Recientemente he tenido conocimiento a través de la asociación Liberum de algo que se ha aprobado en el Consejo Europeo de forma unilateral sin ni siquiera producirse votación por parte de los Estados. Se trata de la estrategia de la Unión Europea en materia de salud mundial. El documento se puede consultar en el siguiente enlace: https://www.consilium.europa.eu/es/press/press-releases/2024/01/29/eu-global-health-strategy-council-approves-conclusions/
En el punto 1 promueven la salud mundial sobre la base de la solidaridad, la humanidad, la equidad, la igualdad de género y el respeto de los derechos humanos. Empezaré diciendo que no estoy en contra de ninguno de estos principios, sin embargo, alguien me tiene que explicar que tiene que ver todo esto con la salud puesto que yo pensaba que la salud estaba muy relacionada con la alimentación, el ejercicio físico, la vida sana o el entorno en el que vivimos entre otras cosas. Por otro lado, me sorprende que hablen de los derechos humanos después de haberlos pisoteado una y otra vez desde 2020 a raíz de la covid que, todo hay que decirlo, les ha venido muy bien para poder saltarse hasta la constitución con la excusa del bien común.
En el punto 2 se menciona la salud como requisito previo para el desarrollo sostenible, pero ¿qué es el desarrollo sostenible y que tiene que ver con la salud? Una de las definiciones que he encontrado en un informe de 1987 es “el desarrollo sostenible es aquel que satisface las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. (WCED, 1987: 8)”, es decir, no agotar, ni desperdiciar los recursos naturales y tampoco lesionar el medio ambiente, ni a los seres humanos. Como podemos ver, es una meta muy loable, pero, de nuevo, no veo la relación de la salud como requisito previo para conseguir ese fin. Más bien lo que veo es que es una terminología que se utiliza con frecuencia con fines políticos y sobre la base de evitar las críticas a cualquier norma u obligatoriedad que, sin utilizar esta bonita palabrería, nadie estaría dispuesto a aceptar.
A continuación, mencionan, como no podía ser de otra manera, la igualdad de género, combatir los estereotipos de género nocivos y luchar contra la estigmatización y la discriminación porque, según ellos, esto es fundamental para alcanzar una buena salud para todos. Parece, de nuevo, que lo que yo llevo creyendo toda la vida de que la salud tiene que ver con la buena alimentación, el deporte y la vida sana ya no sirve. Ahora si no hay igualdad, no hay salud. Seguro que alguien estará pensando que también es importante la salud mental y ahí estos temas pueden ser relevantes y en eso estoy de acuerdo. Sin embargo, de ahí a afirmar que es imprescindible para alcanzar una buena salud para todos hay un abismo.
Sigue diciendo el documento que la salud mundial es un pilar esencial de la política exterior de la UE, indispensable para reforzar el orden internacional basado en normas. ¡Tócate las narices! En otras palabras, nos intentan “colar” por la puerta de atrás que será necesario acatar las normas que impongan con la excusa de la salud por el bien común, algo que ya ha sucedido en un pasado reciente.
En el punto 3 habla de la triple crisis planetaria del cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la contaminación, junto a un entorno geopolítico en rápida evolución. ¿Cómo no iba a salir por alguna parte el cambio climático acojonante como dice mi admirado Fernando López Mirones? Eso sí, que nadie piense que el cambio climático es un fenómeno natural que lleva existiendo desde que el mundo es mundo; en absoluto, ahora el cambio climático está claramente provocado por el hombre porque, si no, no da miedo y es más difícil controlar a la población.
En cuanto a la pérdida de la diversidad, aquí sí que tiene mucho que ver el hombre. No hay más que asomarse a la contaminación de los océanos, la deforestación, la apertura de minas para extraer tierras raras para fabricar baterías para teléfonos móviles o vehículos eléctricos, esos que van a salvar el planeta y que no contaminan nada (modo ironía como veremos a continuación). Lo que no te dicen es el problema ecológico que supone abrir minas para la extracción de los materiales necesarios para fabricar las baterías, minas que posteriormente se abandonan dejando un paraje asolado que afecta enormemente a la diversidad del entorno.
