Una de las imágenes más reproducidas en los libros de historia antigua es la del mosaico de la batalla de Issos encontrado en Pompeya. En ella, Alejandro Magno carga contra Darío III, el último rey persa, en una invasión que marcó el fin de un largo enfrentamiento entre las "polis" griegas y el Imperio aqueménida. Invasión, por cierto, no provocada por los persas, por mucho que nuestros libros de texto nos ofrezcan siempre el punto de vista occidental. Hoy, ya no tenemos al joven Alejandro, sustituido por los marrulleros globales. Me refiero a Trump y a Netanyahu que han decidido bombardear Irán porque es muy peligroso que llegue a desarrollar una bomba nuclear aunque seguro que terminan diciendo que es para proteger la paz y la democracia y favorecer la liberación del pueblo iraní de una cruel teocracia.
Entre la campaña de Alejandro y el bombardeo de EEUU han pasado muchos siglos durante los cuales los persas han sufrido de múltiples invasiones y conflictos ya que han tenido la mala pata de nacer en un lugar estratégicamente trascendental. Los romanos, los bizantinos, los árabes o los mongoles han invadido y devastado su territorio. Un laberinto del que no pueden escapar. La salida ofrecida por Trump o por los líderes europeos a Irán es muy graciosa : o te desarmas por completo y te quedas indefenso, o te destruyo. Seguro que los iraníes se sienten muy tranquilos inermes teniendo cerca a Israel, que como todos sabemos es un estado con cierta propensión a bombardear a sus vecinos.
Desde hace décadas nos han vendido una imagen espantosa de Irán. Formaba parte del "eje del mal" que decía George W. Bush. Que yo sepa, no ha invadido a nadie desde hace siglos. En cambio, durante el siglo XX ha sido objeto de la ambición de todas las grandes potencias. Ya digo, es peligroso vivir en ciertos lugares. Durante la primera Guerra Mundial rusos, turcos y británicos transitaron su territorio aprovechando la debilidad de los gobiernos persas. Tras la contienda los ingleses, siempre dispuestos al jaleo global, pretendieron hacerse con el control del territorio por lo que en 1925 Reza Jan dio un golpe de estado convirtiéndose en el sah de Persia. De hecho fue Reza Jan quien en 1935 cambió el nombre de Persia por el de Irán. Sabedor de la vulnerabilidad iraní frente a los británicos se aproximó a los nazis. Un gran error. En septiembre de 1941 Irán fue invadido conjuntamente por soviéticos e ingleses que obligaron a la abdicación de Reza Jan en su primogénito Mohammad Reza Pahlevi que se convirtió en un títere occidental. Tanto es así que colaboró activamente con los servicios secretos británicos y norteamericanos para deponer a Mohammad Mosaddeq primer ministro, elegido democráticamente, en 1953. El gran pecado de Mosaddeq fue nacionalizar el petróleo iraní. Reza Pahlevi conformó entonces un régimen absolutista monárquico que si bien modernizó Irán lo hizo a costa de grandes desigualdades sociales con nefastos indicadores en cuanto a educación, sanidad o mortalidad infantil. En estas condiciones no es de extrañar que triunfase la revolución islámica en 1979. El régimen de los ayatolás se transformó, de este modo en uno de los peores enemigos de los EEUU. quienes empujaron a Sadam Hussein a invadir Irán en 1980 Contra todo pronóstico el régimen iraní aguantó aunque a costa de un millón de muertos. Es evidente que con semejante historia reciente y contemplando como EEUU destruye países cercanos sin contemplaciones e Israel perpetra genocidios sin que nadie le tosa, pedir a los ayatolás que se desarmen es como poco de un insuperable cinismo.
Para completar el laberinto queda el componente religioso. Porque los iraníes son chiítas, enemistados desde hace siglos con los sunitas, la otra gran rama del credo islámico. A la cabeza de los estados sunitas Arabia Saudita, aliado de EEUU y otro de los grandes enemigos de Irán en la región. De hecho, si buscamos patrocinadores del terrorismo internacional, hay que buscarlos más bien en alguno de estos países sunitas y no en Irán. De los derechos humanos y del trato a mujeres u homosexuales de los que tanto se acusa a Irán, mejor no hablar, porque entonces tendríamos que mirar en mucha mayor medida, de nuevo, a Arabia Saudita.
Si. Persia se ha encontrado siempre en un laberinto que ahora Israel y EEUU han decidido destruir con resultados inciertos. No se muy bien si Israel es un mero apéndice de EEUU o es justo al revés. He oído que pretenden provocar la caída del régimen teocrático y restaurar en el trono al hijo de Reza Pahlevi para convertir a Irán, de nuevo, en un títere occidental. O tal vez busquen balcanizar Irán para aprovecharse de sus recursos naturales impunemente. No se, todo es posible con estos líderes tan insensatos. Porque todo esto se produce en medio de un contexto internacional desquiciado lleno de intrigas, mentiras y desinformación general donde cada vez más se recurre a la fuerza bruta sin tapujo ninguno. De hecho estamos viendo un genocidio en directo en Gaza perpetrado por uno de los más cercanos aliados de nuestras mal llamadas democracias. A diferencia de los indefensos palestinos, Irán ha devuelto los golpes. No podía hacer otra cosa. Y EEUU se ha sumado a la fiesta. Todavía no sabemos bien los efectos del bombardeo. Solo espero que los ayatolás sean más prudentes que toda esta patulea que nos gobierna. Por el bien de todos.
Estuve de turismo en Irán en 2001. Todo era muy chocante en una teocracia islámica. Pero si he de ser sincero Isfahán era una ciudad preciosa y la gente era extraordinariamente amable. Como no había casi turistas nos preguntaban si éramos periodistas. Pienso en ellos ahora bajo la amenaza de las bombas. Y me apena. Mucho.