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'Maskirovka' en Ucrania (y farsa imperial marroquí)

06 de Febrero de 2022
Actualizado el 02 de julio de 2024
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El maldito arte de la guerra se basa en el engaño. Lícito cuando se trata de combatir al enemigo en armas que nos amenaza, pero mezquino y cobarde cuando se emplea por gobernantes, que dicen defendernos, contra la Sociedad Civil. Así puede observarse en el caso de déspotas actuales, como Putin o Muhammed VI, entre otros. Al conocer las motivaciones que animan su pobre estrategia, cegada por el ansia imperial-armamentista con desprecio absoluto por condenar a la miseria a sus propios Pueblos, podrá ser neutralizada su torpe amenaza.

Existe una constante, a través de los milenios, en todas las expansiones de los Pueblos del Este hacia occidente, a través de la estepa rusa. Casi siempre, cuando se han sentido impelidos para trasladarse hacia la puesta de sol, lo ha sido porque se vieron empujados por una horda emergente unificada más poderosa a sus espaldas. 

No pocos incautos le han comprado la ridícula consigna a la oligogracia putinesca, y sus voceros a sueldo, de la 'Rusia cercada' por oscuras fuerzas hostiles foráneas (sempiterno montaje de todas las autocracias para tratar sin resultado de excusar su ineptitud económica y diplomática). Casi la décima parte de la tierra firme del planeta más la propina de Königsberg (el fortín amenazante de 'Kaliningrado'), frontera con dieciséis Estados, e intentan vendernos el bulo en vano de que están 'asediados'. La historia se repite como el ajo... Hitler en los sudetes checoslovacos invocaba motivos 'raciales' y lingüísticos de la mayoría de la población para ocuparlos manu militari, como en Crimea y en el Donbás Putin. El 'espacio vital' del Pasillo (de la oca) de Danzig y el de Crimea de los 'hombrecillos verdes' invasores, sin distintivo alguno, tienen una similitud estremecedora. El 'anschluss' de Austria se asemeja al de Vladimiro el Jeta en Bielorrusia. Y hoy como ayer las políticas de apaciguamiento, a lo Chamberlain, presentan un horizonte aterrador a los pies de los caballos de la guerra, jinete del apocalipsis. Así, estos erráticos movimientos agresivos o intimidadores del actual neoimperialismo del Kremlin ultracapitalista y dictatorial, en Transnistria, Chechenia, Georgia, Crimea, el Donbás, Bielorrusia, etc, mediante la encizañadora e intoxicadora propaganda, veremos que se va a volver en contra suya, desvelados sus planes de lacayos de Pekín, como comprobaremos acto seguido.

En primer lugar, esta pamema del ejecutivo moscovita de satanizar al adversario como 'occidental', cual si ellos mismos fuesen un trasunto de estreñidos mongoles, no consigue embaucar a nadie, salvo a pardillos. La realidad es que los límites de Europa llegan hasta los Urales, y alcanzan por el Cáucaso hasta Georgia y Armenia. Y culturalmente se enriquece con las aportaciones helenísticas hasta el Indo, gracias a la simbiosis cultural propiciada por Alejandro Magno y sus herederos, sin olvidar la fecunda simiente de Al-Andalus, en tiempos de la Ruta de la Seda, ni descubierta por Marco Polo, ni con un influjo cultural de este a oeste tan solo, sino recíproco. No​ por casualidad la escritura rusa es el griego ('cirílico'), y su religión ortodoxa nace también de la Hélade cristianizada. Dejémonos por tanto de paparruchas pseudorientales de pega... ¿habrá alguien más occidental en su tiempo que su reina Catalina la Grande? En su corte se hablaba de modo coloquial el francés, y fue refugio y mecenazgo de artistas y librepensadores proscritos, incluso del propio Voltaire. En realidad, esta supuesta vocación 'orientalista' del neoliberal Kremlin surge del temor hacia su peor enemigo real, como ahora veremos: China.

