10 de Febrero de 2019
Actualizado el 02 de julio de 2024
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manifestación
La España cañí, de la pandereta, la del nodo y en blanco y negro no es para tanto. Al menos, esa sensación ha dado la manifestación de la derecha y la ultraderecha celebrada esta mañana en la plaza de Colón en Madrid.Aceptando que 45.000 asistentes es algo aceptable y no un fracaso para el PP, Ciudadanos y Vox -pasando por alto los grandes recursos que han puesto los populares para que la de hoy hubiera sido la gran manifestación del siglo- tampoco es para tirar cohetes.Otra cosa es la visión del campeón de tiro al güito, Teodoro García Egea, que cuando asume su papel de secretario general de Pablo Casado asegura sin rubor que él esta mañana ha visto más de 200.000 personas, pero, lo mejor, es que su vista de lince le ha permitido incluso distinguir a los socialistas desencantados en la manifestación. ¡Ayyy el hombre!, qué guasa tiene.Mientras, desde que el PP y Ciudadanos convocaron la manifestación contra el relator -que para cuando se ha celebrado ya estaba descartado por el Gobierno- la contramanifestación en redes sociales ha ganado por goleada.
Hay otro mundo que posee el monopolio del ruido y de los altavoces. Pero no son los buenos, no lo son
Así, los hashtag contra la manifestación de Colón han arrasado. Claro ejemplo de ello han sido, por ejemplo, #YoNoVoy o #YoNoVoyNipaquíNipallá .#YoNoVoy logró el jueves mantenerse como tendencia en España más de 20 horas, quedándose el #YoVoy en 11 horas. Cabe matizar que ambos bandos han acabado por utilizar las dos etiquetas con el fin, claro, de intervenir y boicotear la conversación ajena. Sin embargo, los números confirman que la campaña contra la marcha ha sido más eficaz en redes que la convocatoria inicial.Y mientras, se sigue trabajando por dividir a las dos Españas, se ha hecho negocio del ruido. Pero el resto de ciudadanos, de políticos y hasta de instituciones, es decir, la inmensa mayoría, vive, trabaja y organiza, aún a sabiendas de que hay otro mundo que posee el monopolio del ruido y de los altavoces. Pero no son los buenos, no lo son. Seguro.
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