Hasta ahora, la política del PP se ha basado en decir en todo momento lo contrario de lo que diga el gobierno de coalición, aunque sea, como ha ocurrido recientemente con la PNL aprobada en el Congreso y, extrañamente, apoyada por el PNV, en la que se pide el reconocimiento instantáneo de Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela, que ha traído como hecho inmediato el corte de relaciones del gobierno de Caracas con Madrid, máxime cuando en la Unión Europea no hay un solo país que haya apoyado tal postura, manteniendo como medida la publicación de todas las actas electorales. Gracias al PP somos más chulos que nadie, pero hemos perdido un cliente comercial. Lo que se dice darse un tiro en el pie. Porque la diplomacia está para defender los intereses de nuestros residentes y empresas en Venezuela y no para ser usada como arma por la oposición de nuestro país contra el gobierno.
Parece que los seguidores del PP se conforman con estar en contra de la Ley de Amnistía –veremos qué dice el Tribunal Constitucional-, de lo del juez Peinado contra Begoña Gómez, la presidenta de Pedro Sánchez –me aventuro a decir que este caso está muerto desde su nacimiento-, o del llamado caso Koldo –hasta ahora en la Comisión de Investigación del Senado no se ha visto nada: veremos la opinión de la Justicia-, o el reciente caso de Venezuela en el que se muestran fuertes con el débil pero débiles con el fuerte como es el genocida Netanyahu, con más de 41.000 civiles muertos a su espalda: pero de todo esto no se come, ni se vive, ni se tiene vivienda.
A la conclusión que se llega es que el PP no tiene proyecto de país y, ayudado por jueces afines como Peinado, Aguirre y García Castellón, y de sus medios que aplauden y exageran su política de la hipérbole, va por ahí dando palos de ciego, cambiando de estribillo cada equis tiempo, pero la gente debería preguntarse, ¿qué me ofrece el PP para resolver las necesidades de la gente? La respuesta es inmediata y simple: NADA.
No tienen política económica o al menos la tienen escondida, lo único que se sabe es que eliminna impuestos autonómicos a los poderosos sin resolver los problemas de los vulnerables. Tampoco tienen políticas en Sanidad y Educación que no se base en ir tirando y gastando lo mínimo mientras que las privatizan poniéndolas más lejos de la gente. Y si hablamos de políticas de vivienda, una de las que más preocupa al personal, ni las tienen ni se las esperan. Es más, no se les ha escuchado nada en estos aspectos vitales. ¿Pero qué dice su gente? No saben no contestan.
Pero es que de otros aspectos vitales tales como las pensiones o la dependencia no se les oye decir ni media, ¿volveríamos con el PP a las subidas de pensiones del 0,25% y a 25 euros/año del SMI? ¿Y de la dependencia qué?
Lo único que sabemos es que en relación a la política sobre migración es que cada vez se acercan más a VOX y, por último, en lo referente al reparto autonómico, se puede tener la impresión de que si, como quieren ellos, se busca el acuerdo en una mesa única, al final se van a acabar comiéndose entre ellos por cuatro euros más. Casi nada.
Pues así están las cosas. Tiempo al tiempo.