José Ballesta el matacán, alcalde de Murcia, ha aceptado la imposición de VOX (Violencia, Odio y Xenofobia) de convertir esta ciudad en un aquelarre sotánico-satánico todos los domingos por la mañana.
Los murcianos y las murcianas nos vemos obligados a tragar por imposición aberrantes "tú eres mi pastor" y demoníacos "aleluyas". El oficiante cornúpeta, con cara de no saber dónde está su mujer, pasa páginas con la lengua y, con ojos desorbitados, brama por la salvación de las almas de los desalmados que acuden al encierro. Esto ocurre, con una macabra coordinación inquisitomilitar en varios puntos del centro de Murcia, ¡al mismo tiempo! Es una emboscada contra la razón, contra la libertad, y contra la Constitución, de la que no hay escapatoria, salvo que uno se quede en casa o se vaya de fin de semana.
Sí, mis queridos y queridas lectoras, en Murcia se celebran siete u ocho misas en la calle los domingos por la mañana. Se hacen al mismo tiempo y en lugares céntricos convirtiendo el paseo matinal en un insufrible Vía Crucis. Los asistentes, ataviados con pulserita y fachaleco, encarnan el mal y aterrorizan a los inocentes ciudadanos con sus vidriosas miradas reprobatorias mientras pasamos a su lado, asustados. En esto se ha convertido mi ciudad.
Al matacán, siendo él mismo más fascista que Franco, le importan un pijo las imposiciones de VOX con tal de seguir en el cargo sin dar un palo al agua, que es su auténtico y muy conocido objetivo secreto en la vida. Mientras, los murcianos y las murcianas, a tragar.
Obligar a la gente a que acepte, por la fuerza de la invasión del espacio físico, tus preceptos, tus doctrinas, tu filosofía, tus miserias espirituales, tu sinrazón, tu ignorancia, aparte de una ignominia, es, según creo, inconstitucional. Y si no es inconstitucional, debería serlo. Las cosas del espíritu, en privado, y las cuestiones políticas (que sí nos interesan a todos y a todas) en campaña electoral y en los espacios específicamente habilitados para ello, nunca en los espacios públicos transitados por inocentes.
Una cosa es que el espacio público sea de todos, y otra muy diferente ocupar ese mismo espacio para "propagandizar" las repugnantes ideas de un grupo de fanáticos. O las maravillosas ideas de un grupo de científicos. Me da igual. El espacio público es un espacio de libertad, y por lo tanto, es inadmisible que sea infestado por nadie para imponer sus criterios por la vía de la "inundación".
Curiosamente, los que hacen esto suelen acusar a los que no piensan como ellos de "ideológicos"; de hacer políticas, o planteamientos "ideológicos" ¿Y transformar el espacio público, que es de todos, en una extensión del fanatismo de unos inquisidores salvajes, qué es? Hemos retrocedido exactamente cuatrocientos años, a un tiempo de brujas, de miedo, de oscuridad, en el que todo era milagro y demonios.
Y mientras tanto, ¿qué hace la oposición del Psoe, que no socialista, en el Ayuntamiento de Murcia? Nada absolutamente ¿Por qué? Porque son unos ineptos que están apollardaos, agilipollaos, atontolinaos, apetardaos, acojonaos, espantaos, y estupefactaos. Vamos, que no valen ni para tacos de escopeta. Como siempre, el problema de la formación.
Por favor, si alguna persona de que las que leen este artículo conoce un sitio decente donde vivir en España, que me lo haga saber en los comentarios. Lo digo de cara a mi jubilación.
Un saludo a todo el mundo.