23 de Diciembre de 2024
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Plomo

Es difícil, pero hemos de pensar dinámicamente. Aristóteles fue el gran pensador materialista antiguo, se dio cuenta de que todo es su disposición al cambio, que sólo la mente permite ver la estabilidad aparente de las cosas, pero contra el formalismo sostuvo que lo verdaderamente permanente es el cambio y lo frágil la estabilidad, que ésta es sólo una paralización mental del cambio constante real.

Digo esto porque la raíces del pensamiento conservador son las esencias, que nadie ha visto. Pensar que España es algo ya es un error de perspectiva. Lo interesante es la vida y su transcurso pacífico, placentero, pero nos educan en esencias por las que pelear. Sólo así se entiende la ferocidad con la que se recibe todo lo que tiene que ver con la Memoria Histórica de este país, cuando una visión verdaderamente patriótica, de consenso y paz, habría de descartar toda polémica.

El lenguaje nunca es gratuito. Cuando se habla de la República o la zona republicana y sus víctimas, Franco se eleva victorioso sobre sus muertos: porque consolida la idea de los bandos y la guerra entre hermanos, tópicos sin fundamento. La Memoria Histórica revela la tragedia de los asesinados por criminales en la España de los 30 en adelante, todos reivindicables, señalando como un hecho comprobado el genocidio de unos asesinos organizados para erradicar a una parte del país sistemáticamente; éstos delincuentes no eran España, ni nacional ni nada, simplemente un banda organizada de criminales ideológicos que consiguieron ejercer este poder omnímodo y crudelísimo casi 40 años bajo el yugo y las flechas de la violencia extrema en todos los ámbitos de la existencia humana.

Las víctimas del anticlericalismo lo son, pero no lo son del Estado español sino de las organizaciones y personas que promovieron ese tipo de actos; en cambio, al hacerse amo del Estado usurpado Franco convierte sus actos criminales en algo diferente. Es algo similar a lo ocurrido con Stalin y Hitler, aquél uno de los peores asesinos de la Historia cuantitativamente, éste difícil de emular cualitativamente. Dirán, y es cierto, que a la víctima le da igual, pero para nosotros aprender y comprender debemos clasificar, sólo así podremos tener opciones de decisión.

No entender esto en España, hacer esas construcciones de la Tercera España, incluso el propio concepto de guerra civil no me parece apropiado. La guerra fue el instrumento elegido por unos criminales para imponer su poder y exterminar por puro fanatismo a sus contrarios, nada muy diferente en el programa de Hitler. En cambio, en España, a pesar de la División Azul, las alianzas con el Eje, Italia, etc., la propaganda nos hace vernos entre los buenos Aliados, de Hollywood. Sí, la URSS lo intentó, lo sabemos, pero una vez más hay que diferenciar la política del Estado y la ciudadanía, aquéllos caballeros pseudoespañoles tuvieron claro que la patria lo abarcaba todo, incluido el derecho a la vida.

La propuesta del Gobierno respecto de las conmemoraciones por la muerte del Dictador y institución de la democracia habría de ser la oportunidad para que el PP marcara el ritmo con una panoplia de actividades que lo desligaran de una puta vez de un pasado que les pesa, algunos de sus fundadores por el 77 estaban todavía defendiendo a Rudolph Hess, y dejar pasar esta ocasión con ambigüedades es condenarse de nuevo a depender del antiespañolismo de VOX, deberían haber escarmentado.

Años de Plomo se llama al oprobio de la ETA que intentó reventar la democracia, por ahí hay que dar caña también. Pero Plomo auténtico fue el terror asesino y torturador de los 40, la regresión al feudalismo de los 50 y la consolidación del nacionalcatolicismo de los 60, en España no deberían caber las dudas sobre estos hechos, por más que duela saber que el abuelo fue partícipe, sin entrar en algo que duele en las familias más que los muertos: el dinero. En los pueblos, sobre todo, muchas de familias actuales más aventajadas, hunden sus cimientos en los actos vandálicos de estos asesinos, robos, vamos; revertir estos hechos es un imposible, salvo pleitos interminables y poco productivos; el Estado hace mucho que debió afrontar un catálogo de afrentas y haberlas resuelto monetariamente, con reparación real, y que cada uno viva con lo suyo... Estas cuestiones han de afrontarse pragmáticamente, porque si no, y en esto hay que ser claros, la revancha sólo renueva el enfrentamiento.

La represión fue demasiado amplia y brutal como para que la España, ésta sí víctima, la ciudadanía española exterminada y represaliada que aún tiene sus huesos en el hormigón de pantanos que nos dan el agua o en obras de riego que nos dan la paella, pueda ser afrentada por esa Ayuso de la que usted me habla, ora pérfida si es su discurso propio ora pelele si reproduce lo que le dicen, el PP debería tener en estas reivindicaciones un leitmotiv y debería leer la cartilla a quien bromea con ello, en Alemania le costaría la carrera y hasta algo penal... salvo que el “nuevo” objetivo sea devolvernos a ese horror de las soluciones finales, porque con tanta verdad, algunas, algunos, no verán otra salida.

Reivindico una Memoria dinámica sin esencialismos nacionalistas para elevar el Humanismo, la defensa de las libertades, la tolerancia, la paz y, si es posible, la felicidad jamás construida sobre el aplastamiento de otros. Cedemos para vivir mejor, en todo, y cada palo que aguante su vela.

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