Foto del perfil del redactor de Diario16 Vicente Mateos Sainz de Medrano.

Mazón: no nos tomes por tontos

19 de Noviembre de 2024
Actualizado a la 13:50h
Guardar
Mazón en su laberinto
Carlos Mazón pide la incorporación de siete ministros al grupo de respuesta

Negar lo que hemos visto y conocido de las andanzas de Mazón, que no adopto ninguna medida preventiva cuando desde el día 20 sabía, por la nota informativa que emitió la AEMET, de la gravedad meteorológica de lo que se avecinaba: es tratar de tontos a todos los ciudadanos y, en especial, a quienes han sufrido la muerte de familiares y la tragedia de perder su modus vivendi. Afectados a los que, sin ninguna empatía, solo dedicó un minuto y medio de las dos horas y media de discurso ante el Pleno del Parlament, centrado en culpabilizar a las administraciones públicas dependientes del Gobierno central, y a exculparse de su gestión desastrosa en las primeras 48 horas —demostrada con hechos objetivos— para liberarse de toda responsabilidad por la muerte, de momento, de 219 personas en Valencia. Cicatriz de la vergüenza que marca ya su conciencia de por vida.

Pesar en la conciencia impreso en su rostro de gesto amargo y mirada perdida, reflejo de la contradicción que arde en su fuero interno por saberse responsable de la caótica gestión en el primer y segundo día de la tragedia que, por cobardía, no puede asumir públicamente porque eso implicaría tener que dimitir —como le pide la ciudadanía valenciana— y reconocer su ineficacia e incompetencia. La salida que le queda para ocultar el oprobio y vergüenza pública, es mentir y tergiversar los datos y los hechos que le lleva a incurrir en numerosos errores y contradicciones sin fin.

No se puede acusar al Gobierno de no haber querido tomar el mando de la crisis para justificar sus errores de gestión, lo que hubiera requerido solicitar la elevación a nivel 3 de la situación de alarma o haberlo acordado con el Ministro del Interior. Nivel que amplía la alarma a todo el territorio nacional, cuando la Dana afectaba a las provincias de Valencia y Cuenca, que Mazón no pidió porque significaría deponerle al mando de la gestión de la tragedia. Medida que, aun pudiendo haberlo de oficio, el Ministro tampoco adoptó porque hubiera supuesto una imposición contra el Gobierno valenciano, algo que nunca ha hecho ningún Gobierno en democracia, y mucho menos sin pactarlo que el Presidente de la comunidad afectada; y porque desde el mediodía del 29 de octubre, la UME y los cuerpos de Seguridad del Estado ya estaban sobre el terreno, sin que Mazón lo hubiera pedido.

Tomarnos por tontos es afirmar que no había conexión en el restaurante donde estaba en las horas cruciales de la crisis, y señalar a continuación que cuando llegó al Cecopi, estaba informado de todo cuando sus propias consejeras confirmaron, que estuvo ilocalizable durante varias horas. Consejeras que, por su ineptitud, le desmintieron cuando una de ellas reconoció que no sabía que existía un sistema de enviar una alarma directa a los móviles de los ciudadanos, y la otra confirmó que no se atrevieron a activar esa alarma sin la autorización de Mazón. Demostración de que no estaba informado de todo y tiró por tierra su insistencia en afirmar que no hacía falta su presencia en el Cecopi, para tomar decisiones que podrían haber salvado vidas. 

Ceguera interesada y mentiras deliberadas para esconder su responsabilidad y mantenerse en el cargo, con el único reconocimiento de que las <<cosas>> podían haberse hecho mejor, pero sin dar ni una sola explicación sobre su inoperancia y desaparición en los momentos críticos de la tragedia que dedicó a recoger un premio y a comer con una periodista, en un reservado, para ofrecerle la dirección de la televisión autonómica. Comida que se prologo casi cuatro horas y sobre la que hay numerosas sospechas sobre lo sucedido durante ese tiempo.  

Este querer que comulguemos con ruedas de molino achacando de manera espuria la razón de la tragedia al sistema, como si él no fuera parte del mismo como Presidente de una comunidad autónoma, evidencia la falta de decencia y pudor que acompaña siempre al cobarde, incapaz de reconocer que es él, y no otra persona, el principal responsable de una gestión caótica. Siga o no siga en el cargo Mazón es ya un cadáver político y un marrón más para Feijóo, que debe aclarar si le respalda o lo sustituye, después de sus bandazos —ya habituales—de pedir primero al Gobierno la declaración de Estado de alarma que suponía el ninguneo de su lacayo valenciano, para después reforzarlo y olvidarse de lo dicho 48 horas antes. En fin, en su línea de hombre perdido y errático en su estrategia, regida por el principio único de hacer el máximo daño posible al Gobierno de Pedro Sánchez. 

Lo + leído