08 de Agosto de 2024
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No mentirás

"No mañanamos", escribió Ortega y Gasset con su gracejo sobre los españoles. Por eso llegamos tarde a casi todo y nos cuesta tanto adaptarnos a la innovación. En este sentido, somos más de Unamuno: “Que inventen ellos”. En esto se equivocaba Don Miguel.

Cuando tenemos ocasión, siempre hay pretextos para echarnos abajo las mejores intenciones con mentiras. En Madrid conocemos bien este proceder, porque tenemos un alcalde y una presidenta de la Comunidad que suelen hacerlo, confiando en que todo se olvida, después. Pero hacen mal, ya que no es un modelo de ejemplo.

Recientemente, la curiosidad, me ha llevado a echar un vistazo a una de las empresas más innovadoras, que se encuentra en Extremadura, Smallops, que transforma los residuos agrícolas en biogás, entre otras materias. Es sostenible medioambientalmente.

Con los residuos producen nano partículas de hierro, que después aplican al campo como fertilizante exento de tóxicos. Igualmente las convierten en biogás como cuerpo de energíalimpia. Es una alegría saber que en este mismo año han sido galardonadas 14 organizaciones españolas por su innovación, precisamente.

No se trata de ofrecer la lista de todas ellas, pero sí de enfrentarlas a tanto pazguato conocido, que propala que producen malos olores, que no son rentables y que, comarcas como la Alcarria (Guadalajara) no las aceptan. Y no hay más que hablar, el Alcalde es el que manda. Y los demás tienen que obedecer. ¿En virtud de qué experta autoridad hay que hacerlo? No parece que haya expertos en la Alcarria que así lo aconsejen.

Conocer algunos datos nos llevará a poder hacernos preguntas con fundamento. Por ejemplo, en Europa, hay 18000 plantas de biogás, mientras que en España, apenas 50 (siempre según el código de barras adjunto). Es Europa la que se equivoca, dirá el pesimista y el hidalgo español. Esto no es aceptable. Si la experiencia fuera negativa, Europa no se dedicaría a estas tecnologías. /GRÁFICO DE BARRAS/

Plantas de biogás en España y Europa.

 

Se busca transformar lodos y restos de cosechas y alimentos en electricidad y calor, evitando quemar combustibles fósiles y generando abono para fertilizar el campo. Europa lidera esta iniciativa desde hace una década, pero España ha mostrado reticencia hacia esta tecnología para producir biometano, un gas metano de origen biológico. Según Repullo Almagro, experto de la Asociación Española de Biogás (Aebig), el gas que exportamos de Argelia contiene un 97% de metano, mientras que el producido en las plantas de biogás locales tiene entre un 55 y 60%, aunque es posible purificarlo hasta alcanzar el 97%, lo que resulta atractivo para las empresas de gas.

Aunque es más costoso, con incentivos o tarifas especiales podría ser rentable. Sin embargo, falta inversión en este sector, que es parte de la economía circular, transformando residuos en energía y abonos para la agricultura, un aspecto que también debe valorarse. Francia es líder en la producción de biometano y está cerca de nosotros.

En cuanto a los residuos porcinos, hay más que suficientes para resolver el problema de su gestión. A pesar de que nos gusta el cerdo y su exportación es exitosa, rechazamos su crianza, olvidando que antes en los pueblos había corrales donde se depositaban residuos para luego fertilizar los campos con ellos. De esta manera, se mantenían los campos y estos, a su vez, ofrecían generosos frutos, actuando como centros de fertilizantes naturales.

Posteriormente, se introdujeron los nitratos. Algunos son perjudiciales para la salud. Por ello, debemos ser cautelosos con la carne que consumimos, ya que entre un 10 y un 15% de los nitratos provienen de ella, especialmente de la procesada. Aún recordamos el cartel del Nitrato de Chile, conocido como "oro blanco", con la silueta de un jinete a caballo, que fertilizaba nuestros campos.

El escritor Andrés Cabello inmortalizó a los trabajadores que lo manejaban:

"En ti, la sangre roja como un río

donde el sol restregara su cabeza.

Tu puño es una flor de fortaleza.

Da a las piedras tu pecho el señorío."

Esto trajo riqueza al país y miseria a los obreros chilenos, que se pusieron en huelga. La huelga fue denunciada por Luis Advis en su famosa Cantata de Santa María de Iquique, que muchos hemos escuchado y conservamos hasta el día de hoy.

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