Antes de las 9 de la mañana, al entrar en el recinto de la Feria de Valencia donde se está celebrando el 40 Congreso del PSOE, te encuentras con dos grandes paellas, de esas que se preparan en las fiestas de los pueblos o para batir un récord Guinness. Todo ello al lado de las carpas en las que los asistentes al Congreso tomaban anoche litros de alcohol.
Sin embargo, la «paellada» de Pedro Sánchez se ha convertido en luto para muchos socialistas que aún siguen creyendo en los valores que sustentaron al partido desde su fundación hace casi 150 años.
Los intereses del secretario general del PSOE se imponen a la ideología y se va a renunciar sin anestesia, a dolor, a valores que deberían ser irrenunciables, sobre todo en un momento en el que el socialismo necesita ser socialista, no socioliberal, socialdemócrata o, directamente, un remedio sin ideología que puede girar a cualquier lado según convenga a Pedro Sánchez. Un partido como el PSOE ha quedado sometido a la voluntad del «líder supremo» y esta tarde, en las comisiones del Congreso, se certificará la muerte del socialismo español.
Enmiendas republicanas
Esta tarde se debatirán una treintena de enmiendas presentadas por Izquierda Socialista, Juventudes Socialistas y el PSC en la que se insta al partido a avanzar hacia la III República y a la convocatoria de un referéndum sobre el modelo de Estado. Esta pretensión, además, está respaldada por muchas agrupaciones y federaciones. Murcia, por ejemplo, ha planteado que se vote sobre Monarquía o República en la próxima legislatura como muy tarde.
Sin embargo, lo que parecía que iba a ser un retorno a las esencias republicanas, se ha convertido en un avance hacia el apoyo casi fanático de la Monarquía. Fue Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, quien afirmó antes de que se celebren y debatan esas enmiendas que no iban a prosperar, lo que indica que se puede producir nuevamente el «tangazo» del 39 Congreso.
Hace 4 años, Juventudes Socialistas presentó una enmienda en la Comisión de Estatutos para que se declarara al PSOE como partido republicano. La enmienda fue aprobada.
Sin embargo, en un Congreso Federal en el que Pedro Sánchez se presentó como el paladín de la vuelta del PSOE a los principios ideológicos de la izquierda, esa enmienda fue tumbada en el pleno, algo que, por cierto, no había ocurrido nunca.
Sorprende que fuera Adriana Lastra, socialista asturiana, con la tradición de defensa de los valores del socialismo que hubo en Asturias a lo largo de la historia o la represión sufrida por los mineros, la que haya anunciado que se van a desestimar las enmiendas republicanas. ¿Dónde quedó el «Santa Bárbara bendita, tralaralará…».
Feminismo
Respecto a otro de los pilares fundamentales del PSOE, el feminismo y la lucha por la igualdad real, todo indica que se van a aprobar las enmiendas que reclamaban el cambio del término «sexo» por «género».
Sin embargo, la dirección del partido parece que pretende introducir algunas de las referencias incluidas en la Ley Trans de Irene Montero, algo que lo que las feministas del PSOE se oponen porque sería la destrucción del feminismo y la eliminación de la mujer como sujeto político.
Con esta información, toman mucho más valor las palabras de ayer de Carmen Calvo. «Hay batallas que son difíciles porque están enmascaradas de falsa libertad y falsa modernidad. Por eso estamos nosotros que no somos trileros, que sabemos lo que jugamos cuando gobernamos. Tenemos en las manos una España que tiene que hacer valer antes los derechos frente a lo económico. El socialismo es una propuesta igualitaria. El socialismo es patrimonio de muchas mujeres. El feminismo y el socialismo son las perchas de las que cuelgan nuestras ideas. Somos el partido de las clases medias y trabajadoras. Somos el partido de las expectativas de las mujeres. Ahí está la economía, la digitalización, el sostenimiento verde, pero el esqueleto de esta organización es el feminismo y el socialismo». Distintas mujeres socialistas han afirmado que «a pesar de su brillante discurso Carmen Calvo se esforzó, en algunos momentos, en bajar su nivel de ilustración para que Pedro Sánchez pudiera entenderlo».
Definitivamente, esta no es la fiesta del socialismo español, ni siquiera del sanchismo, en Valencia, entre paellas, gin tonics, mojitos, DJ’s y hectolitros de cerveza, el 40 Congreso debería pasar a llamarse «la gran fiesta de Pedro».