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El mundo va a cambiar de bases

10 de Marzo de 2025
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Bases militares de EEUU en el mundo

Nos quejábamos de los anteriores presidentes de los Estados Unidos, Joe Biden, Barack Obama, y otros, por su apoyo exagerado a Israel, al que le han suministrado el ejército mejor dotado de la Tierra, en detrimento de un mísero pueblo palestino, viviendo en la indigencia, cuando nos ha vuelto a caer de nuevo Donald Trump, pero en su versión 2.0, acompañado de una corte de millonarios sin principios, salvo sus propios intereses, entre los que sobresalen el Vicepresidente J. D. Vance, y el no se sabe qué, pero que es el “recortador” por excelencia, Elon Musk, el hombre más rico del mundo, dispuestos a, desde su indudable fortaleza, poner el mundo “patas arriba”, haciéndolo cambiar de bases.

Porque han pasado pocas semanas desde que esta nueva “administración” ha entrado a presidir los EEUU y ya lo los reconoce nadie, “ni la madre que los parió”. Su política expansiva, intentando ocupar el canal de Panamá, la danesa Groenlandia e incorporar al gran país que es Canadá, como si de California se tratase, convertido en el estado 51 de la Unión, ¿o mejor de América? Y, de un garabato sísmico que recuerda a su firma, cambiar el nombre de golfo de México en golfo de América.

Pero ahí no queda todo, su política arancelaria es “marca de la casa”, que ya la utilizó en su anterior mandato, y que tiene como objetivo que todo se produzca y se fabrique en su América. Eso sí, mientras llega ese momento, que tardará, es más que probable que la tan criticada inflación alcanzada en el mandato de Biden se quede corta, con la que van a padecer ahora con todos los productos provenientes del exterior un 25% más caro. ¿Aguantarán esta mísera política las clases populares que le han dado el voto en las pasadas elecciones? Porque de esto no se va a escapar ni su socio Musk que verá como sus coches eléctricos, Tesla, pierden competitividad frente a otros no castigados por aranceles.

Y que no se nos pase por alto la política terrorista anti migración, porque cualquier inmigrante que aparezca por una calle cualquiera, tendrá sus horas contadas en los EEUU porque, a la velocidad del rayo, será deportado hacia su país.

El trumpismo galopante que nos espera, huye como de una vara verde de China a la que respeta y teme. De ahí que, desde el primer momento, se ha dedicado a romper la alianza Rusia-China, utilizando como excusa el alcanzar la paz en la ya larga guerra Rusia (invasor)-Ucrania (invadido), ninguneando a la Unión Europea, y pactando con Rusia una paz a la carta de Putin, bajo unas condiciones que Ucrania no puede aceptar, como es el hecho de que no se le ofrezcan garantías de que no habrá otra invasión.

Y tienen razón, porque ya han sido invadidos dos veces por Rusia: la primera vez conquistaron y se anexionaron la península de Crimea, y ahora quieren el 20% de Ucrania que supone el territorio conquistado: Donetsk, Zaporiya, Lugansk, Jersón y, recientemente Dombass, ¿quién garantiza que después de la paz actual no vendrá otra guerra en la que los rusos se planten en Kiev?

Pero a todo esto, los EEUU, nunca han ido de gratis por la vida. Recordemos lo que pasó en la II guerra Mundial: Los rusos frenaron a Hitler en sus heladas tierras siberianas, Leningrado y Stalingrado, para que luego llegaran los yanquis y, en Normandía, frente a una Alemania en decadencia, vencieron para poder sentarse en la mesa para repartirse el mundo. Y todo sin haber caído una sola gota de sangre en su territorio, más allá de Hawai que no fue para tanto, según dicen los últimos investigadores de este tema.

Pues bien, ahora, por estar presentes en la negociación de la paz para validar lo que diga Putin, se van a llevar el 50% de las tierras raras (lantánidos) de Ucrania, imprescindibles para los progresos tecnológicos que se avecinan.

Y mientras tanto, Europa, ante la orfandad derivada de su ruptura de los EEUU, tendrá que  rascarse el bolsillo para armarse. Esperemos que no sea comprando las armas a Trump. 

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