Se van acercando las fechas previstas, finales de mayo, para que la Asamblea Mundial de la Salud se reúna en Ginebra como lo hace cada año.
En esta ocasión, van a poner encima de la mesa una votación de cara a la presunta aprobación de dos documentos: un Acuerdo internacional sobre pandemias o emergencias sanitarias y una serie de enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional, cuya versión vigente data de 2005.
Todo se está haciendo «de tapadillo», con total falta de transparencia. Y aquí no hay que criticar sólo a la OMS, la organizadora de la fiesta, sino sobre todo a cada uno de nuestros gobiernos, pues son ellos los que han enviado a negociar a unos representantes de espaldas totalmente a la opinión pública.
En todo este proceso se pueden identificar con facilidad varias de las estrategias que los poderes utilizan de cara a conseguir manipular a la población.
Estas célebres estrategias enumeradas originariamente por mi tocayo francés Sylvain Timsit y falsamente atribuidas a Noam Chomsky se pueden observar en los movimientos de estas élites mundiales.
1. Distracción
Consiste en lograr desviar la atención del público de los asuntos importantes e impedir que éste se interese por conocimientos esenciales.
En estas negociaciones propiciadas por la OMS podemos ver en diferentes ocasiones cómo se está enfocando sobremanera a uno solo de los documentos: el nuevo tratado o acuerdo frente a pandemias. Y están dejando pasar inadvertido el documento que
con más saña puede cercenar los derechos de la población: las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional.
2. Problema – Reacción – Solución
Hasta la saciedad nos están avisando, intentando convencer a la población, del avistamiento de una próxima pandemia y las que puedan llegar más adelante. Hasta se atrevieron a llamarla
«enfermedad X» y, aunque desconocida, también parece que su bola de cristal infalible (nótese el respingo irónico) identificó que su mortalidad sería 20 veces mayor a la ya sufrida en el proceso covid.
Que me expliquen a mí por qué a la naturaleza se le va a ocurrir generar un bicho de la nada que cause una hecatombe mundial. No es plausible. En todo caso, sí que puede llegar a suceder si desde esas estructuras globalistas se sigue apoyando la investigación de ganancia de función, como lo hace en la enmienda prevista al artículo 44 del RSI. Dicha enmienda dice que se facilitará la generación de «patógenos con potencial pandémico».
¿Para qué esos avisos sobre enfermedades terribles, X, Y, Z, una y otra vez? ¿Cuál es la finalidad? Pues ni más ni menos para darnos la solución anticipadamente y convertirse ellos mismos en nuestros salvadores sociales.
Intentan que la población les suplique que les vuelvan a encerrar e inocular de cualquier cosa que les salve de semejante drama, generado hipotéticamente por esa supuesta enfermedad imaginaria.
3. Gradualidad
El secreto para que la ranita no se escalde en el agua caliente y se salga de un salto es ir introduciéndose en las mentes de la población poco a poco, de forma progresiva. Más o menos, como la carcoma o las termitas cuando atacan un mueble o una viga. No causa estragos en apariencia. Va poco a poco corroyendo la madera en su interior… hasta que la destrucción es irreversible.
No hay día en el que no salga en cualquier medio alguna información de lo que se nos viene encima: una nueva enfermedad, una nueva variante del bicho, la intensificación actual del dengue…
La finalidad es no dejar descansar en paz a los pobres espectadores de los medios y seguir manteniéndoles dentro de la esfera del miedo.
4. Diferir
Aunque se enumeran en estos documentos una serie de medidas a aplicar a la población: confinamientos, cuarentenas, aislamientos, la aplicación de pruebas, vacunas y otros productos terapéuticos, el control personal por documentos tipo pasaportes… no os preocupéis. Sólo están ahí por si hicieran falta utilizarlos en un futuro… y siempre por vuestro bien.
No lo olvidéis. Todo sería estrictamente necesario y para que todos podamos vivir un futuro mejor.
Este tipo de mensajes, al caer en personas con mentes muertas, sin sentido crítico, hacen que el público crea ingenuamente que realmente los sacrificios ciudadanos van a dar como resultado una notable mejoría posterior. ¡¡Craso error!!
Con el tiempo, la población termina «normalizando» en su entorno unas circunstancias que nunca hubiera podido sospechar que le tocara vivir de forma continua.
5. Infantilizar al público
Se emplean argumentos, personajes o entonaciones edulcoradas que tratan a los ciudadanos como si tuvieran poca madurez o fueran débiles mentalmente.
Este punto lo voy a unir con el siguiente.
6. Apelar a la emoción
El señor Tedros, a la sazón director general de la OMS, en una de sus últimas salidas al escenario, un poco más y se pone a gimotear cuando nos avisó que están surgiendo dificultades de cara a lograr un consenso en las negociaciones y que hay una serie de personas malvadas que están infundiendo una serie de mentiras sobre los documentos en negociación. Realmente parecía un niño de colegio malhumorado y echando la culpa a otros.
Aunque ahora no venga a cuento pero este punto también me recuerda a una aparición en Davos de la ínclita Greta, esa niña escandinava que han puesto como adalid de las movilizaciones para salvar al planeta de un desastre climático. Su mensaje, además del contenido en forma de palabras, estaba absolutamente sumergido en una vivencia emocional que le salía a borbotones por su rostro y a través de su voz. Eso sí que es arte manipulador y lo demás son cuentos de vieja.
En ese escenario ¿quién es el guapo que osa contraponer a esta niña balbuceante y apasionada la gráfica de la temperatura terrestre en los últimos 600 millones de años?
7. Mantener al público en la ignorancia y la mediocridad
Mientras tanto, entre mensaje y mensaje, pan y circo. Comida basura, programas televisivos alienantes. Mantener a las personas aisladas de todo tipo de saber y conocimiento les permite manipularles más fácilmente. Todo ello impide que puedan surgir la insumisión o la rebeldía.
