Julián Arroyo Pomeda

Los jinetes del apocalipsis

11 de Junio de 2021
Actualizado el 02 de julio de 2024
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La manifestación de Colón escenificará la división de las derechas españolas

El domingo día 13 la plaza de Colón en Madrid recibirá pletórica a las tres derechas: ultra derecha, derechita cobarde y derecha ciudadana. Los contemplará el monumento de Cristóbal Colón y la gran bandera de España de 294 m² y 35 kilos de peso, colocada por Álvarez del Manzano en 2002, un espacio monumental abierto. Las derechas se desplegarán allí contra los indultos a los presos catalanes en una gran manifestación en contra de la integración de Catalunya en el estado de este modo.

Las derechas creen que el único procedimiento a emplear es la judicialización del proceso, aplicando el artículo 155 de la Constitución y manteniendo la Autonomía, mediante la fuerza de las leyes.

No han entendido todavía que se trata de un problema político que el Estado debe resolver mediante negociación, en la que tendrá que participar también la derecha para que la solución se convierta en firme y sólida, aceptando el resultado que implicará algunas concesiones por ambas partes, es decir, Catalunya y el Estado español, sin más recursos de inconstitucionalidad.

Ninguna de las tres derechas está dispuesta a ceder para solucionar el problema. Es más, luchan entre sí para ver cuál lo pone todavía más difícil. Quien ceda será calificado de traidor. El Partido Popular capitanea la protesta, mediante la recogida de firmas. Ya se equivocó una vez sobre esto, en 2002, y ahora está dispuesto a hacerlo de nuevo, en 2021. Nada ha cambiado, salvo que en este momento no tienen el Gobierno, pero están acariciando el asalto al mismo por todos los medios. Creo que se trata de una tozudez política de consecuencias gravísimas, la primera de todas es la imposibilidad de gobernar sin una política territorial en la que se contemple a Catalunya.

El lugar de actuar así, cada vez se cierra en banda todavía más, mientras obtiene allí unos poquísimos votos, que rayan en lo ridículo. ¿Quién los convencerá de que tienen que producir un cambio de perspectiva? Sólo hay un camino, los votos de la sociedad española que no le dejen gobernar por no recuperar la fuerza política que antes tuvieron. Catalunya ya lo ha hecho en las últimas elecciones, rechazando de plano a las tres derechas. Falta que ocurra algo similar en el resto de las regiones autonómicas. Algunas se van a resistir todavía mucho, pero el conjunto lo tiene que seguir liderando el cambio. La situación es inapelable.

De nuevo cabalgan terroríficos los cuatro jinetes del apocalipsis: la guerra, el hambre, la peste y la muerte. Han sido convocados por la plataforma Unión 78 para rechazar los indultos a los condenados por el proceso y defender la democracia y el derecho de la ciudadanía. Según esta plataforma, ahora está en peligro la Constitución y la unidad nacional. A ella se ha adherido desde el primer momento el Partido Popular, que estará presente. También Vox, que lo hace por la legalidad, la justicia, la democracia y la unidad de España. Igualmente estará presente Ciudadanos ante la indignidad del indulto, que llama a la sociedad civil y a la ciudadanía a movilizarse. Todos creen que el poder judicial está siendo atacado por él Gobierno, siendo este el que hay que tirar para imponer la igualdad de la ley.

No pienso concordar en Colón, según el deseo de Álvarez de Toledo, y lamentó encontrar en la plataforma a Fernando Savater, porque solo veo aquí una respuesta a la defensiva de lo que ellos perciben  que está en peligro. No lo están ni la Constitución, ni la unidad de España, ni la legalidad, ni la democracia. Lo que me gustaría ver es alguna propuesta positiva para seguir avanzando juntos en la salida del problema político planteado. Sobre esto no sale ninguna línea escrita por Unión 78, cuyos componentes disponen de capacidad suficiente para crearla. Es demasiado fácil decir que no y mucho más interesante proponer en su lugar una alternativa, que pueda seducirnos a todos. Esto es lo que no hacen, desgraciadamente.

Mientras tanto, continúa la guerra, hay gente entre nosotros, ciudadanos del primer mundo, que no tiene para comer, la muerte también está presente aquí y solo las vacunas son capaces de controlar la peste. Queda mucho todavía para alcanzar la inmunidad de rebaño e igualmente para bajar de los 50 casos en la incidencia acumulada. Hasta que no lleguemos a esto, los jinetes apocalípticos seguirán su avance y no estaremos seguros.

Tenemos necesidades imperiosas de algo muy positivo después de caminar por tantos campos de muerte. Así concluye Blasco Ibáñez su novela Los cuatro jinetes del Apocalipsis: “y sus faldas, libres al viento, moldearon la soberbia curva de unas caderas de ánfora”.

¿Es que ya no queda esperanza en el horizonte? ¿Solo muriendo, incluso heroicamente, podemos solucionar nuestros problemas? Me niego a pensar así. Rotundamente. Hay que vencer a los jinetes que provocan sin ningún control. Ha llegado la hora de la política.

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