En estos días en que se está llevando a cabo la campaña electoral de las elecciones en Euskadi, ya se ha podido comprobar fehacientemente que no tiene nada que ver con lo que ocurre en el resto de este país incluyendo, por supuesto, a Cataluña.
Mientras en el resto de España la política está polariza, no, lo siguiente, por culpa de una derecha-ultraderecha, que han desistido de ganar las elecciones limpiamente presentando un proyecto de país que sea considerado y tenido en cuenta por la gente a la hora de votar, y se están dedicando, con el apoyo de su corte mediática, a ensuciar la situación hablando solo del caso Koldo y de la Amnistía.
¿No resulta chocante que, desde primeros de año, ni PP ni VOX, no le hayan hecho una sola pregunta sobre Economía al ministro del ramo? Y tampoco se han pasado en su preocupación por lo social, solo sabemos que, si fuera por ellos, no habrían subido el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), ni las pensiones al votar en contra en el Congreso de los Diputados. Tampoco muestran el mínimo interés con el Cambio Climático ni por lo que está ocurriendo en Palestina con el masacre de las huestes de Netanyahu en Gaza. Nada de esto es importante para ellos porque no tienen proyecto político que no sea gritar, agredir, e hiperbolizar todo lo que ocurre a nuestro alredededor. Y a todo esto, la Amnistía, es algo que afecta solo a Puigdemont y algunos más, porque la mayoría estará pronto en la calle, si es que están ya fuera de ella.
Sin embargo, cuando uno sigue las elecciones vascas en los medios de comunicación “normales”, los que informan y no deforman, nos encontramos con una campaña de guante blanco, en la que se presenta y discute sobre sanidad, vivienda, que es el problema más grave en la actualidad, educación, medio ambiente; es decir, lo que le interesa a la gente. Eso sí, VOX es un partido casi residual con sus opciones limitadas a obtener, como mucho, un diputado; y el PP, con mayor representación, es seguro que no tendrá nada que ver en la composición del futuro gobierno de Euskadi.
Como se puede ver, ambos espacios, Euskadi y el resto del país son como la noche y el día, en el primero todo es limpieza y claridad que resulta ser útil para el electorado; en el segundo todo es suciedad y confusión porque hay una parte que solo quiere que la gente se deje llevar por el griterío, echando el voto a los que más ruido hacen.
Y es que en este país, mientras el principal partido de la oposición, el conservador, en lugar de actuar como una derecha civilizada, que no se dedique a bloquear la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), a lo que ya no se apunta ni la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), la de los jueces conservadores, ni a convertir el Senado en un ente paralelo al Partido Popular, que hace y deshace a su antojo de forma destructiva más que constructiva, estaremos condenados a la obscuridad, a que en las campañas electorales no se hable de política económica, social, exterior, etc., y que lo que haya sea un ruido ensordecedor que apague cualquier intento de normalidad.
Vamos a ver si en la siguiente campaña que se nos viene a continuación, las catalanas, se aprende algo de las de Euskadi; todo un modelo a seguir.