Vamos a atontar a la población infantil, por ejemplo, reduciendo la calidad de la educación pública y saturándoles de insatisfacción al acostumbrarles a una vida con placer efímero (que no felicidad) al alcance inmediato de sus manos sin una base adecuada de auténticos valores cívicos.
8. Estimular para contribuir a la mediocridad
Totalmente ligado con el punto anterior. ¿La población ve en la televisión y otros medios lo que quiere o lo que quienes dirigen los medios quieren que la población vea?
Mi familia y yo ya hace 20 años que no consumimos televisión. Buscamos la información que queremos y elegimos recibir lo más libremente que podemos.
9. Autoculpabilidad
Al mismo tiempo que intentan idiotizarnos, los medios de comunicación nos hacen creer que solamente nosotros somos
los culpables de nuestras desgracias… y de lo que nos pueda venir. Buscan la autoinculpación.
Todo lo que pueda ocurrir es porque no obedecemos las normas que nos quieren imponer, repito, «por nuestro bien». Que no aprendemos de lo vivido en la anterior crisis sanitaria mundial. Que todavía hay gente que no se inocula ni respeta las medidas que pueden lograr el presunto bienestar de la comunidad por entero.
Con estos mensajes lanzados a conciencia por quienes gobiernan y dirigen el mundo, en lugar de rebelarse contra el sistema, el público se autodesvaloriza, se culpa y se desmotiva, inactivando así, de raíz, una posible movilización social.
10. Conocimiento total del público
Necesitan conocer a la población, accediendo a su información personal, y todo ello sería posible a través de los soportes digitales. Ya la OMS incorporó como suyo en junio de 2023 el sistema europeo de pasaporte digital que se empleó con las inoculaciones frente a la covid y que, con total seguridad, se implementará junto a la función monedero, un fichero personal con datos sanitarios, financieros, puramente administrativos, y lo que se les pueda ocurrir más adelante.
La OMS es un organismo que ya nos ha demostrado en diferentes casos de qué pie cojea. Covid, falsa pandemia de la gripe porcina de 2009, Fukushima, Chernobil… Puros intereses, tanto económicos como geoestratégicos.
No vamos a tolerar caer bajo su dominio. Estemos atentos a sus oscuras maniobras. Vamos a desenmascararles en cada momento y en cada lugar donde podamos observar sus intentos de manipular a la población.
Uno de los más recientes intentos ha sido una carta firmada por
105 ex-jefes de gobierno de diversas naciones y ex-altos cargos de la política internacional, en la que instan a la aprobación del nuevo acuerdo internacional sobre pandemias.
En el contenido de la carta, los firmantes niegan que este tratado permita la usurpación de la soberanía nacional e individual por parte de la OMS.
Y tienen razón… Este nuevo tratado o acuerdo no es peligroso en ese punto, pero no dicen nada sobre su documento hermano, el nuevo Reglamento Sanitario Internacional, en el que sí está expresado de forma explícita en su artículo 18 esta usurpación de nuestra soberanía.
Así como en el Anexo 6. Ya en el artículo 1 del Reglamento Sanitario Internacional se suprime la voluntariedad a la hora de seguir las recomendaciones que emita la OMS.
¿Por qué las élites, con altas figuras de la política, apoyan sin fisuras estos acuerdos?
Como vemos, están llevando la atención a una parte inofensiva y despistando la atención a otra parte realmente peligrosa. El primer punto que he descrito: la distracción. Un caso de libro.
Hace ya unas fechas escribí dos artículos en los que describía los entresijos de los dos documentos que se están negociando en estos momentos. Si alguien quiere revisarlos más profundamente, se pueden consultar en mi blog «El Arte de Vivir»(silvanobaztan.com) con el título de «Negociaciones en la sombra» (1y 2).
Por la opacidad de estas negociaciones en marcha, como no sabemos realmente qué está pasando detrás de ese muro, es difícil atinar o afirmar con seguridad sobre el tema.
Según he leído, parece que Irán, Nueva Zelanda, Eslovaquia y los Países Bajos rechazaron recientemente las enmiendas al RSI; también que en Sudáfrica se ha propuesto un proyecto de retirada de la OMS. Parece también que Bangladesh, como representante de una treintena de naciones, también está posicionada en contra de las últimas redacciones de al menos alguno de los documentos.
En Estados Unidos, el Senado de Luisiana votó unánimemente el 26 de marzo en contra de permitir que la OMS, las Naciones
Unidas y el Foro Económico Mundial ejerzan cualquier influencia sobre el estado de Luisiana.
Es claro que cada uno de nosotros no tiene el poder suficiente y necesario para echar por tierra este nuevo intento totalitario a nivel global, pero sí podemos actuar a nivel individual.
Infórmate adecuadamente y atrévete a hablar abiertamente de estos temas en tu círculo más cercano.
Participa en redes locales junto a tus vecinos, apoya a los agricultores, ganaderos y pescadores, exige un ámbito educativo que tenga más en cuenta la individualidad de tus hijos, busca profesionales en el ámbito de la salud que tengan criterios y perspectivas más amplias en el manejo de la salud y la enfermedad.
Nuestros cuerpos no son máquinas con un funcionamiento sujeto a una disciplina militar sino la base física sagrada de unos seres humanos que hemos venido a este mundo a experimentar libremente y a sacar máximo provecho a nuestras vidas.
Y aquí sí que cada persona cuenta. Somos y debemos ser autónomos. Si nos concienciamos de nuestro poder, no van a conseguir vencernos.
¡¡STOP a la OMS!!
Salud para ti y los tuyos.