Según la Mitología Griega, existió un bandido llamado Procrustes que vivía en las colinas de la Ática.
Este bandido daba comida y cobijo a todo viajero que pasaba por allí.
En su posada, Procrustes tenía una cama de hierro en la que invitaba al visitante a pasar la noche, y una vez dormidos los ataba y amordazaba.
Según cuenta la leyenda a todo viajero que sobresalía de las medidas de dicha cama, Procrustes lo mutilaba para hecerle coincidir. Y a todo aquel que era más pequeño que las dimensiones de la cama lo descoyuntaba y estiraba hasta adaptarlo a las medidas. Evidentemente todos morían.
Algunas versiones cuentan que Procrustes tenía varias camas a conveniencia. Si el viajero era alto sacaba la cama pequeña y si era bajo sacaba la grande. Otra versión dice que tenía una cama modelable.
Nos puede parecer aberrante, digno de un loco psicópata y así lo parece..
Pero ¿qué es lo que solemos hacer nosotros con la gente que nos relacionamos?....
Cada uno de nosotros tenemos nuestra particular "Cama de Procrustes" a la que invitamos a descansar a los viajeros que vamos encontrando en nuestro camino y una vez en ella los mutilamos y estiramos a nuestra conveniencia para hacerlos coincidir con nuestro modelo del mundo, es decir, con nuestras creencias, nuestras percepciones y pensamientos de cómo es la realidad.
A lo largo de nuestra vida y sobre todo en la primera infancia nos han inculcado a fuego una serie de creencias de cómo son las cosas: el tema del orden, la educación, cuidadín con tu cuerpo, hay que compartir todo....incluso de cómo se hacen las camas, las comidas.......vamos un sinfín.
Más adelante vamos adquiriendo otras creencias a través de nuestras experiencias, aunque ya estamos muy condicionados por las inculcadas en la infancia.
Y así vamos elaborando nuestro modelo del mundo, de cómo deben ser las cosas, es decir, vamos construyendo nuestra singular "Cama de Procrustes".
En nuestra flamante y adorada cama vamos acostando a las parejas, a los hijos, a los padres, amigos, compañeros de trabajo, jefes, y demás personas que se cruzan por nuestro camino, dejando en muchas ocasiones un rastro de mutilados en el mismo.
Creer que nuestro modelo es el bueno e intentar meter a los demás en él es una de las grandes causas de nuestra infelicidad, estrés, tristeza, ira.......
Incluso es causa de guerras, intolerancia, racismo...
Normalmente no somos conscientes de ello, de pronto estamos estresados, o de pronto sale un enfado que en el mismo momento ya nos estamos arrepintiendo....
Sigue contándonos la Mitología Griega que fue el héroe Teseo el que en su viaje por la Ática matando bandidos se encontró con Procrustes y acabó con él.
Podemos encontrar a nuestro "Teseo" dentro de nosotros. Ser conscientes de la infelicidad que en ocasiones generamos a nuestro alrededor y a nosotros mismos es el punto de partida para solucionar el problema.
Si no somos conscientes de que tenemos un problema es imposible que hagamos algo para eliminarlo.
Comencemos por preguntarnos....
¿Qué medidas tiene mi "cama de Procrustes? ¿Me sirven para ser feliz?
Gracias por leerme...
Abrazos