13 de Junio de 2020
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Transcurrimos por la vida como un rio chocandocontra sus cauces, rozando y horadando el suelo de manera implacable, guiadospor un afán de huir del dolor y buscar el placer.

Hay dolores que saben a gloria, y glorias queno saben a nada. Se puede llegar a un lugar en el que se piense “que todo esvanidad” como decía el rey Salomón. ¿Qué es lo que importa sobre todo?, el paraqué. Para algo se construyeron las pirámides, y grandes templos, las obrasintelectuales, los largos caminos, los millones de utensilios que ha tenido elhombre. Ser que está rozando a los dioses, y atrapado por el fango, en unatensión de fuerzas está su alma que diríamos que se va a romper si no fuera dealgo inmaterial, de espumas de cielos, y orgullos altaneros de truenos yrelámpagos.

Se busca el querer significar, para uno, paratodo, sin saber que ya se tiene todo el significado posible debajo de lasuñas,  dentro de la piel mil océanos desoles esperan a ser descubiertos y vividos como amigos.

No sabemos que habrá detrás de la esquina,pero, por si acaso, nos llenamos de oro los bolsillos, ¿y si lo que encontramoses amor? ¿Qué haremos con el oro? Nos pesará y tal vez no nos deje elevarnos,volar y mirar desde arriba, saludando.

Cuando creemos que estamos de pie, firmemente,viene la vida y nos tumba, o nos hace brincar, según le plazca, porque escaprichosa, y solo ella sabe lo que pretende. Aunque hemos de estar tranquilosporque el final es un palacio sin precio, y una morada de plumas.

Si se pretendiera escoger entre lo bueno y lomejor, casi todos los humanos escogerían lo bueno, porque hay miedo a laexcelencia. Algo tendrá de pena, se suele decir, y eso nos obliga a volar bajo,no perdiendo de vista la costa.

Sin embargo, cuando la vida es más ancha escuando uno penetra en el misterio, y las noches ya solo son descanso y ocasiónpara soñar, ya no cuna de miedos y zozobras.

La dolce vita no es un lugar de caldosexquisitos, ni buenísimos manjares, e inmejorables habitáculos y lustrosasvestiduras. Es un corazón satisfecho, contento, en paz y en armonía con suángel, que vigila a su demonio y conoce sus trucos. Es saber que la vida tejesin cesar hilos de sueño, y nos provoca para que abandonemos lo que somos y nosesforcemos en mejorar, porque detrás de esa mejora hay oasis y una nuevaoportunidad.

Y es dolce porque es algo que no solo nosreconforta sino que nos ahonda y nos eleva, pero para eso hay que mirarla defrente sin saber si nos va a sonreír o sacar la lengua, con un gesto de burla.La vida es salvaje y sutil, se lo permite todo dentro del orden que ella mismatrae.

Cuando queramos vivir bien, sepamos primeroque vivimos desde dentro, que sentimos esas cosas que el que vive en nosotros siente como buenas o malas.

Y tengamos una intención pura las más de lasveces, generosa y amable. La vida es demasiado corta como para pasar mucho tiempoarrepintiéndonos.

Si nos llenamos de temor y de rencor tendremos que buscar el poder y el prestigio para engañarnos a nosotros mismos, y tal vez la admiración de los demás por no tener la satisfacción de hacer lo que teníamos que hacer, que casi siempre es sencillo aunque sea difícil, y requiera un esfuerzo de voluntad. La vida enseña que el camino más dolce es el que necesita más de nosotros mismos.

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