Julián Arroyo Pomeda

Un párroco defiende a los temporeros del lugar donde ejerce

11 de Agosto de 2025
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Un párroco defiende a los temporeros del lugar donde ejerce

El domingo, 3 de agosto, Juan Montes, párroco del Santísimo Cristo de la Misericordia de Valdepeñas, envió un aviso claro a los empresarios de la zona: "A los temporeros, las horas extras se les pagan y se les da de alta". No se puede aprovechar del más débil. Eso, a Dios, no se le olvida nunca. La razón de esto es la dignidad de la persona humana, sea rica o pobre.

Se refirió a los trabajadores temporeros, sin olvidar a los inmigrantes. Si sabemos de alguien que escatima derechos al pobre, habría que decirle: "Se te tendría que caer la cara de vergüenza. Nadie debe aprovecharse del débil".

Sus palabras se sitúan dentro del Evangelio, en el pasaje de Lucas 12:13-21, que narra la parábola del rico que recoge abundante cosecha y, en lugar de compartirla, derriba sus graneros para construir unos mayores. Dios le dice: "Esta misma noche vas a morir, ¿para quién serán tus bienes?". Lo mismo le pasa al que acumula riquezas para sí mismo y no se enriquece con lo que vale ante Dios.

El párroco añade: La vida de un hombre no depende de sus bienes. ¿A dónde lleva la codicia? Verdaderamente, a la destrucción.

Para decirlo todo, el que fue concejal de Cultura del Ayuntamiento señala que una semana antes, Comisiones Obreras lanzó una campaña para informar a los temporeros de sus derechos y obligaciones. Aunque parece que no se llevan bien, cada uno en su campo puede ayudar en lo que precise. Los campos son muy diferenciados y cada uno debe limitarse al suyo. Sin enfados, sin problemas y sin piques.

Nadie debería sorprenderse del trabajo pastoral de un párroco, ya que no hace otra cosa que recordar la Doctrina Social de la Iglesia, seguida por los últimos papas.

Tomaron partido por el pueblo, llevando el Evangelio a los obreros, haciéndose como ellos y ayudando a los necesitados. Aportaron mucho a los trabajadores, aunque algunos los calificaban con malicia como "curas rojos". En los años 70 enfrentaron numerosos problemas, pero hoy en día eso ha cambiado.

Actualmente, este movimiento ha quedado en el olvido, aunque sin razón, ya que la explotación y deshumanización de las clases trabajadoras persisten. El compromiso con el mundo laboral sigue siendo vital.

La Iglesia tiene que atender a las periferias y "oler a oveja", como gustaba decir el Papa Francisco. En efecto, los de abajo son los que más necesidades tienen.

En el barrio de Moratalaz (Madrid) estuvo destinado Mariano Gamo, de quien todavía se recuerda su estilo de misas, caracterizadas por ser asamblearias.

Él mismo elegía el tema del que hablar, y los asistentes iban dando sus opiniones, hasta que al final todos formaban una opinión. Se trataba de una asamblea cristiana.

Así, la misa convertía al creyente, o no, en una persona con capacidad para intervenir en los problemas de la vida cotidiana. Había gente que, solo por eso, era capaz de trasladarse a Moratalaz. Esto lo han imitado después otras confesiones cristianas de muy distinto signo.

Quizás muchos no lo crean, pero en algunas reuniones de universitarios presididas por el Opus Dei se hacían cosas muy similares. Y es que lo mejor que se puede hacer ante una lectura del Evangelio es abrirla a la opinión de la asamblea. Todos participaban, tanto chicos como chicas, y eso los llevaba después a comprometerse y ayudar a algunos necesitados. ¿Quién lo hubiera dicho?

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