Foto del perfil del redactor de Diario16 Vicente Mateos Sainz de Medrano.

Llegó la hora del "hombre de Estado"

15 de Julio de 2024
Guardar
Alberto Núñez Feijóo en una imagen de archivo.
Alberto Núñez Feijóo en una imagen de archivo.

La decisión de Abascal, el zar de Vox, de romper los pactos de Gobierno con el PP en cinco comunidades, deja las manos libres a Feijóo para hacer otra política, una vez rotos los acuerdos que le maniataban y obligaban a adoptar medidas, aprobar leyes o censurar espectáculos, que no están en el ADN del PP, como ha venido reiterando hasta la saciedad su sibilino portavoz Borja Semper, quien con cara amable y sonrisa impostada, hace suyos y difunde los mensajes radicales de su partido: puño de hierro en guante de seda.

Feijóo, Bertín como le llaman sus asesores más cercanos, tiene la oportunidad de demostrar que es el hombre de Estado que dice ser, abierto a llegar a acuerdos por el bien de España:su muletilla favorita. Hasta ahora los dos únicos alcanzados con el Gobierno se pactaron en diciembre de 2023. Uno, la ineludible reforma del artículo 49 de la Constitución para sustituir el término disminuidos por el de personas con discapacidad; y el segundo para renovar el CGPJ, que siete meses después se ha hecho realidad una vez el PP agotó los argumentos espurios para negarse a la renovación y la UE, a la que él mismo apeló, aumentó la presión para que pactara: a la fuerza ahorcan.

La semana que viene, cuando se debata en el Congreso la reforma de la Ley de Extranjería, Bertín podrá demostrar si existe ese hombre moderado que dice que es, o sigue primando la estrategia de acoso y derribo al Ejecutivo, recurriendo a la mentira disruptiva y sistemática como viene haciendo hasta ahora. Reforma para que la solidaridad en el reparto de los menores no acompañados sea una obligación que acabe con la decisión volitiva de cada comunidad autónoma. Veremos si en ese primer envite aflora ese otro Feijóo que permanece ignoto.

Pero la rotura de Vox no supone una liberación total para Feijóo, pues ni borra ni supone la desaparición del sector más ultra de sus huestes contrario a cualquier tipo de pacto con Pedro Sánchez, encabezado por la ambiciosa IDA. Ultramontanos para los que pactar asuntos de carácter general que requieren de una reforma, aunque solo sea para actualizarlos al presente, supone dar alas a un Gobierno progre que está dando la vuelta a desigualdades sociales inveteradas. Radicales peperos que consideran a las personas como sujetos pacientes que deben aguantar lo que les toque y callar sin protestar mientras asisten, inermes, al desmantelamiento del estado del bienestar que van entregando al sector privado, mediante la táctica perversa de recortar, año tras año, los presupuestos de los servicios públicos.

Ruptura de la Santa Alianza que, ya veremos si implica anular, o no, las medidas de corte fascista que se han venido aprobando en el último año en comunidades, y ayuntamientos donde, de momento, no se han roto los pactos de gobierno. Medidas que han recortado presupuestos en servicios y ayudas sociales. Dinero que han destinado a profundizar y expandir el revisionismo histórico y la pacatería en la educación con su oposición radical a que los adolescentes y jóvenes reciban formación sexual. Un sinsentido cuando ven pornografía sin control ni límite en internet. Mientras en el ámbito cultural asistimos, con pavor y alarma, a la vuelta de la censura de actividades cultuales y espectáculos que expresan la diversidad social que la caverna convierte en anatema porque entrañan una crítica, evidente o implícita, de los principios morales inspirados en el franquismo que quieren reverdecer

Sí, la ruptura del pacto PP/Vox es una buena noticia para la democracia y los demócratas, pero no echemos a volar las campanas, hasta que veamos hechos fehacientes que confirmen la vuelta a la realidad objetiva de una derecha que debe arrumbar en la cuneta los insultos, tergiversaciones y mentiras que han articulado su estrategia hasta ahora. España necesita una derecha moderada, a la europea, que defienda sus principios con firmeza y moderación, y no la que se tira al monte por efecto de la víscera y el recuerdo de tiempos pretéritos donde hacían de su capa un sayo: que no volverán jamás.

Lo + leído