Cuando la realidad no gusta o se pone en contra porque se ha metido la pata, es el momento para que los saboteadores den el espectáculo y desvíen la atención, sin tener en cuenta si ofenden, vejan o insultan a la inteligencia. El último sainete infame lo protagonizó la semana pasada en el Pleno del Congreso, Miguel Tellado, portavoz del PP en la Cámara —y émulo de su maestra en estas lides Díaz Ayuso—, cuando se le ocurrió la malsana idea de componer un collage con imágenes de dirigentes socialistas asesinados por ETA, que exhibió sin descanso durante las intervenciones de miembros del Ejecutivo, para culpar al Gobierno de que algunos significados asesinos etarras puedan salir de la cárcel antes de lo previsto.
Doble indignidad por mentir y por recurrir a los muertos por el terrorismo etarra, con el único objetivo enmascarar el error del PP de votar a favor de la trasposición de la normativa europea que establece que las condenas de prisión que se cumplen por los mismos delitos en diferentes países de la UE, no pueden ser sumatorias —lo que añadiría más años de condena al reo—, sino que deben convalidarse y ajustarse al total de la condena mayor. Es decir: es mentira que a los etarras condenados se les vaya a reducir los años de cárcel, sino que se convalidarán sus años de prisión en otros países de la Unión, para el cumplimiento íntegro de su condena en España.
Tergiversación y mentira que ya es un hecho habitual en la estrategia política del PP que, en esta ocasión se ha pintado la cara así mismo al caer en la cuenta de que votar sí a la transposición de la norma europea, es un grave error porque contraviene su mensaje tradicional sobre el cumplimiento íntegro de las penas impuestas a los etarras condenados. El PP se ha enredado solo en la diatriba de “el huevo o el fuero” que expreso Francisco de Quevedo en el siglo XVII; esto es, no tanto porque el tiempo en prisión pueda verse reducido en algunos casos por el tiempo cárcel cumplido en otros países, el huevo; sino por el efecto simbólico y emocional que puede tener en su parroquia el sí que dieron a esa trasposición: el fuero.
Más abyecta fue la forma que empleó Tellado para tapar la errática política de su partido en este asunto, otra muestra más, acusando de una pretendida insolidaridad del Gobierno con sus propias víctimas. Actitud innoble y despreciable que vuelve a incidir en el mensaje inventado por la derecha de que ellos han sufrido y sufren más por los asesinatos cometidos por los asesinos de ETA, arrogándose de manera espuria la bandera moral de que ellos sí que están con las víctimas, y no el Gobierno ni los socialistas que no lo están, incluso, con las habidas en sus propias filas.
Mensaje ilegítimo y bastardo que, de mil maneras, airean cada vez que la actualidad les ofrece una mínima oportunidad de hacerlo para ocultar errores en este u otros asuntos, sin pensar nunca en la aflicción y el daño que producen en los familiares de las víctimas. Daño que encubren sacando a pasear a “Marimar” Blanco, que desde el criminal asesinato de su hermano ha desarrollado una carrera política meteórica basada solo en prestarse, cada vez que es requerida, para avalar la estrategia del partido en materia terrorista. Su entrada premeditada en el hemiciclo entre aplausos de los diputados del PP, cuando estaba en la tribuna de oradores el Presidente del Gobierno, que tuvo que parar su intervención, es un desprecio más a su figura y lo que representa. Teatralidad fatua que refleja su inanidad política que siempre termina por volvérseles en contra.
Queda por último el papel de bufón malvado de Miguel Tellado, elegido por Feijóo para dar ese tipo de espectáculos, llenos de mensajes que atentan contra la honorabilidad de los aludidos con una oratoria de barra de bar, siempre hiriente, dañina y falsa, expresada con una sonrisa pánfila y “gelástica” propia de quien tiene un trastorno neurológico como el protagonista del “Joker”. Este es el nivel del entorno que rodea a “Bertín”.