Interpretar el el espejismo de las apariencias, y desentrañar las operaciones de distracción, desvela los planes de ese esbirro barato del mandarín Xi Jinping, el zar Vladi (en precisos calificativos del gran geopolitólogo mexicano-libanés Alfredo Jalife). Las recientes maniobras navales en el Mar del Japón ruso-chinas, nos muestran la principal fuente de los temores del Kremlin, y el porqué de todas estas maquinaciones de distracción o cortinas de humo en el Este europeo. Con el calentamiento global se abre una flamante Ruta de la Seda Polar, y la potencia emergente no puede ver hipotecado su futuro al albur del sucesor de Putin, si aspira a ser global. La europea Groenlandia cobra en esta remodelación geoestratégica una importancia decisiva. Las bases de Thule y de Nord, en el noroeste y noreste groenlandés, resultan vitales tanto para la defensa como para el comercio, y no tardarán en verse significativamente reforzadas. Recordemos que el Memorándum de Bucarest de 1996 insta a actuar ya, pues ese Pacto firmado por Rusia, EEUU y Reino Unido,  dictaba que Ucrania se desprendía de su arsenal nuclear exsoviético, tercero en el mundo por entonces, a cambio del respeto a su soberanía y fronteras internacionalmente reconocidas. De los hipócritas mandamases del Kremlin se puede esperar que lo que rubrican valga menos que su palabra, pues lo fían todo al recurso a la fuerza, como todos los fascistas; sin embargo, ¿qué mensaje daríamos al mundo si les transmitimos que la única fuente del derecho internacional en el S. XXI consiste en disponer y no prescindir de armamento atómico? Y llegados a este punto los maestros de la 'Maskirovka' (encubrimiento de la verdaderas intenciones en el orden de batalla) van a verse desenmascarados.

En efecto, la mayor humillación histórica de China por occidente, en tiempos del atroz y arrogante colonialismo decimonónico, fue la ocupación ilegítima rusa de la Manchuria exterior (vigente al día de hoy), noreste chino desde la Dinastía Qing, que le daba acceso al Mar del Japón o Mar de China Oriental. El gigante amarillo no podrá pasar de pobre potencia regional, a no ser que Rusia les devuelva sus territorios históricos usurpados: Krai de Primorie, Krai de Jabárovsk, Óblast autónomojudío, Óblast de Amur y la Isla mal llamada de 'Sajalín', o Shengwuji, china desde la Dinastía Ming, como puede observarse en el caso de esta última por una frontera de piedra construida por sus pobladores pioneros. 

Pekín sabe que no puede depender de las prostitutas políticas de turno en Moscú, dotándose de gigantescos buques artillados rompehielos propulsados por energía nuclear, las cuales condonan en la usurpada Manchuria exterior sus aspiraciones en su acceso a la nueva Ruta de la Seda Polar, que acortará sobremanera las distancias en los intercambios mercantiles hacia los Puertos de Hamburgo, Rotterdam y Amberes, por muy rastreros que se muestren ahora los gerifaltes del Kremlin fingiendo, por parte de los racistas y etnocéntricos paneslavistas, una comedia mal ensayada de 'camaradas orientales', envidiosos de la colosal potencia económica y demografía - y militar en ascenso vertiginoso - del titán asiático... He aquí el papel secundario del mediocre exagente del KGB ensoberbecido, el nuevo capo de sus sumisos oligarcas, el envenenador Vladi, el Cagabombas. Cuando en oriente abiertamente se muestran dos rivales o competidores como 'amigos', se trata de los peores adversarios, los más implacables. Aunque vistos desde la inmensa China, un Putin o un Labrov se contemplen uno como un títere tamerlancito de opereta, dispuesto a hacerle a su amo de Pekín cualquier trabajo sucio, y el segundo en el papel de su arrogante y bocazas burracona lavasables de despacho.

Y ya lejos de estos fuegos de artificio en Ucrania, que tanto gustan a Borrell para escenificar sus alharacas de verdulera, o al momio Solana, el cual justificaba la inacción de la OTAN ante el genocidio checheno porque el zar Vladi disponía de arsenal nuclear -  sendos pájaros citados dan idea de la altura moral e intelectual de su partido, que tras el éxito en Madrid se dispone a revalidar el planchazo en Castilla-León -, pasemos sin más dilaciones a las componendas gringo-$ioni$ta$ en Marruecos, que ejemplifican además un vulgar paradigma de miopía estratégica. Lo de la bipolaridad del presidente Periquito Sánchez, de halcón frente a Rusia y al mismo tiempo de palanganero de palacio en Rabat, produce náuseas. 

Uno espera que el gobierno de un sedicente Estado soberano aplique la equidistancia ante las muestras de grosería y cinismo de nuestro mal vecino del sur, del mismo modo que sensu contrario a las muestras de generosidad se debe corresponder, a no ser que se confundan con debilidad. La falta de reciprocidad la han tomado por nítida constatación de masoquismo y necedad. Con un par ejemplos, entre otros muchos, sobra. Allí exigen a los empresarios peninsulares, y hasta a los barcos pesqueros, la obligación de contratar personal indígena, ¿y alguien vio alguna vez en un supermercado o negocio de un empresario marroquí a algún ciudadano del E. español empleado? ¿Tal vez, con suerte, la excepción que confirma la regla? El subterfugio de redomados caraduras de que esa asimetría compensa la explotación de los trabajadores, a precios irrisorios, debiera aplicarse también a las remesas económicas enviadas al país del Atlas, con una tasa especial por poder gozar de la solidez de la zona euro. Si montan un invernadero promotores del E. español por aquellos lares, por ley a los cincuenta años deben renunciar a su propiedad y traspasarla por la cara a los naturales. ¿Y somos tan imbéciles para no darles de su misma medicina con exclusividad ganada a pulso...? ¿Puede extrañar a alguien que trate la satrapía del 'majzen' (la casta) de merendarse Ceuta y Melilla, y hasta las Canarias? 

