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Nuevas voces

17 de Noviembre de 2022
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Piensa mal y acertarás

Una de las mejores cosas de esta “plandemia” es que ha habido gente valiente que a salido a los medios con gallardía y valor. Personas que en su mayoría no son periodistas pero que no han tenido miedo a alzar la voz y  a decir lo que pensaban. Incluso a informar de lo que pasaba usando sus escasos medios.

Son aquellos quienes no sujetos a lineas editoriales o a ordenanza alguna, se han comprometido con la gente a hablar desde su verdad que no es mas que el día a día de cada uno, el de nosotros y el de ellos. Personas que en muchos casos están siendo extorsionadas, amedrentadas cuando no vilipendiadas e insultadas por trasladar una realidad que algunos tratan de ocultar.

Gente corriente, como usted y como yo, gente que se dedica a sus labores cotidianas y luego aprovechan su tiempo libre para separar el trigo y que el viento se lleve la paja dejando caer el grano tal cual ha brotado de la tierra para que podamos meternos en harina  tras la molienda.

Es la profe, la psicóloga, el abogado, el jardinero, el agricultor, los biólogos y los médicos. Es el cómico y el policía, también el militar y el historiador. Es el bombero y el sanitario. El divulgador. Es el locutor de radio y el guitarrista… es el cantante y ellos saben quienes son. Profesionales de toda índole. Al final, solo ciudadanos que se juegan el pellejo para mostrar la verdad.

Habitan todas las plataformas por donde tratan de llegar a la gente, a pesar de las dificultades con las que han de lidiar a diario. A la gente que ha sido engañada, que sufre. Que les dijeron una cosa pensando en recuperar su libertad y les dieron enfermedad y soledad. A la gente que creíamos que algo no funcionaba y abrieron una ventana para que entrara la luz y el aire fresco.

Hubiera sido mas fácil haberse desahogado en la barra del bar y haber arreglado España oliendo a fritanga pero ese no es el camino. Si todo eso no se quedara solo entre cerveza y cerveza, igual otro gallo nos hubiera cantado.

Son perseguidos hasta la extenuación por decir la verdad. Hasta por limitarse a trasladar lo que escribe la oficialidad en sus boletines, son censurados y hechos callar. Pero si hay algo que es como la vida misma, que aparece donde menos te lo esperas, es la verdad.

Otros, sin embargo no pueden decir lo mismo. Mercenarios de la información que engañan a sabiendas cuando su amo chasca los dedos. Mueven sus colitas a la orden de “ya” mientras lamen las migajas que se caen de las mesas de sus amos.

Esos grandes profesionales que hablan de rigor estando siempre prestos a quitar el altavoz y el micrófono a aquellos que se les sale del guión y contravienen sus certezas. Deberíais limpiaros la boca pues jamás vi salir tanta mierda, como cuando ponéis de manifiesto vuestra arrogancia.

Por eso son cada vez menos los que escuchamos vuestra sarta de majaderías que poco o nada se parecen a la verdad. Os dejáis dirigir  por aquellos que a buen seguro os premiaran con vuestro hueso a fin de mes. “Y que esas botas queden relucientes, no sea que el amo proteste”.

Seguiremos  a aquellos que siguen a flote a pesar de la marejada, agarrados al tablón tras el hundimiento, aguantando los golpes de “La Mar” mas creen en lo que hacen.

Gracias a esta gente no seguimos a oscuras y puede que les incomode un poco pero si hubiera que aplaudir a alguien a las 8, sería sin ningún lugar a dudas, a ellos. Las nuevas voces que defienden la verdad para compartirla con todos nosotros.

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