Hace unas semanas tuve que proceder a efectuar una denuncia en la Guardia Civil, en un pueblo de la costa, y hace unos pocos días en otra ciudad cercana donde ejerzo, de nuevo pasé por el “cuartelillo”, a denunciar un tema de una suplantación de personalidad en las redes sociales. España, reconozcámoslo, es un país con muy poco delito violento; pero sí, mucho pequeño delito económico.Con gran sorpresa mía, en la una y la otra denuncia, figuraba al final el siguiente texto, que reproduzco textualmente:«Se le comunica que, en el caso de no ser identificado el autor del delito en el plazo de setenta y dos horas, las actuaciones no se remitirán a la autoridad judicial sin perjuicio de su derecho a reiterar la denuncia ante la fiscalía o el juzgado de instrucción. Y para que conste...»Es decir, que, si en 72 horas no pueden tener un “investigado”, esa denuncia va a dormir el sueño de los justos, porque ahí se acaba la labor de compromiso de investigación policial. Ni tan siquiera van a llevarla al juzgado.Es decir, que han dado a la policía carta blanca para archivar en el “limbo” aquellas denuncias que no les interesen. Ninguna autoridad controlará qué se investiga y qué no.Es decir que, como no les lleves de la oreja al ladrón, al abusador, al estafador, poco van a hacer. O, mejor dicho, nada. Y olvídate de si el denunciado es alguien con un cierto poder.Vamos a depender pues, de que si al policía le apetece investigar o si tienes “enchufe”; si es así, lo hará, y si se cansa o ve que la cosa puede serle complicada, pues “a joderse”. A la comisaría habrá que ir a partir de ahora, con el abogado y el periodista. Y si es un tema algo complejo, como RRSS o internet por medio, con el dictamen del Perito bajo el brazo.Se ve que lo que motiva al colectivo, es el casco y la porra, y el “a por ellos”. Ladrones, estafadores y resto de delincuentes, que atropellan al ciudadano corriente, están de enhorabuena, mientras éstos no se manifiesten.¡Felicidades!, no sé si ven que se han convertido en prescindibles para la ciudadanía.PostData: Estos días, la ciudad de Nueva York ya ha puesto en funcionamiento un servicio de policías robot, gestionado por una empresa privada, para suplir progresivamente a los “patrulleros”.
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