El universo está plagado de mala gente, y también de personajes muy tontos, en el caso de que en una persona se junten estas dos cualidades negativas, u otras como soberbia, estaremos ante seres que no nos merecemos, porque sobran en este mundo que necesita de gente inteligente y que piense en el interés general o bien común. Pero por desgracia este tipo de personas escasea cuando más se les necesita.
No me equivoco si, en estos momentos, afirmo que dos indeseables campan a sus anchas por este planeta: Netanyahu y Trump. El primero, en el sentido freudiano, combate sus frustraciones asesinando palestinos humildes, en su gran mayoría mujeres, ancianos/as y niños/as, tantos que, en estos momentos, y con la dificultad que tiene la obtención de datos precisos, se puede afirmar que son ya más de 52.000 los palestinos defenestrados en Gaza, principalmente, pero también en Cisjordania.
Además, no solo matan palestinos, sino que los mantienen sin medios para vivir: comida, medicinas, agua, combustible, y todo en un inhóspito paisaje de destrucción en el que ya no queda casa que se mantenga en pie y, por si faltaba poco, se les castiga a moverse a lo largo de la franja de Gaza, a las órdenes del ejército israelí, con el único horizonte de seguir muriendo hasta que queden pocos y puedan desplazarse a otro lugar, ¿cuál?, y dejar sitio para que el sátrapa Trump se haga un resort en el que alternar sus vacaciones desde Miami, jugando al golf, hasta Gaza: campo y playa.
Si Netanyahu tiene mucha culpa, en estos momentos Trump no se queda atrás, por su apoyo incondicional a la causa de Israel, en el genocidio cruel que se está llevando a cabo con el pueblo palestino.
Lo de Trump es impresentable porque se trata de un individuo repugnante, presuntuoso y con muy poca materia gris en el cerebro. No me acercaría a un metro de él ni harto de vino.
El personaje en cuestión, mafioso para los negocios, brabucón a carta cabal que, lo último que ha dicho es que la gente le besa el culo para hablar de aranceles. ¿Será mamarracho? Espero que la Unión Europea a la que pertenezco, no caiga en semejante obscenidad y le devuelva con creces los aranceles que nos ha colocado.
Pero no ha sido solo a nosotros, lo ha hecho con el mundo entero sobre una base más falsa que una moneda de euro de chocolate, y utilizando un razonamiento detestable. Así, se ha fijado en la balanza de pagos con cada país: a los que le compran menos a EEUU les pone un arancel más alto.
¿Tiene lógica este razonamiento? Desde el punto de vista matemático NO, porque un país pobre le puede vender legumbres, vegetales, pero no tendrá fondos pata comprar mercancías de un lugar tan caro como los Estados Unidos de América. O sea, cuanto más pobre sea más te castigará.
Pero desde su óptica de ultraderechista sí que tiene su lógica, porque va buscando que los pobres sean cada vez más pobres. ¿Y por qué no le ha puesto aranceles a Rusia? Porque aspira a repartirse el mundo con Putin y no se inmiscuya en sus ideas anexionistas de Groenlandia, Panamá o Gaza, ¿y por qué no Canadá y México? De este monstruo no se puede esperar nada bueno. Pero que no menosprecie a China porque se puede llevar una non grata sorpresa.
Y a todo esto aspira a un tercer mandato en contra de la enmienda primera de la Constitución de Estados Unidos.
Esperemos que el pueblo de EEUU, en su momento, reaccione y lo eche a patadas democráticas de su cargo de presidente.
Así sea.