La semana pasada, en Buenos Aires, hubo una marcha para oponerse al proyecto de Ley Bases que se estaba tratando en el Senado de la Nación y tras los desmanes acontecidos, muchos de ellos violentos que incluyeron la quema de varios contenedores, un móvil periodístico y varias bicicletas de alquiler de la Ciudad de Buenos Aires, hubo 33 detenidos.
La acusación del fiscal, en línea con la postura oficial, incluía delitos contra el orden público, sedición y el agravante de acciones terroristas por lo que pidió la prisión preventiva para todos ellos.
Pasado el tiempo solo quedan 5 detenidos porque la jueza interviniente liberó de culpa y cargo a la mayoría de ellos, que sin embargo se llevan en las espaldas casi una semana de detención en dependencias del Servicio Penitenciario Federal.
Causalmente, ninguno de los detenidos estuvo involucrado en la quema del vehículo de Cadena 3, incendio que ‘llamativamente’ el camión hidrante que se encontraba en las inmediaciones no procuró apagar. Y está claro que así fuera porque se necesitaba una imagen lo suficientemente contundente para ‘adoctrinar’ a la ciudadanía. Lo dijo Noam Chomsky hace un tiempo, es necesario crear un problema para después ofrecer las soluciones.
Son numerosas las imágenes que circulan en las redes sociales donde se muestra que mientras las fuerzas de seguridad atacaban a quienes marchaban…
O detenían a quien protestaba…
Se detuvo a gente que participaba de la protesta y a gente que, aún sin hacerlo, circunstancialmente estaba en el lugar equivocado. Porque no se buscaba esclarecer los hechos o prevenir nuevos ataques, se buscaba generar miedo.
Mientras tanto, gente ‘sospechosa’ y encapuchada atravesaba mansamente el control que la policía había dispuesto para ‘contener’ a los manifestantes.
Porque el objetivo no era detener a los revoltosos, que claro está deben ser puestos a disposición de la justicia porque no se pueden tolerar hechos de violencia aunque curiosamente ninguno de quienes, parecen claramente identificables en las imágenes de los desmanes más violentos, estuvo entre los detenidos por las fuerzas de seguridad, el objetivo era adoctrinar a la ciudadanía.
Si se criminaliza la protesta, quienes protestan son criminales. Porque lo que se procura es ‘meter a todos en la misma bolsa’ y lograr la desmovilización popular.
Y para ello, volviendo a Chomsky, apelan a los medios de comunicación, procurando apelar a lo emotivo, al temor, al sensacionalismo, para entonces, ante una nueva protesta, insistir en que será reprimido cualquier accionar violento. Y considerando que la última marcha se reprimió a gente que no tenía responsabilidad en los desmanes, más de uno repensará su participación en una nueva protesta. El espiral del silencio de Elisabeth Noelle-Neumann aplicado a la movilización popular.
El accionar es de manual, y lo están aplicando al pie de la letra.