¿Por qué me bloqueo y no sé salir de ahí?
Este problema a la hora de gestionar alguna solución o conflicto es común en muchísimas personas, cuando encontramos algún impedimento en nuestro día a día, a veces ocurre que nos bloqueamos y no sabemos cómo salir de ese estado.
Este estado a veces nos produce cargas emocionales muy intensas, pudiendo llegar desde la irritabilidad por no conseguir nuestros objetivos, hasta la frustración y desesperación por no ser capaces de salir de ese espacio mental en el que nos perdemos dando vueltas en nuestros propios pensamientos.
y… ¿qué pasa por nuestra cabeza en ese momento?
En ese estado mental, nuestros pensamientos forjan los barrotes que se convierten en una cárcel interior, una cárcel llena de estímulos internos que la mayoría de las veces son completamente tóxicos y además creemos que son automáticos, por lo tanto, yo creo que no los puedo parar.
Si observas, acabo de decir que “creemos que los pensamientos son automáticos”, pues esto no es del todo cierto.
Hay muchísimas ocasiones en las que podemos gestionar nuestros pensamientos y no lo hacemos. Tal vez por costumbre, por desidia o simplemente porque no prestamos atención a lo que pasa por nuestra cabeza.
También hay veces que no lo hacemos porque nos sentimos relativamente cómodos con las cargas mentales producidas por estos pensamientos, nos acomodamos en ellos porque nos resultan familiares y tal vez la energía de miedo, desesperanza, rabia, victimismo, frustración y un largo etcétera nos ha acompañado durante mucho tiempo de nuestra vida, por lo que, de manera inconsciente, renunciamos a nuestro bienestar a cambio de la familiaridad que nos produce esa sensación o energía.
Esto de que “no podemos parar nuestros pensamientos” no es real.
Indudablemente la naturaleza intrínseca de la mente es pensante pero la realidad es que, a pesar de que ese primer pensamiento que llega a mi cabeza es automático, yo sí que puedo evitar seguir pensando y dándole vueltas a ese mismo pensamiento. Cuando yo observo lo que ocurre en mi mente, puedo darme cuenta de que soy yo, aunque no sea consciente, quien genera esos estados mentales que van a producirme a su vez estados emocionales que llegarán a convertirse en tóxicos para mi salud e higiene mental.
Una vez que ha pasado esto, ya estoy dentro de los barrotes de mis propios pensamientos, ¿cómo salgo de aquí?
De repente nos encontramos totalmente bloqueados y, a veces, emocional o energéticamente paralizados por las emociones que nos produce ese estado mental.
Me siento bloqueado. ¿Cómo puedo actuar?
Hay veces que nos supera nuestro estado mental, dejamos que la mente nos domine y casi sin darte cuenta, te encuentras en una cueva oscura resultado de tus cargas mentales y totalmente inmóvil a la hora de actuar en esa situación que, tal vez, sea tan importante para ti.
¿Te has hecho alguna de estas preguntas en algún momento de tu vida?
- ¿Qué pasa en mi cabeza?
- ¿Por qué no puedo…?
- ¿Qué me dice mi mente?
Esta última pregunta para mí es la más útil de todas, damos por hecho que nuestra mente tiene la razón absoluta porque expresa nuestros propios pensamientos, sin embargo, nuestros propios pensamientos a veces son nuestros peores enemigos.
Y si están en mi cabeza, ¿cómo puedo salir de ahí?
La respuesta es muy fácil: podemos superarlo a través del autoconocimiento.
Cuando tomas el hábito de poner conciencia en lo que estás pensando, no es necesario que tu salgas de ninguna parte, lo que es necesario es que tomes las riendas de tu mente y seas tú quien dirige los pensamientos y la energía hacia donde tú quieres que se dirijan.
Recuerda siempre esta frase:
“La mente es muy buena sirviente pero muy mala ama”.
Esta mente va a intentar dominarte mientras tú se lo permitas y no cederá hasta que la tengas bajo control porque de eso depende su supervivencia, es decir, la supervivencia de nuestro ego.
Es en ese momento que aparece nuestro yo más dominador e implacable, hasta que tomas cartas en el asunto y asumes tu responsabilidad y, por ende, tu poder personal.
Será sólo entonces cuando reines en el espacio privado de tu mente.
Al hacer caso a nuestra mente, suele ocurrir que nos encontramos en incoherencia con nosotros mismos, y al generar esa disonancia dentro de nosotros es cuando aparecen emociones que nos paralizan, como puede ser el miedo, o incluso el mismo sufrimiento que nos hace pagar el precio de la no-acción por esa creencia que nos está limitando.
Entiendo entonces, que la incoherencia entre mis pensamientos (mi foco) y mis deseos (objetivos) es la que me impide conseguir mi meta.
Pensamiento-mente versus objetivo
Foco mental versus resultado deseado
Ante esto la mejor herramienta como os decía anteriormente es el autoconocimiento.
Podemos llegar a él a través de la meditación, la gestión mental y la capacidad de estar presente en el momento en que vivimos.
Te dejo un tip para que empieces tu práctica:
-Cuando te encuentres en un momento de bloqueo o saturación mental, puedes sentarte en el filo de una silla o en algún sitio donde tengas la espalda recta y llevar la atención a tu respiración, familiarizándote con ella.
Observa como entra el aire en tu cuerpo al inhalar y sale al exhalar.
Después de varias respiraciones profundas, lleva tu atención a tu corazón y siente como una luz blanca lo invade llenándolo de paz.
Cuando puedas sentir esta sensación, llévala a tu mente y deja que la inunde por completo.
Repite esto tantas veces como sea necesario hasta sentirte en paz con tu estado mental y, cuando estés en ese momento, pregúntate qué es lo que realmente quieres.
Quizás te sorprenda la respuesta.