El presidente del Gobierno, Pésanchez, ha insistido en las últimas semanas en la necesidad de caminar hacia “el compromiso” adquirido en el marco de la OTAN y que tiene que ver con duplicar nuestro gasto militar hasta elevarlo al equivalente del 2% del PIB, unos 200.000 millones de euros, de cara al año 2029. Y para eso, Pésanchez ´arrea´ un crédito de 1.000 millones de euros para Defensa desde ya.
Esto ha provocado el rechazo explícito, y colosal, de la formación morada Unidas Podemos y de varios socios de la moción de censura. Y también se oponen a la hoja de ruta salida de la cumbre de la OTAN y del encuentro bilateral entre los dos presidentes, Joe Biden y Pésanchez.
La propia vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, de UP, se negaba a aumentar el gasto militar, en Defensa, y que ella es partidaria de priorizar la inversión en sanidad, educación e investigación. Pero no se niega a negociar con el presidente este excesivo presupuesto de lo militar.
Actualmente tenemos una economía de guerra, y ese conflicto bélico se pasea por el patio de nuestra casa europea (Ucrania). Todos los augurios y muchos agoreros nos amenazan con una guerra cruel y larga que se puede extender a mundial y a la desaparición del planeta. Y ´todos´ reconocen con unanimidad las amenazas financieras derivadas de la guerra de Rusia contra Ucrania.
Pero todo esto ¿lo hemos buscado nosotros, o lo ha intentado evitar la UE, la OTAN y los poderes facticos militares y económicos? No; rotundamente no.
Esto es otro gran negocio de las empresas armamentísticas y derivadas. La OTAN estaba muy baja de tono y de fuerza, de dólares y euros. Incluso, con Trump, como primer mandatario yanqui, quería que desapareciera porque Europa no participaba ni económica ni militarmente a su gusto. Así que el futuro de la OTAN estaba ´caput´.
Sin embargo nosotros la hemos resucitado. Repasando las últimos informaciones sobre la cumbre de la OTAN en Madrid, la guerra de Ucrania y la postura de la UE –y de España en concreto–, nos encontramos con un laberinto de mentiras, aberraciones y amenazas.
Nos han metido un golazo con eso de que hemos celebrado la reunión de la OTAN con gran boato, éxito histórico, y que ha sido la más importante de los últimos 15 años de esta alianza militar atlántica y sus socios.
Pero sus jefazos y los mandatarios yanquis nos la han ´colado´ con calzador.
La cumbre de Madrid, presentada como histórica y como la proyección de España ante el mundo, ha sido una oportunidad perdida de hablar desde el Mediterráneo, en vez de contra él. El abandono de la OTAN y de la UE del Sáhel despeja el campo al terrorismo yihadista y a los mercenarios pro-rusos.
Y es que no soy el único que piensa que el tema de ´acercarnos de esa manera´ a Marruecos –despreocupándonos del Sahara Occidental (jodiendo a los saharauis), y enemistándonos con Argelia, su comercio y sus suministros de gas– va a ser la tumba de Pésanchez y el sanchismo. Y detrás de esto está Biden y la OTAN y algunos socios europeos de la UE.
Pero vayamos con la cumbre que fue un regalo envenenado que nos hicieron tanto Pésanchez como Biden. Qué bien se lo pasaron las mujeres (esposas y dos hombres) y familiares de miembros ilustres de la NATO, yendo de compras –shopping por los ´madriles business´–, asistiendo a cenas de gala, visitando museos, y con paseos entretenidos y protegidos por personal militar de la OTAN y del Ejército y Policía españolas. Y la cosa era entretenerles mientras sus esposos o parejas nos metían de lleno en una carrera armamentista, bélica, y de enemigos, para lograr o reforzar la paz, engañosamente. Todo ello con el consentimiento y beneplácito de la Monarquía (rey y reina) que también desarrolló sus encantos y diplomacia.
Eso no ocurre en ningún ´curro´, creo. Aunque antes era muy común que los familiares (especialmente esposas) acudieran de acompañantes, sobre todo con los bancos o empresas de farmacéuticas y médicas, que sí les llevaban a todo lujo a las convenciones y festejos. Pero en época de pandemia y crisis bélica y económica no me parece una cosa ética ni ejemplarizante . Al revés, es vomitivo y denigrante.
¡Vaya gala otanista, la que nos preparó Pesanchez! Incluso, aquellos alternativos de antaño de “OTAN no, bases fuera”, ahora tranquilas fieras, quedaban bien manifestándose así como decorado de fondo de protesta democrática y respetuosa. Eso sí más de 75 organizaciones sociales antimilitaristas, organizaciones ecologistas y partidos, exigieron a Pésanchez que frene la escalada belicista y no aumente el presupuesto militar para la OTAN.
