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Los "cidios" de Israel... y de otros con ellos

20 de Diciembre de 2023
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Israel Santander

Si digo en el título “y de otros con ellos” me estoy refiriendo a los países denominados del Atlántico Norte, especialmente a ingleses y americanos del norte (no olvidar a los gringos y su genocidio con los indios que poblaban el país), estos últimos muy esencialmente, pues sin ellos Israel no sería nada; aunque, realmente, Israel no es sino una Base más -de las más importantes- de los gringos en Oriente Medio para controlar los “negocios” (sucios, podríamos decir) de la zona (y de ahí su afán de que Israel disponga de las armas más modernas, bombas atómicas incluidas, se supone) entre los que se encuentra el gas de la franja de Gaza a la que quieren aniquilar para quitárselo. Pero, cuidado con Irán y China y La India (y también quizás Rusia), porque pueden aguarle la fiesta si se ven amenazadas y ello dé lugar a salir de esa parte del mundo con “el rabo entre las patas”, que, por cierto, no sería la primera vez. Además, los yanquis están en franco retroceso económico y social y China se los está “merendando” con la paciencia propia de que gozan y no tardarán mucho en terminar esa “merendola”, lo vamos a ver muy prontito sino cambian mucho las cosas. La victoria rusa en Ucrania, que está a la vuelta de la esquina, servirá como ejemplo de lo que se le puede venir encima a los todopoderosos -de antes, ya no- estadounidenses.

Antes de iniciar lo de los “cidios” (que es algo muy cortito y muy sencillo), quiero hacer un pequeño repaso por la historia de Israel y Palestina, no sin referirles una frase de Plutarco para empezar que dice así: “La bebida apaga la sed, la comida satisface el hambre, pero el oro jamás calma la avaricia”. Y el odio (esto es mío), como estamos viendo estos días no muere nunca.  

El 14 de mayo de 1948, el último de los soldados británicos abandonó Palestina y los judíos, liderados por David Ben-Gurión, declararon en Tel Aviv la creación del Estado de Israel, de acuerdo al plan previsto por las Naciones Unidas. Pero, antes de 1948, a mediados del siglo XIX, Israel formaba parte del Imperio Otomano y estaba poblada principalmente por árabes musulmanes (algunos de ellos, beduinos), árabes cristianos, así como judíos y otros grupos minoritario.

ISRAEL, PAÍS EN ORIENTE MEDIO: Israel es un país de Medio Oriente en el mar Mediterráneo, considerado la Tierra Santa bíblica según los judíos, los cristianos y los musulmanes. Sus sitios más sagrados están en Jerusalén, fundada el año 1004 a.C. por el rey David, la ciudad sagrada para judíos, cristianos y musulmanes sigue despertando fascinación. Sin olvidar Belén, donde los cristianos dicen que nació Jesucristo y desde donde se cree que inicio su, digamos, adoctrinamiento o implantación del cristianismo que los creyentes denominan apostolado.

Dentro de su ciudad vieja, el complejo del Monte del Templo incluye el santuario de la Cúpula de la Roca, el histórico Muro de los Lamentos, la mezquita de Al-Aqsa y la iglesia del Santo Sepulcro. El centro financiero de Israel, Tel Aviv, es famoso por su arquitectura de Bauhaus y sus playas.

Cuando se formó el Estado de Israel, el país recibe una gran oposición internacional, pero también un gran apoyo de otros países (imagínense cuales), pues es visto como un refugio seguro para las numerosas víctimas de la persecución nazi a los judíos en Europa. Mas, antes de la Primera Guerra Mundial, el territorio que hoy en día llamamos Israel (antes conocido como Palestina) y los territorios aledaños formaban parte del Imperio Turco Otomano.