Causa vergüenza o estupor que teniendo el E. español una dimensión euro-africana, los responsables políticos autonómicos de Sevilla, y sobre todo sus señoritos centralistas de Madrid, vivan de espaldas a esa realidad, participando en menos foros políticos y económicos africanos que los pingüinos. Se conoce que Al-Andalus debió ser una civilización alienígena. Aunque no debería extrañarnos, ya se sabe que Teruel también existe, pero Andalucía en las Cortes no llega ni a trampantojo. 

Pocas muestras de estupidez política quedan para la historia que puedan rivalizar con aquella 'foto de las Azores' de Bush, Blair y su monje-soldadito de sainete Aznarín. Sin duda, aunque no vaya estampada en un retrato, el trío formado por Trump, Netanyahu y su palalafrenero Mohammed VI, empieza a desvelarse para Washington como el mayor error estratégico desde el tristemente célebre 'incidente de Tonkín', que serviría de falsa excusa para la desastrosa y vergonzante participación yanqui en la guerra de Vietnam.

Primero, porque la monarquía alauita, al mismo tiempo se presume máxima autoridad religiosa como la británica, compinchada con los que genocidan al Pueblo Palestino, queda deslegitimada, se condena a sí misma. Este hecho no pasa desapercibido en Latinoamérica, que al observar este obsceno contubernio se aleja aún más de Washington. Del mismo modo, esos países árabes que han oficializado sus relaciones con el Estado del neoapartheid sionista, exterminador del Pueblo que viera nacer a Jesús de Nazaret, se presentan como arquetipo de la impunidad y la desaprensión, animando de forma indirecta a los musulmanes en apoyo de Irán, que sí ha sido coherente contra los perpetradores del holocausto palestino, y por ende hacia el chiísmo. ¿Quién nos lo iba a decir?, ¡la monarquía alauí se ha convertido, indirectamente, en el principal apoyo del chiísmo! Ver lo que ve la vida, y lo que desfigura la muerte...

En segundo término, porque este espaldarazo al imperial-armamentismo del pútrido 'majzen' (casta) de Rabat, jaleado por esos cortesanos 'perrodistas' locales defecabulos propagandísticos, está condenado al fracaso. El capital inversor extranjero es por naturaleza medroso, huye de los conflictos, como el enquistado en el Gran Rif y el del Pueblo saharaui. Además, una economía tercermundista, destapada por la emigración constante de sus naturales en pateras, aparte del caro acantonamiento de decenas de miles de soldados para proteger las plantaciones de hierba de su narcoestado, más unos cien mil atrincherados tras del Muro del Oprobio en el Sáhara.  No pueden permitirse, a no ser con una deuda pública demencial, asumir en su patética carrera armamentista costosísimos y sofisticados artilugios bélicos, que requieren de ingenieros de mantenimiento y recambio de piezas, complementos y actualizaciones onerosos, así como de asesores extranjeros especializados para el manejo y entrenamiento. Este esfuerzo descomunal va sobre las espaldas del sufrido y noble Pueblo marroquí, que ve angustiado la subida del precio de las lentejas, el aceite o el combustible. La gente no se ha vuelto estúpida, y por mucho que se culpe a Argelia o al E. español hasta de haber atentado a traición contra la bruja A'isha al-Qandisha, ni los más tontos de la aldea se tragan que todos sus males provienen de fuera, no de ciertos corruptos gerifaltes del área residencial del Agdal rabatí, más preocupados por las comisiones y los viajes pagados en hoteles VIP de USA, que por las necesidades de sus niños y ancianos, por su Sanidad, Educación o pensiones. Y muy pronto los amarillistas montajes gacetilleros darán paso a la Sed de Justicia, huracanado clamor.

Y no habrá careta que pueda ocultar a las codiciosas alimañas, a los que carecen de escrúpulo alguno ante la mentira, la estafa o el asesinato, avarientos insaciables sobre el sudor y la sangre de los Pueblos inocentes machacados, de todos los que anhelamos la llegada de su Hora Final: la de la Paloma de la Paz.

Y por último, una vez expresado lo anterior, vayamos a lo realmente importante: ministra de Defensa Margarita Robles, ¿si hay una confrontación bélica con numerosas bajas, se respetará la paridad de género del contigente español enviado allí, o el cupo de machitos desechables como siempre se llevará el privilegio de todas las medallas, incluso las otorgadas a título póstumo...?

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