El médico investigador Boris Pérez recordó cuando, en el mes de marzo del año 2022, mediante Real Decreto-ley, se adoptaron medidas sobre el precio de la gasolina. Se planteó una bonificación mínima de 20 céntimos por litro, y el consumidor recibiría un ticket indicando el precio de la gasolina y la bonificación recibida.
A Boris le sugirió la idea de que esta situación podía convertirse en una paradoja de las que formulaba Zenón de Elea en la Grecia antigua, y así la describió:
Supongamos que un conductor quiere echar 50 euros en su depósito, y accede a un surtidor en el que el tipo de gasolina que va a comprar cuesta 1,800 euros el litro. Por tanto, lo que comprará serán 27,78 litros de combustible. Como deben aplicarle la reducción de 20 céntimos por litro, en la gasolinera le devuelven 5,56 euros.
Pero eso no es lo que quiere el conductor, que pretende echar gasolina por valor de 50 euros en su coche, así que pide que, en vez de devolverle dinero, le echen más gasolina por el importe de esa cantidad de vuelta: 5,56 euros, es decir, 3,09 litros de combustible.
Pero al echar esa cantidad, le vuelve a corresponder una bonificación de 20 céntimos por litro, y le devuelven ahora 0,62 céntimos. El conductor insiste. Quiere 50 euros de gasolina y que no le anden devolviendo monedas. Al siguiente intento le devuelven 7 céntimos y, lo que es peor, la cola de conductores esperando su turno está a punto de provocar un atasco.
Por eso Boris propuso que la mejor solución sería que se cobrasen 50 euros de gasolina, y que en el ticket se reflejara que le echaron 31,25 litros de los cuales 3,47 litros corresponden a la bonificación que se recoge en el Real Decreto-ley, y evitar el tema de los céntimos que dan tantos problemas. Al fin y al cabo, el litro de gasolina se está convirtiendo en un artículo de lujo.