La economía, como todo el mundo sabe, es uno de los motores más importantes de la sociedad. Sin dinero muy poco se puede hacer. El progreso brillaría por su ausencia, innovar se convertiría en una odisea e, incluso, los derechos escritos en constituciones y leyes estarían, únicamente, para adornar el papel. De nada sirve que en una Constitución se disponga el “derecho a una vivienda digna” si no hay financiación para llevarlo a cabo. Y el dinero, a diferencia de los que muchos creen, no nace de los árboles. No se pueden financiar todas las políticas públicas que se deseen ni, mucho menos, exigir al sector privado -desde el Estado- que actúe contra sus intereses. El dinero, digámoslo una vez más, no es ilimitado. En este sentido, la subida del SMI a 950€ es una de las noticias más relevantes de este nuevo año 2020. Y no es para menos. Pues muchos economistas consideran que su existencia, en determinadas ocasiones, puede producir efectos claramente negativos en una economía y acabar por ocasionar lo contrario a lo que se desea: perjudicar a los sectores más débiles de la sociedad, condenándolos al desempleo. En muchas ocasiones, desde el actual Gobierno del PSOE y Podemos, hemos escuchados las maravillas que se producirán tras la subida del SMI y no contemplan que de tal subida pueda desprenderse efectos claramente negativos para las clases más desfavorecidas y para los propios consumidores, en general. Por ello, creo que es conveniente aportar otros puntos de vista, menos extendidos y más rechazados, por cierto, sobre los posibles efectos que puede acarrear una subida del SMI. Partiremos diciendo que la subida del SMI sólo afecta a un sector residual de la población, la cantidad de trabajadores afectados o perjudicados por la subida del SMI es muy escasa (2’4% del conjunto de los trabajadores, concretamente) y, además, en muchos sectores de la economía los convenios colectivos ya marcan salarios superiores al SMI. Esto es indicativo que, ni los efectos positivos derivados de la subida del SMI serán muy significativos ni los efectos negativos catastróficos para la economía en general. En cualquier caso, no es de recibo omitir sus efectos y eludir las implicaciones del SMI en la sociedad y economía española.
¿Cuáles han sido los datos económicos más destacables del 2019?
El Banco de España, mal interpretado por muchos políticos del PSOE y Podemos, pronosticó que la subida del SMI podría destruir 125.000 empleos en España. Luego no se refería a que el paro fuera a aumentar en 125.000 personas o que el número de ocupados fuera a caer en 125.000 personas, sino que se refería a que la economía dejaría de crear 125.000 empleos con la subida del SMI. En este sentido, las cifras de ocupación y las cifras de paro han sido en 2019 bastante peores que en años anteriores. En el 2019, es cierto, se crearon 360.000 nuevos empleos (según la EPA) pero no es menos cierto que, en comparación con el año anterior, se crearon 70.000 empleos menos. Asimismo, es pertinente recordar que el año 2019 ha sido el año en el que menos empleos se han creado desde el año 2014. Los datos que nos aporta la Seguridad Social son, aún, menos optimistas. El número de afiliados a la SS en 2019 aumentó en 385.000 personas pero, a diferencia del año anterior [2018], se han afiliado 183.000 personas menos. Así, la pregunta que nos convendría hacer es: ¿Por qué la creación de empleo se ha ralentizado tanto en 2019? Existen dos hipótesis que responden a tal pregunta. Está la menos optimista para los acérrimos defensores del SMI, que indica que la desaceleración económica se debe íntegramente a la subida del SMI. Y está la hipótesis más optimista, la que entiende que, al menos una parte de la desaceleración económica, se debe a la subida del SMI. En cualquier caso, hay muy pocos economistas que rechazan la variable “subida del SMI” en sus análisis para explicar tal desaceleración económica. En mayor o en menos medida, el SMI está detrás de este hecho. En conclusión, el paro en el 2019 se redujo en 112.000 personas, mientras que en el año 2018 se había reducido en 462.000 personas (según la última EPA publicada el 28 de enero del 2020). Por absurdo que parezca, cabe recordar que la menor reducción del paro se debe a la reducción en la creación de empleo, algo que apunta directamente a la subida del SMI.
Entonces, ¿Qué posibles efectos negativos puede tener una subida del SMI?
La subida del SMI, como ya hemos introducido previamente, podría producir efectos negativos devastadores para los más desfavorecidos (aquellos a los que, supuestamente, pretende ayudar el SMI) y llevar a los empresarios a que: 1) despidan a aquellos trabajadores que tengan una productividad menor -jóvenes, discapacitados, inmigrantes…- a la que exige el SMI y sus costes adicionales, 2) traten de compensar tal subida haciendo que sus trabajadores tengan que trabajar de manera más intensa y 3) retiren algunos complementos salariales que esos trabajadores tenían. Mención aparte requieren los monopsonios [aquellos mercados en donde una empresa maneja o controla el mercado de trabajo y, por tanto, puede remunerar a sus trabajadores por debajo de su productividad]. En ellos, la subida del SMI sí que puede resultar beneficiosa, aunque correremos el riesgo de pasarnos con la subida y hacer que los trabajadores acaben ganando más que su productividad, por lo que el empresario puede optar por recurrir a una -o varias- de las tres acciones mencionadas anteriormente.
Pero, ¿realmente afecta tanto la subida en 50€ del SMI en 2020 -situándose en 950€-?
Muchas de las personas con las que he debatido acerca de la subida del SMI a 950€ en este año 2020, me han respondido: “pero si sólo se va a subir en 50 euros, no seas tan exagerado”. Pero el problema no son esos 50 euros más. A la subida del SMI se vinculan directa e indirectamente muchos otros costes (además del que ya supone el propio SMI), tales como: el pago a la Seguridad Social, las catorce pagas que incorpora el SMI, el coste esperado del despido y su consecuente indemnización, el mes de vacaciones y un sinfín de pagos más. Con esta subida del SMI en 50€, el coste anual para una pequeña empresa se estima que es de aproximadamente 1000€ anuales por empleado. Por lo que si una pequeña empresa cuenta con 6 trabajadores, tras la subida del SMI, no sólo tendrá que hacer frente a 700€ anuales más por trabajador, sino a 1000€ más por trabajador; por lo que una simple subida de 50€ del SMI conllevaría a un empresario con seis trabajadores a costear 6000€ al año. Algo inasumible para muchos. En conclusión, el SMI, de no eliminarlo, debería aumentarse teniendo en cuenta la productividad de los trabajadores afectados y su capacidad de empleabilidad para así evitar efectos adversos.