El pasado sábado 27 de julio se celebraba en París la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos más esperpéntica y grotesca que habíamos visto nunca.
Una muestra inequívoca de cómo la "Cultura Woke" ha tomado el poder absoluto en Occidente y todas las instituciones democráticas rinden pleitesía a ese lobby con el dinero del contribuyente como no podría ser de otra manera.
Tras la inauguración pudimos observar algunas maravillas como un triatleta vomitando después de nadar en las putrefactas aguas del río Sena o un boxeador que se autopercibe mujer golpeando a una mujer biológica en un combate "femenino" hasta casi provocarle daños cerebrales... y esto es sólo el principio.
Los juegos olímpicos fueron creados en la antigua Grecia para ensalzar las habilidades, la fuerza, la precisión, la disciplina y la grandeza del ser humano.
Lo que se pretende con esta versión satánica de los mismos es justo lo contrario. El nuevo orden mundial promueve sin ambages el culto al feísmo, la decadencia, el hedonismo y los placeres vacuos.
El objetivo siempre es el mismo. Debilitar los cimientos de las sociedades modernas para poder así esclavizar, extorsionar y, en última instancia, asesinar a aquellos que les sobran.
La Matrix puso sus cartas boca arriba en 2020 con la farsa del COVID-19 y lo sigue haciendo cada día que pasa. No hay más ciego que el que no quiere ver. Puedes quedarte y tragar con todo lo que viene o empezar a crear una alternativa viable para salir de este manicomio al que llaman "Sistema".
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