Y también se habla en este punto 3 de la contaminación. ¿Cómo iba a faltar este mantra? Lo que no cuentan es que gran parte de esa contaminación sí que la provoca también el hombre, pero no son los coches sin etiqueta medioambiental el gran problema como nos quieren hacer creer, ni tampoco los etiqueta B o C que van a terminar siendo proscritos también en un futuro no muy lejano. No señor, el principal problema de la contaminación son los aviones comerciales y privados, la navegación, las calefacciones o la energía eléctrica producida para recargar las baterías de esos coches verdes que no son tan verdes como nos quieren hacer creer puesto que la energía que se utiliza para recargar las baterías de los vehículos eléctricos suele estar, en su mayor parte, generada por la quema de combustibles fósiles. Como dice Lorenzo Ramírez, uno de los periodistas de investigación más honestos de este país, nos hemos puesto la soga verde y nos vamos a terminar ahogando con ella.
Termina el punto 3 hablando de promover la vida sana y el bienestar en consonancia con la Agenda 2030 y aquí ya no sabía si reír o llorar ¡Ya salió la agendita! Evidentemente no se refieren a comer una dieta sana y equilibrada basada en carne, pescado, verduras o fruta ya que es evidente que intentan eliminar al sector primario a toda costa, no hay más que ver las huelgas que se están produciendo en el sector en gran parte de Europa. No señores, aquí se refieren claramente a la carne artificial de William Henry Gates III (más conocido como Bill Gates pero que, como dice López Mirones, no me apetece usar con semejante personaje un apelativo cariñoso), los transgénicos de Monsanto o las fábricas de insectos como la que ya tenemos en Salamanca. Estoy convencida de que esta última, queridos lectores, es la dieta sana a la que se refieren.
El punto 4 habla de un enfoque basado en los derechos humanos y esto queda también muy bonito sobre el papel. ¿Quién no va querer que se respeten los derechos humanos? aunque me da a mí que ni siquiera se los han leído ni saben lo que son. En concreto, el artículo 2 creo que es el que más se vulnera una y otra vez. El pistoletazo de salida fue la pandemia de 2020 que, como bien ha dicho Klaus Schwab sin esconderse, ha brindado multitud de oportunidades para un gran reinicio. Lo mismo en este gran reinicio se incluye el eliminar por completo los derechos y libertades de la declaración de los derechos humanos porque, total, ya se los saltan una y otra vez. Concretamente el artículo 2 establece que no debe haber distinción alguna en función de la raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Como puede ver el lector, este artículo se lleva vulnerando unos años sistemáticamente. Se ha vulnerado el derecho a la libertad repetidamente durante la pandemia al encerrarnos de manera ilegal en casa, no dejarnos circular por el territorio nacional, prohibir el acceso a bares, restaurantes, competiciones deportivas y otros lugares públicos a las personas que no aceptaron inyectarse el experimento genético, etc. Si nos vamos al artículo 13 en el que toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado, aquí evidentemente se refiere a circular en patinete, en bicicleta, a pie o en un coche eléctrico, porque si tienes un coche antiguo sin etiqueta medioambiental (algo que se va a extender a no mucho tardar a las etiquetas B y C) solo va a poder circular libremente por donde quiera el alcalde de turno para poder “trincar” las subvenciones europeas porque, señores, no se engañen: Europa NO obliga a las zonas de bajas emisiones como no hacen más que machacar en todos los medios de desinformación masiva. Europa lo que establece es una calidad del aire y ha sido el Estado español el que ha transpuesto esa directiva europea a su ordenamiento jurídico estableciendo las zonas de bajas emisiones obligatorias en ciudades de más de 50 000 habitantes porque, si no se cumple con los límites de calidad del aire, no se pueden recibir los fondos europeos.