Todo una mentira publicitaria, bien envuelta en papel couché, metiéndonosla con los telediarios en las casas para que pensáramos más en los majos que son todos ellos, familiarmente, y no en las tonterías bélicas que nos han metido.
Aunque ya se sabe que, desde sus inicios, la mera existencia de la OTAN se traduce en la subordinación estratégica de Europa a los intereses de EE. UU. El caso es que entre mentiras piadosas, tontas y engañifas, y las impías, se nos muestra el declive de la hegemonía occidental liderada por Estados Unidos y pone fin a la era de la paz neo-liberal que se inició tras la Guerra Fría.
¿Pero necesitamos en Europa reforzarnos solitos bélicamente? En esas dudas estamos. Incluso el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha conseguido que los 27 aprueben su brújula estratégica, que prevé una fuerza de acción rápida de 5.000 soldados y la compra conjunta de armas para optimizar las defensas de los 27. Pero eso es una utopía o descalabro. ¿Eso es también, ingenuamente, ir a otra carrera armamentista o a la paz? ¿O es defensa de qué…una amenaza global?
El caso es que, a la hora de la verdad, Estados Unidos ha pasado en seis meses de 60.000 a 100.000 soldados en Europa. Y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha anunciado que las fuerzas de la Alianza Atlántica listas para desplegarse pasarán de 40.000 a 300.000. Así mismo, Biden ha desgranado un aumento de la presencia militar en Europa, concretamente en España, en la cual se encuentra el incremento de cuatro a seis destructores en Rota.
Nos preguntamos que si es para salvarnos de los migrantes saharauis o sudaneses, o para luchar contra las mafias de emigración del Mediterráneo. Tanto destructor puede acabar llevándose a Rota y a la Cádiz del alcalde ´Kichi´ por delante.
Dicen todos los medios de comunicación de la derechona española que la OTAN se expande para luchar contra el gran peligro llamado Rusia. Pero lo único cierto es que, desde que empezaron con este pulso a China a través de Rusia con la excusa de Ucrania, la inflación se ha disparado, hay escasez de casi todo y en varios países asiáticos y latinoamericanos, por ejemplo, hay revueltas, atracos y peleas por un litro de gasolina o alimentos básicos.
Nos han hecho dejar a un lado la lucha contra el cambio climático, volviendo al uso del carbón como energía aunque sea contaminante. Y el Parlamento Europeo ha aprobado que el gas natural y la energía nuclear se considerarán “energías verdes”. Esto, además de darnos la risa, nos da terror, pues estamos sentados encima de una bomba que puede acabar con un desastre nuclear que arrase la tierra.
Y es que no entendemos cómo nos han tomado el pelo. Turquía, por ejemplo, que es un país esencialmente ´autoritario´, antioccidental, por fe religiosa y política (con más de un millón de soldados guardando las fronteras con o para Rusia), sí sabe obtener beneficios a cambio. Pero España ni se pone chula y la tratan como a Marruecos, Yemen, Somalia o una de esas islas en las que tienen bases militares”. Y curiosamente, “suele ser un partido presuntamente progresista, como lo es el PSOE, el que menos ´aguanta´ y más ´cede´ ante EEUU, como le ocurre también con la banca o la Iglesia”.
Ni Erdogan, el presidente de Turquía, se cree lo de la extradición de los kurdos presuntamente ´terroristas´ (suecos o finlandeses); ni estos confían en el apoyo turco, con garantías sin tapujos, a su entrada en la OTAN.
Todas estas opiniones mías no ´quitan´ una durísima crítica y rechazo al autocrático Putin y a sus ínfulas imperialistas. Tan grave es la cuestión en la que nos han metido la OTAN, y Putin de paso, que varias potencias han roto su sagrado status del pacifismo (Alemania) y de la neutralidad (Suecia, Finlandia y Suiza). Todos ellos han impulsado cambios históricos en la política exterior pacifista que adoptaron tras la Segunda Guerra Mundial.
Ya se sabe, cuando las barbas de tu vecino veas pelar… Y lo decimos, no solo por las amenazas más que latentes del zar imperialista Putin, sino por la mentiras piadosas e impías de la OTAN y la UE, que nos han llevado a esta situación tan crítica y desesperante.
Y Pésanchez se las ha creído, y nos quiere convencer de esas falacias…Pero que no nos tome por ´tontos´. No es momento ni lugar para adornarse de pacifismo naif pero tampoco de patrioterismo exacerbado.