Israel es una democracia parlamentaria regida por los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Sus instituciones son la presidencia, la Knéset (parlamento), el gobierno (gabinete de ministros) y el sistema judicial. Tel Aviv se convirtió en la capital provisional del país hasta que, en 1980, la capitalidad se trasladó a Jerusalén, una ciudad de Oriente Próximo, situada en los montes de Judea, entre el mar Mediterráneo y la ribera norte del mar Muerto. Los israelíes la han erigido como capital del Estado de Israel, mientras que el Estado de Palestina reivindica su parte oriental como su propia capital. En la actualidad, Israel controla de facto toda Jerusalén y considera toda la ciudad como su capital, mientras que el Estado de Palestina ha declarado a Jerusalén Este como su propia capital. ​​​​​ Ninguna de estas reivindicaciones ha obtenido un amplio apoyo internacional.

Históricamente ha recibido diferentes nombres: Judea, Canaán, Israel, Tierra Santa, etcétera. (aunque cada uno de ellos alude a realidades geográficas difusas y no estrictamente coincidentes). La región es atravesada de norte a sur por un sistema montañoso de escasa elevación.

Aquí ha vivido como pueblo libre y soberano; aquí ha creado una cultura con valores nacionales y universales”. Con esas palabras, el 14 de mayo de 1948, David Ben Gurión, líder del movimiento judío, declaró unilateralmente la creación del Estado de Israel.

Así como Moisés en su papel de profeta, legislador, mediador y libertador fue un modelo de Jesucristo, también Josué, que llevó a Israel a la tierra prometida, fue un símbolo de Jesús, que lleva a los fieles a la suprema tierra de promisión, el reino celestial.

Pero, cuando Ben-Gurión proclamó la independencia de Israel ya existía entonces una población que había vivido en esta región, Palestina, durante siglos. Los egipcios le llamaron Canaán, los hebreos Israel, y los romanos la dividieron en tetrarquías, entre las que estuvieron las de Galilea y Judea (nombres preexistentes para esas zonas en la lengua y tradición hebrea), para luego darle el nombre de Palestina en el siglo II d. De hecho, en 1988, el Consejo Nacional de Palestina reunido en Argel proclamó el establecimiento del Estado de Palestina. El Consejo de Seguridad exigió que Israel retirara sus fuerzas del Líbano “inmediata e incondicionalmente” hasta las fronteras reconocidas internacionalmente.

De tal modo que, los orígenes remotos de la religión judía hay que situarlos en Mesopotamia, en Ur de Caldea, donde nació Abrahán, posiblemente hacia el año 1800 a.C. Se establecieron en Palestina y allí se desarrolló su historia.

El Lugar de Nacimiento de Jesús: Iglesia de la Natividad y ruta de peregrinación en Belén (Palestina) está situado a 10 km al sur de Jerusalén en el lugar en el que los cristianos creen que nació Jesucristo, que hablaba en Arameo, según los estudiosos de la Biblia, aunque el hebreo era la lengua de los eruditos y de las escrituras. En cualquier caso, parece ser que Jesús dijo a Israel: “Escucha Israel, el Señor Dios nuestro es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas”. ¿Por qué Palestina es Tierra Santa? El nombre de «Tierra Santa» hace referencia a un hecho histórico y religioso de sacralidad de la tierra, según el concepto judeocristiano. La «tierra» se hace «santa» cuando entra en el plan divino de la salvación, de la misma forma que se habla de «hombres santos», «mujeres santas» y «lugares santos».

El conflicto actual entre israelíes y palestinos se remite a la declaración de independencia de Israel en 1948, un país que desde su fundación ha experimentado conflicto con sus vecinos, principalmente países árabes y musulmanes. Y de estas “diferencias” nació Hamás, una organización política y militar palestina, considerada como un grupo terrorista por varios países, incluidos Estados Unidos e Israel. Se formó en 1987 y su objetivo declarado es la liberación de Palestina. Y no hace falta contarles lo que está ocurriendo estos días entre Hamás y los israelitas por culpa de que Israel (con esos colonos armados hasta los dientes) no cesaba en su robo de terrenos de la franja de Gaza y de Cisjordania hasta que los palestinos se han hartado de tanto expolio y han pasado a la acción al estilo, paradójico, de David contra Goliat. Y como he dicho al inicio, el odio es tal de Israel a Palestina (lo que queda de la que fue Palestina antigua) que han surgido en esta guerra desigual por la ayuda a Israel (su Base en Oriente Medio) de los yanquis con todo su arsenal de matar que está dando lugar a esos“cidios” que titulan este escrito. Por cierto que, el Presidente del Gobierno español, en un gesto que le honra, ha intentado, yendo allí, parar esta masacre israelita, aunque, claro está por lo que estamos viendo, nada ha conseguido; pero su gesto haciéndole frente a Israel es digno de ser destacado y, particularmente -seguro que como a la mayoría de los españoles- me importa un comino la rotura de relaciones diplomáticas con un Estado de tanta maldad acumulada en su seno por el ansia de una tierra que no le pertenece, como, por otra parte, ya se le ha hecho saber en numerosas ocasiones por todos los Organismos Internacionales. 

