02 de Julio de 2025
Actualizado a las 10:15h
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Morosos. Rearme

A Donald Trump ya le he visto representar varios insignes papeles. De matón arancelario, promotor inmobiliario en la franja de Gaza, consumado publicista, avezado general contra el poderío atómico iraní, hábil jugador de golf, modelo de gorras de béisbol y a veces presidente de EEUU. Por eso, dada su versatilidad, no me ha sorprendido su transformación en "cobrador del frac" en versión especial para cumbres de la OTAN. Todo el resto de los líderes europeos se arredraron frente al polifacético Kraken llegado del otro lado del Atlántico. Perdón, no todos. Allí estaba, en La Haya, nuestro Pedro Sánchez, solo ante el peligro, un renovado Will Kane (ya saben, la película de Gary Cooper), resistiendo bravamente  como la aldea de Astérix. Hemos visto orgullosos como se situaba al extremo en la foto de familia de los dirigentes de la OTAN. Voluntariamente aislado pero digno. Cosa que no se puede decir de otros.

Porque Trump ha venido a Europa a cobrar. Exactamente exige un 5 % del PIB de cada estado miembro para la industria armamentística americana. Una ruina. Nos vamos a comer los misiles, los tanques y los aviones. Y Pedro, nuestro Pedro, ha dicho ¡ basta!. Lástima que ya no le crea absolutamente nada de lo que dice. Porque el Kraken con gorra roja de béisbol le ha contestado que lo vamos a pagar con algún leonino contrato comercial. ¿No queremos destructores y fragatas? pues ya verán como hasta los toreros van a llevar en sus trajes de luces propaganda de hamburguesas y en vez de campos de fútbol vamos a tener espectáculos de rodeo con jinetes de vacas saltarinas.

No ignoro que a Pedro, nuestro Pedro, le viene muy bien esta teatralización de un enfrentamiento con Trump para recuperar a un electorado de izquierdas un tanto desanimado, pero ya puestos, que quieren que les diga, prefiero esta actitud al baboseo indecente del  Secretario General de la OTAN, el señor Mark Rutte que parece el "gato sonrisas" de la película de "Alicia en el país de las maravillas". No para de reírse el tipo que probablemente se convierta en el más pelota de toda la historia de la Alianza atlántica. No me extrañaría ni un pelo verlo dentro de nada con una gorra de béisbol de color rojo o disfrazado de John Wayne peleando con los comanches (si es que queda alguno)

¿Y el resto de los morosos? Pues no han dicho esta boca es mía. Todos han firmado (incluyendo  Pedro, nuestro Pedro) pagarle a Trump su 5%. Lo malo de gastarse tanto en armas es que hay que buscarse enemigos para darles salida y algunos de éstos son peligrosos. Es lo que sucedió a principios del siglo XX. La carrera por construir mayores y más numerosos cañones y acorazados  se constituyó en una de las principales causas de que estallara la Primera Guerra Mundial. Y el segundo y no por ello menor inconveniente, es que nos vamos a arruinar. Pobres pero muy armados

Imagino que todos los morosos intentarán darle el esquinazo al iracundo Zeus norteamericano y lo malo es que Pedro, nuestro Pedro se ha significado demasiado. Pero yo le voy a dar una posible solución. Ya que tenemos que gastarnos un 5 % del PIB, vamos a procurar, al menos, que no sea peligroso. La idea me la ha dado el recuerdo de una vieja novela del difunto Vargas Llosa titulada " Pantaleón y las visitadoras". En ella, el capitán Pantaleón Pantoja debe organizar un servicio de meretrices para el ejército peruano con el fin de evitar los conflictos que cotidianamente organizaba la soldadesca con la población civil. Todos hemos visto la afición que algunos de los miembros del ejecutivo de Pedro Sánchez tienen por las señoritas de compañía y por tanto, dada su experiencia, no sería difícil organizar un magnífico departamento sexual para los ejércitos de la OTAN. Con el 5% del PIB se convertiría en un servicio de lujo. No me refiero solamente a visitadoras caras, que no soy machista, sería enteramente inclusivo para todo tipo de géneros. Y creo recordar que a Donald Trump le gustan mucho las señoritas. Supongo que acogería encantado esta idea. Y no digamos Mark Rutte que con sus sonrisas y sus baboserías serviles se las llevaría a todas de calle. O no, tal vez resulte demasiado pegajoso. Ya pienso en Koldo como nuevo Secretario General de la OTAN.

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