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El original lenguaje de la corrupción

08 de Julio de 2025
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Denuncias por corrupción

Dentro de la natural indignación que a todos nos causa la corrupción generalizada que rodea a los gobiernos occidentales y al nuestro en particular, no dejan de producirse momentos muy divertidos e incluso hilarantes que tienen que ver con los intentos de excusar actuaciones inaceptables e intentar hacernos comulgar con ruedas de molino mediante grotescas mentiras y absurdas deformaciones de los hechos. Pero el problema reside en que al hablante se le escapa involuntariamente lo que realmente piensa en lo que se denominan "lapsus". Son errores en el discurso que Freud consideraba manifestaciones del inconsciente que revelaban deseos reprimidos, conflictos no resueltos o pensamientos que el sujeto desea ocultar. Estudió todos estos fenómenos en su famoso ensayo "Psicopatología de la vida cotidiana"( 1901) Es un texto mucho más complejo que lo expuesto pero para el contenido del artículo resulta suficiente. Me refiero a que el mundo de la corrupción es un verdadero muestrario de "lapsus" y discursos equívocos.

Uno de estos momentos freudianos tuvo lugar cuando la por entonces Secretaria general del PP María Dolores de Cospedal intentó explicar el finiquito de Bárcenas hace ya 12 años y se hizo un auténtico lío con una "indemnización en diferido en forma efectivamente de simulación o de lo que hubiera sido en diferido en partes de lo que antes era una retribución.." tras intentar explicar que el partido no aceptaba chantajes. El discurso completo está en las hemerotecas y constituye todo un monumento al ensayo freudiano. La pobre María Dolores intentaba explicar algo en lo que ni ella misma creía. Luego llegaron todos aquellos SMS de Rajoy y Bárcenas y recordemos que finalmente todo terminó con una moción de censura y la llegada de Pedro Sánchez al poder.

Como la vida es el eterno retorno y toda repetición termina siendo más cutre que la anterior tenemos ahora a Yolanda Díaz haciendo el papel de Dolores de Cospedal. La entrevista que le realizó Carlos Alsina hace unos días resulta memorable. La ministra se despachó con unas respuestas trufadas de conjunciones de todo tipo : copulativas, disyuntivas, adversativas, consecutivas, causales, condicionales y cualquier otra que ustedes se puedan imaginar, puede que se inventase incluso algún nuevo tipo. Mezcladas con las conjunciones Yolanda hablaba de recuerdos personales, deseos, intenciones, esperanzas y conflictos éticos expresados de modo oscuro y sin responder jamás a las cuestiones que, de modo claro le planteaba el entrevistador. Y si a todo ello sumamos los constantes titubeos y el empleo inadecuado de los adverbios sin olvidar jamás las peculiaridades de la gramática de género, el resultado fue una jerigonza incomprensible. Lo peor es que la ministra remataba el galimatías con afirmaciones que profundizaban la farsa del tipo " ¡ estoy siendo muy clara al afirmar!". Y es que Yolanda debe tener todavía algo de pudor y pienso que le cuesta defender lo indefendible.

Y es que para mentir bien hay que saber hacerlo y tener una disposición personal adecuada. Ignoro si se trata de una cuestión genética o aprendida. Ábalos lo hace con extraordinaria naturalidad. Pedro Sánchez también, aunque se ayuda de maquillaje y escenografía, lo cual le resta méritos. Pese a ello, a Pedro Sánchez se le escapó hace unos días en el Congreso uno de los mejores lapsus que yo recuerdo cuando dijo con seguridad :"La corrupción cero no existe, pero en mi organización la tolerancia contra la corrupción, por supuesto, es absoluta". Genial. Sabemos lo que quería decir y lo que realmente dijo. Sin duda Freud, si viviese, lo incorporaría a su famoso ensayo.

Ya sabemos que "por la boca muere el pez".

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