Casi (no sé ya si pasarán) 20.000 habitantes de Gaza (no soldados regulares ni de Hamás) vilmente asesinados en lo que constituye uno de los mayores genocidios conocidos; cerca de ¡8.000 niños!asesinados sin poderse defender lo que instituye un auténticoinfanticidio (que el escritor Javier marías -una de las plumas de mayor relevancia del siglo pasado y del actual-, ya fallecido, en uno de sus mejores artículos expuso magistralmente cómo el dolor de una madre cuando pierde a su hijo no caduca mientras vive); otras tantas o más mujeres, obviamente, asesinadas incluso en hospitales y centros de acogida que albergan a gente inocente que huye de la guerra, lo que los mejicanos llaman feminicidios. Y, por último, estos asesinos que vivían del crédito del holocausto (que igual no fue tanto holocausto, está por demostrarse que fuera como nos lo cuentan los que ganaron la guerra, lo cual no quita lo miserable de esos campos de concentración nazis) no están respetando ni siquiera a las personas mayores que no pueden eludir los bombardeos debido a su incapacidad para desplazarse a otros lugares o salir de un hospital donde permanecen por enfermedad que también son bombardeados sin piedad. ¿Cómo llamar a estos últimos? ¿Gerontocidios, quizás? Sin que se quede en la memoria que también han asesinado vilmente hasta la fecha hasta la fecha en que estoy escribiendo, 16/12/23 (pueden ser más si sigue la masacre), 64 periodistas valientes que han dado su vida para que se sepa en el mundo la verdad de lo que está pasando en esta maldita guerra -una más de los nazis judíos- en lo que podríamos llamar periodisticidio. Y lo que sería el colmo de todos los colmos, el asesinato de los rehenes en manos del enemigo (hasta el momento, tres con bandera blanca y sin camiseta para que no hubiera lugar a duda han sido asesinados) que podríamos llamar rehenicidios.   

El mundo tiene que parar esta masacre, paradójicamente, de un NAZI israelita sin el menor escrúpulo por la vida de los más inocentes sólo porque no son judíos como él y no quieren perder sus tierras desde tiempos ancestrales. No hay la menor duda de que ese monstruo de Israel trata de aniquilar totalmente a los más de cinco millones de palestinos.

Lástima que estas próximas navidades, muchos católicos y otros que no lo son tanto, pero quieren conocer los lugares santos, no podrán visitarlos. Si, como dicen, Jesús vivió en estas tierras y era el hijo de Dios, no se explica cómo permite que eso lugares santos, el complejo del Monte del Templo incluye el santuario de la Cúpula de la Roca, el histórico Muro de los Lamentos, la mezquita de Al-Aqsa y la iglesia del Santo Sepulcro y el lugar de su nacimiento, Belén, sean asaltados por cuatro nazis degenerados con apoyo yanqui y sajón.

Esta navidad no podremos cantar eso tan famoso de: “Paz a los hombres de buena voluntad”, aunque no sean católicos; y, seguro que en Israel y en USA no les importará nada lo que está pasando y adornarán sus casas, vergonzosamente, como si tal cosa, mientras los españoles deberíamos colocar en nuestros “belenes” una foto del terror que está viviendo Palestina.  

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