El proverbio otomano que sirve de introducción al segundo episodio de Los nuevos tiempos dice así: “Las noches están preñadas y nadie sabe que nuevo día nacerá”. Confieso que una vez finalizada la lectura de esta primera parte, esta frase me ha resultado tremendamente inquietante.
La acción nos sitúa en La Goffe, un pequeño pueblecito belga de las Ardenas, en 1938, justo antes del comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Thomas Deschamps acaba de regresar del Congo, de donde ha sido expulsado. Ha heredado de su tío un albergue, el pequeño Hotel des Roches. Su carácter aventurero y despreocupado se opone completamente al de su hermano mayor, Charles, una persona seria y responsable. Sus ideas políticas les separan: mientras que el primero posee un carácter rebelde e independiente, el segundo abraza abiertamente las ideas fascistas del partido rexista. Sus diferencias abarcan también el terreno sentimental, pues ambos compitieron en el pasado por el amor de Alice, la cual optó finalmente por la mayor seguridad que le ofrecía Charles. El elenco de personajes se completa con Assunta, una catalana huida de la guerra civil española, socialista, con la que Thomas mantiene una tortuosa relación y con Joseph, el mejora amigo de nuestra protagonista, un cura tolerante y comprensivo.
Mientras que la primera mitad de la obra nos describe minuciosamente el ambiente previo a la guerra, tanto en el entorno rural como el que se respira en Lieja, hasta el 25 de agosto de 1939, día en el que el rey Lepolodo III decreta la movilización general. La segunda mitad, en un giro mas que interesante, comienza exactamente el 3 de septiembre de 1944, cuando los aliados pisan terreno belga y están a punto de invadir Alemania. Se nos narrarán la actuación y las desventuras de cada uno durante el enfrentamiento, produciéndose más de un giro inesperado y planteándose algún interrogante que quedará sin resolver.
La inocenteGuión y dibujo de Éric Warnauts y Guy Raives Coediturm (XI-2016)Estamos ante el primer ciclo de una trilogía que promete ser apasionante. Curiosamente, el protagonismo de la segunda parte se cederá a Assunta, mientras que la tercera estará centrada en las vicisitudes de Bernadette, la hija de Thomas. Espero que durante 2017 podamos enterarnos de todos los secretos y misterios que se han planteado en esta primera parte.
La ambientación de la serie es excelente. Uno termina verdaderamente por internarse por el valle del Aisne tras la lectura de unas pocas páginas e interesándose por este conjunto de criaturas. Además de documentarse minuciosamente, como es su costumbre, los autores han nacido cerca de esta zona y residen en Lieja: Éric Warnauts es de Colonia y actualmente imparte clases en la escuela superior de artes Saint-Luc, en tanto que Raives (seudónimo de Guy Servais), además de liejense, es colorista y realiza libros infantiles. Su método de trabajo es algo peculiar: ambos escriben y dibujan sus obras. Tan sólo hay dos tareas específicas: Éric escribe los textos y Guy colorea. Llevan funcionando así más treinta años.
Suites venencianas Integral 1Guión y dibujo de Éric Warnauts y Guy Raives Ponent Mon (X-2016)Inferior como tebeo resulta La inocente, de los mismos autores y en la misma colección. El tema central es más apasionante si cabe: la vida de otro conjunto de personajes, esta vez todos alemanes, toda vez que han perdido la guerra, cada uno con diferentes actitudes y diferente posicionamiento político. Nina, su protagonista, se evade de un internado, disfrazada de chico. Recorrerá Alemania desde Westfalia a Berlín, acompañando a un batallón de soldados norteamericanos que la ha recogido. Durante el camino ira descubriendo las atrocidades del régimen nazi, para terminar contemplando como después de las primeras condenas ejemplares, el entramado social acabará haciendo la vista gorda con muchos seguidores del antiguo régimen con tal de que el conjunto de la ciudadanía no se posicione del lado soviético. Al igual que sucede en Los nuevos tiempos, los guionistas no dudan en repartir leña entre todos los bandos cuando es necesario.
Sin embargo, conviene señalar también los defectos de La inocente. Aunque puede que no resulte evidente, es una obra primeriza. Contiene numerosas deficiencias narrativas y trata de abarcar demasiados temas, que acaban diluyéndose o perdiendo fuerza. A pesar de su extensión, deja en el lector una sensación de plato a medio cocinar.
Muy estimulante resulta otra obra de estos autores, aunque su temática sea completamente diferente. Estoy hablando de Suites venecianas, un conjunto de intrigas, asesinatos y conspiraciones ambientado a mediados del siglo XVIII, cuando la Serenísima ya se ha convertido en el destino lúdico de la aristocracia europea. Es la Venecia de Goldoni y Farinelli, de los casinos y del turismo sexual. El carnaval ya dura cinco meses y los inquisidores campan a sus anchas, impartiendo justicia de forma desaforada.
Es una serie extensa: la componen un total de nueve álbumes, en este primer volumen se incluyen los tres primeros, por lo que es un poco temprano realizar valoraciones sobre ella. Gráficamente es muy atractiva: lugares, edificios, interiores, monumentos y canales de Venecia están magníficamente representados y son reconocibles. Sin embargo, los personajes están dibujados con un estilo más sencillo, lo que confiere al conjunto una sensación contradictoria: en ocasiones parece surtir un efecto de Gran Guiñol, aumentando el dramatismo e intensidad de la trama, mientras que en otros confiere una sensación de apresuramiento, como si se hubiese acelerado el ritmo de trabajo para cumplir la fecha de entrega. Desconozco si ha habido un reparto de tarea entre los dos dibujantes, no parece que haya sido así. Lo que resulta curioso es comparar Suites venecianas con Los nuevos tiempos. Sin información adicional, resultaría difícil saber que ambas obras están realizadas por los mismos autores, para lo bueno y para lo malo. No sucede lo mismo con las portadas, que sí comparten estilo y son reconocibles, así que me quedo algo desconcertado.
Como desconcertado me deja el hecho de que todos estos álbumes se hayan publicado durante los dos últimos meses en nuestro país, después de más de veinte años de ausencia.