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Macarena rompió el molde

21 de Julio de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
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caminando

Se rumoreaba vagamente que Macarena Olona barruntaba lanzar su propio proyecto político. Los otrora fans de la alicantina no daban crédito a su giro copernicano, y rabiaban con sus coqueteos con la izquierda. No sentó nada bien en los fieles de la parroquia pistacho, y comenzó una auténtica caza de brujas para desprestigiar una de las figuras políticas más controvertidas y relevantes de los últimos años en el hemiciclo.

Ya estando en Vox aseguraba que Julio Anguita –de estar vivo- se sentiría “orgulloso” de su formación y que renegaría de esa falsa izquierda adherida a los intereses espurios del capitalismo financiero en su fase globalista.  Parecía estar comprendiendo, como ningún otro cargo orgánico, las limitaciones de Vox a la hora de calar en el público de izquierdas. Limitaciones que responden a la propia naturaleza del proyecto: a mediados de la década de 2010, el lema del partido era “La Derecha”. Sin transversalidad, ninguna formación política podía –ni puede- aspirar a la presidencia del gobierno.

El acicate para la fundación express de Caminando Juntos vino gracias al presidente más dañino de la Historia de la democracia, con permiso del lacayo de las Azores: con el anticipo electoral del 23 de julio, Macarena y su entorno tomaron la decisión de lanzar al ruedo el proyecto y presentarse a las elecciones. No contenta con tamaña hazaña, Macarena hizo público los nombres de dos candidatos de las candidaturas de Cádiz y Sevilla, entre los que se encontraba un servidor: ambos procedían de la izquierda. Toda una declaración de intenciones: caminamos juntos, todos –sin excepción- y lo hacemos con el pie derecho y el pie izquierdo. Transversalidad en vena, verdadera amplitud de miras.

Pero volvieron los haters a recordarle a Macarena que había tirado por tierra su brillante futuro en Vox. Que había abandonado a los andaluces. Que no se qué dinero de Panamá. Que estaba loca y que ojalá se estrellase. Toda una abogada del Estado sometida al escarnio público y digital más vergonzante que podamos recordar.

A pesar de tener todo en contra, Caminando Juntos ha conseguido estar presente en las elecciones generales del 23J en 10 provincias. Todo un hito habida cuenta de su bisoñez, falta de medios y financiación.  Una propuesta alternativa sobre la mesa: un movimiento político en el que personas de izquierdas y derechas conviven pacíficamente, donde se abanderan causas tradicionalmente asociadas a ambos lados del espectro ideológico clásico, donde se aboga por acabar con el enfrentamiento, el guerracivilismo y la política de trincheras. Un movimiento para, en resumidas cuentas, construir puentes dinamitados.

En eso consiste Caminando Juntos. Una propuesta revolucionaria que rompe moldes en la polarizada España de finales del primer cuarto del siglo XXI.

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