Quizás las próximas elecciones presidenciales de la Argentina se conviertan en las más insólitas, imprevisibles y las más peligrosas elecciones de toda la historia democrática burguesa de este país.
La aparición política de Javier Milei, un dirigente prefabricado por los medios del sistema, el apoyo de EEUU y la oligarquía, pone al país en un gran dilema: votar a un desequilibrado neofascista o votar por Sergio Massa, el menos malo de la película. Massa no ha podido como Ministro de Economía dar solución a los graves problemas económicos, pero a pesar de ello cuenta con el apoyo de la mayoría del tejido político y social moderado del país. Podríamos decir de los sectores democráticos de la Argentina. Si gana Sergio Massa estará presionado por dos polos distintos, por un lado el FMI y sus políticas neoliberales y del otro lado el Movimiento Nacional y Popular , la izquierda etc. Mientras que el hipotético triunfo de Javier Milei con sus anuncios “esquizofrénicos, generará un conflicto político y social nunca visto. Para poder cumplir con su programa reaccionario -desfasado de la historia-, tendrá que recurrir a la represión y los argentinos aguantan… aguantan…, pero cada tanto estallan y violentamente. Recuerden el Cordobazo, la salida vergonzosa y sangienta del Presidente Fernando de De la Rúa etc.
No hay duda que es necesario que todo el arco democrático incluyendo el Frente de Izquierda le dé su voto a Massa, aunque sea un voto crítico. Aunque algunos se "coma otro sapo."
Gane quien gane el día después de las elecciones, tendrá que amanecer otra Argentina. Ya la actual clase política cumplió un ciclo, con aciertos y errores. Los problemas estructurales no se han podido resolver. Falta una política estratégica, que determine qué país se quiere. Aún están vigentes las históricas banderas de liberación de los años 60 y 70. Aun suena el grito de Liberación o dependencia. A pesar de los años, aun la mayoría de los pensamientos del General Perón siguen vigentes, en un país dependiente.
Nunca como en el primero y segundo gobierno del General Perón se dieron las bases para la construcción de un país independiente, con justicia social. Había un proyecto de país. Liderado por la burguesía, con el apoyo de la clase trabajadora. (El que escribe no es peronista.)
La sociedad, la justicia, la economía, la partidocracia, están en crisis y requieren, un cambio profundo. De lo contrario la consigna “que se vallan todos”, se puede hacer realidad.
Solamente la convocatoria a un Congreso Constituyente, que modifique la constitución, democratice la vida política y social, cambie los hábitos corruptos y mafiosos de la justicia, que defienda el Patrimonio Nacional y distribuya más justamente de las riquezas, podrá ser un aporte para un verdadero cambio, de lo contrario será más de lo mismo.
Las fuerzas populares o patrióticas, tendrán que “dejar de verse el ombligo” y dar los pasos necesarios para la constitución de un verdadero Frente de Liberación Nacional Popular. Dónde la columna vertebral sea la clase trabajadora y los sectores excluidos de la sociedad.
Votemos por Massa, para parar el neofascismo. Aunque nos cueste el alma….