Julián Arroyo Pomeda

Para evitar el desastre

24 de Septiembre de 2021
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Ejecutivo con maletín.

Un manual (*) de divulgación académica introduce en la filosofía política actual de forma completa. Veintidós ensayos elaborados por especialistas en el tema, organizados para el estudio de las teorías políticas. Estado e instituciones, justicia y derechos y cuestiones prácticas.

Entienden por filosofía política la rama de la filosofía que analiza las principales instituciones que gobiernan la vida política, económica y social. Su origen es de 1971 con la publicación por J. Rawls de Una teoría de la justicia. Son siete las teorías políticas de la actualidad las que se estudian.

Empieza con el utilitarismo. Basado en el principio de la utilidad, propone que tanto las acciones humanas como las situaciones políticas y jurídicas deben orientarse la maximización de la felicidad general. El inglés Bentham es su mayor representante. Hay que generar bienestar (bienestarismo) y las mejores consecuencias posibles (consecuencialismo). En esto consiste lo valioso. Se les acusa de depender demasiado de lo empírico, pero han ampliado la justicia, así como una política de mayor igualdad económica.

El marxismo,más que teoría, es revolución contra el capitalismo y la explotación. Contiene una teoría social, pero se ocupa de la práctica política, fundamentalmente.

El liberalismo sostiene la libertad del individuo. Desconcierta por su complejidad, siendo versátil para adaptarse a las situaciones de cualquier tiempo.

El libertarismo propone libertades individuales, mercados libres y un papel modesto para el Estado. Son ideas refrescantes en el mundo actual, tan apegado al culto del Estado.

 El republicanismo tiene su base más importante en la Grecia clásica, cuyo objetivo fue el buen gobierno. Cuenta con grandes posibilidades, si tomamos de nuevo en serio toda la tradición.

¿Es posible “volver a leer la historia y todas sus manifestaciones, incluidas en la política y el derecho, desde la perspectiva de las mujeres”? (página 159). Esta es la propuesta del feminismo.

Termina con el nacionalismo, que considero de menor importancia, además de ser demasiado complejo y carecer de una línea de elementos comunes.

La segunda sección trata del Estado y las instituciones y plantea temas tan importantes como el de la autoridad política. Hay que ver cuándo es legítima y, por tanto, los ciudadanos tendrán que obedecerla, qué es la autoridad y cómo puede legitimarse. También plantea la democracia como forma de gobierno del pueblo, cómo se toman las decisiones y qué deciden los gobernados. El gobierno limitado por la ley es el constitucionalismo. Un Estado sin derecho no se puede concebir, porque en él ha de prevalecer la justicia, que, además, tiene que ser global e intergeneracional. Tampoco se pueden olvidar los Derechos Humanos.

La última sesión plantea cuestiones prácticas, entre otras el medio ambiente, la existencia sanitaria, la religión, el mínimo social en los Estados del Bienestar, la guerra justa, los animales y las migraciones internacionales.

No se puede negar la amplitud de los asuntos tratados y sus perspectivas de enfoque tan completas. Cada capítulo va acompañado de una bibliografía muy actual, que permite profundizar en cada uno de los temas.

Producir una reflexión sistemática y profunda acerca de la política se hace cada vez más necesario. El día a día nos va planteando toda la problemática que va aflorando. Los politólogos son los que están más presentes en esto. Sin embargo, casi nunca se llama para debatir a algunos representantes de la Filosofía política, que tendrían, sin duda, mucho que decir. En otros siglos siempre estaban presentes en el debate los filósofos como pensadores de prestigio. En la actualidad parece que se huye de ellos, quizás porque se los considere demasiado polémicos, por cuestionarlo todo. Sin embargo, podrían enriquecer los planteamientos, evitando que se quedaran en la superficie. Es posible que también el público tenga cierta precaución. A mí me parece que no hay por qué, ya que todo lo que se explique con claridad y empleando argumentos comprensibles puede entenderlo cualquiera. El mundo de la cultura no puede carecer de perspectivas amplias para no cerrarse demasiado.

Libros como el que estoy comentando contribuirán mucho a ofrecer razones públicas de las cuestiones que una filosofía política tiene que abordar necesariamente. Ofrecer un planteamiento general de las mismas, a través de especialistas, tiene su mérito para animar a cualquier lector interesado hacer su propia reflexión personal. Esta no puede eludirse nunca. Estos asuntos suelen enfocarse hacia especialistas, pero aquí se han dado cuenta de que la política interesa a todo el mundo prácticamente. Ahora tenemos la posibilidad de disfrutar de su lectura y de informarnos con cierta solidez de asuntos sobre los que también tenemos derecho a opinar en el espacio público.

(*). González Rico, I. y Queralt, J. (2021). Razones públicas. Una introducción a la filosofía política. Ariel: Barcelona, 505 páginas

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