Se habla también en este punto de las contribuciones de la UE a la paz y la seguridad. Esto nadie lo duda, ¡no hay más que ver la paz y la seguridad de Ucrania o Gaza! Se habla del clima y del medioambiente (y dale Perico al torno, ¡qué pesaditos con el cambio climático!), la educación (por supuesto que tienen que seguir adoctrinando para que no dudemos de sus patrañas), la nutrición y la seguridad alimentaria (en otras palabras: comer insectos, carne artificial y transgénicos ¡sin duda mucho mejor que un buen chuletón!) y termina hablando en este punto del comercio y del agua. El agua, bien común de primera necesidad que siguen privatizando para poder seguir fastidiando a los agricultores con el coste del agua, por no mencionar la normas de fitosanitarios que están obligados a cumplir en la UE, pero que incumplen otros países como Marruecos o Ucrania, aunque puedan vender aquí sus productos reventando los precios y ahogando a nuestro sector primario. A todo esto, hay que añadir las ganas que tienen de extender por el mundo sus semillas transgénicas estériles. ¡Qué raro que no hablen del metano de las vacas!
El punto 5 habla de la ambición de la UE de ser climáticamente neutra en 2050, o sea, que quieren cargarse a todo Cristo porque sin CO2 no hay vida. Y hace hincapié en la salud mundial como respuesta de la UE a la agenda 2030. ¡Qué manía les ha entrado con el 2030 y el 2050! También mete aquí el derecho a decidir libremente sobre la salud sexual y reproductiva, incluyendo una educación sexual integral, en otras palabras, el adoctrinamiento para el aborto y las relaciones LGTBI. Para terminar, viene el plato fuerte. En el apartado a) del punto 6 habla de mejorar el acceso a dietas seguras, suficientes, nutritivas y saludables (otra vez los insectos, la carne artificial y los transgénicos). Y termina hablando de la lucha contra el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol. Como ahora quieren legalizar las drogas, ¿para qué hace falta algo tan nimio como el tabaco o el alcohol?, mejor una dosis de soma para atontar a la humanidad aún más. El único punto bueno que he encontrado es el apartado b) del punto 6 en el que se habla del acceso equitativo a unos servicios de salud de calidad y un personal sanitario cualificado y suficiente. Claro que pensándolo mejor, espero que no se refiera al acceso equitativo a medicamentos experimentales porque, en ese caso, les cedo mi parte gustosamente. En cuanto a lo del personal sanitario cualificado y suficiente, buena falta nos hace reforzar la sanidad, pero en ningún momento se habla en el documento de la financiación para este supuesto. Esperemos que no sea a base de vulnerar más derechos fundamentales para poder recibir fondos europeos.
Para ir concluyendo, en el apartado c) se habla de lo más importante: se necesitan subsanar las lagunas de gobernanza mundial; un acuerdo jurídicamente vinculante sobre pandemias y un reglamento sanitario internacional reforzado. Es que ya te lo dicen alto y claro ¡para qué esconderse! Las enmiendas al Reglamento Sanitario Internacional se están negociando y el Tratado de Pandemias también. La idea es tenerlo aprobado para finales de mayo y muy poca gente está al tanto de este tema de suma importancia para los estados que verían vulnerados sus derechos porque sería vinculante. Es el momento de alzar la voz para oponernos a ceder la soberanía sanitaria a una organización que no ha votado nadie porque la OMS, por mucho que se empeñen en hacer creer que es pública, es un organismo privado cuyos fondos proceden en su mayoría de George Soros, Gates y otros supuestos filántropos.
Si lo anterior sale adelante, te podrán encerrar cuando les venga en gana con cualquier excusa, ya sea con motivo de una pandemia o del cambio climático, inyectarte lo que les venga en gana y prohibirte comer lo que les venga en gana, pero, tranquilo, que será por tu salud y por el bien común. Esto no es conspiranoia, te lo dicen a la cara alto y claro y el que no lo quiera ver, que reviente.
Eso sí, todo ello te lo presentan articulado en torno a una OMS reforzada y más eficaz que rinda cuentas y esté financiada de forma sostenible. Lo que no dice es que a quien tiene que rendir cuentas es a Soros, a Gates y los supuestos filántropos que la financian. Por último, habla de las Naciones Unidas y la Alianza de las vacunas (o sea, GAVI, de nuevo Gates). ¡Dios nos pille confesados!