lo contrario, nos veremos inevitablemente obligados a adoptar la imitación, dogmas o reflexiones superficiales sobre lo importante. En este contexto, creo que la filosofía es la única institución capaz de enfrentar una situación social tan delicada como la que estamos viviendo, donde nadie posee una visión global. Al reflexionar sobre la totalidad de la vida, la filosofía busca configurar, o aspira a configurar, un arte de vivir.
Lamentablemente, considero que la filosofía ha perdido de vista esta perspectiva en su reflexión y en su búsqueda de identificar un arte de vivir que nos permita comprender la totalidad de la vida.