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¿Por qué escribir en cursiva?

11 de Diciembre de 2024
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Cursiva

Una sociedad que ya no tiene tiempo para la elegancia, la belleza, la complejidad. Empecemos por analizar su significado. La palabra “cursiva” proviene del vocablo latín “currere” que se traduce como “correr”. El objetivo de la letra era poder escribir la mayor cantidad de palabras, en el menor tiempo posible, "currere", que corre, que fluye, porque el pensamiento tiene alas, corre, vuela.

Escribir en cursiva significa traducir pensamientos en palabras; Te obliga a no quitar la mano del papel. Un esfuerzo estimulante, que permite asociar ideas y vincularlas entre sí. La escritura cursiva se originó en Italia en el siglo XV, gracias a Niccolò di Niccoli, un erudito que inclinaba y adornaba sus cartas para escribir más rápido y relajado. A mediados de siglo, otros eruditos imitaron su estilo y a finales del siglo XV, la cursiva se convirtió en el estilo oficial de los escribas cultos del sur de Italia.

La cursiva se internacionalizó gracias a España en el siglo XVI. Francesco Griffo, colaborador de Aldo Manucio, fue el primero en utilizar tipos cursivos en una imprenta. Gracias a la nota de Blakemore sabemos que durante los siglos del XVI al XVII, la técnica de escritura conocida como “mano de secretaria” se popularizó en Inglaterra. En tanto que en Francia se le conoció como “mano redonda” y era empleada para redactar documentos oficiales. Ambos términos evocaban lo mismo: letra cursiva.

Era una escritura compacta, elegante y clara. La cursiva es un tipo de escritura que se caracteriza por tener las letras unidas entre sí. Se utiliza para indicar nombres propios, títulos, fuentes citadas, o para indicar que una palabra no tiene el significado esperado.

La escritura cursiva es recomendable para introducir a los niños en la escritura ya que facilita el proceso de composición y la escritura se vuelve más fluida.

Científicamente, se ha descubierto que el aprendizaje de la letra cursiva es una herramienta crucial para el desarrollo cognitivo, particularmente para entrenar el cerebro desde el punto de vista de la especialización por áreas del cerebro, es decir, del rendimiento óptimo de los dos hemisferios de nuestro cerebro.

Karin James, profesora de Ciencias Psicológicas y Cerebrales en la Universidad de Indiana, trabaja con niños de 4 a 6 años en un proyecto de investigación que compara la letra impresa con la manual cursiva.

Su estudio reveló que aprender letras mediante la escritura a mano activa redes en el cerebro que no se activan al escribir en un teclado, incluida un área conocida por jugar un papel clave en la lectura.

La cursiva, la escritura a mano y la escritura en un teclado utilizan funciones cerebrales relacionadas pero diferentes. Hay una relación causa-efecto entre la caligrafía y el rendimiento en lectura, algunos educadores temen que dejar de lado la cursiva produzca un retroceso en los resultados educativos. La escritura nos permite expresar pensamientos y emociones, lo que favorece el desarrollo cognitivo, creativo y emocional.

Escribir es uno de los procesos de aprendizaje más complejos. Los sonidos del lenguaje oral (fonemas) se representan con signos gráficos (grafemas), que se escriben mediante movimientos psicomotrices.

Las habilidades que requiere y la dificultad que conlleva este proceso, nos induce a reflexionar acerca del tipo de letra que debemos enseñar a los niños para facilitarles el camino o por lo menos para no complicárselo todavía más.

El campo de investigación conocido como háptica concluye que la escritura manuscrita activa el cerebro al conectar la información visual con las interacciones del tacto.

Los beneficios para el desarrollo cerebral son similares a los que se obtienen cuando se aprende a tocar un instrumento musical. ¡Y solo se necesita lápiz y papel!

Y algo primordial: la escritura ligada es la única que permite reflejar nuestra personalidad. Todas las personas reconocen su letra y la de sus allegados, mientras que con la letra de imprenta no se refleja quienes somos. Un estudio realizado por Virginia Berninger, descubrió que los niños que escribían a mano, escribían más palabras, más rápidamente y expresaban mejor las ideas, que cuando lo hacían frente a un teclado.

Otra de las ventajas de enseñar a escribir con letra cursiva, acorde a la evidencia que se encuentran:

Permite el desarrollo de una mayor especialización cerebral en las áreas que integran la sensación, el control del movimiento y el razonamiento.

Esto ha demostrado ser crucial para el desarrollo cognitivo del niño.

Facilita al estudiante percibir la palabra como un todo, lo que evita la escritura en carro.

Contribuye a la rapidez en el trazado, lo que favorece una mayor velocidad en la ejecución.

Mejora el deletrear y por consiguiente, induce a una lectura más fluida.

Contribuye a la ortografía y la composición, especialmente en estudiantes.

Evita la posibilidad de que los niños se retracten, cuando están formando letras (según Educación Montessori).

Genera en los niños una percepción de logro de una identidad o autoría respecto del lenguaje.

Bien, y cuales son las innumerables desventajas y el motivo de no enseñar a escribir a mano y en cursiva en las escuelas?

Un estudio realizado en el campo de la historia, explica que los recién egresados de dicha carrera universitaria en Estados Unidos, se enfrentan a un problema:

No saben leer los archivos de bibliotecas, museos y conservatorios.

No solo ellos, los egresados de las carreras de farmacéutica y medicina también presentan el mismo problema.

Al no conocer la letra cursiva no pueden acceder al conocimiento de múltiples archivos de la antigüedad, lo cual, señala el estudio, puede ocasionar una ruptura con el pasado y ,claro, problemas para surtir recetas médicas.

Por ejemplo, un estudio de 2021 comparaba el recuerdo a corto y medio plazo de palabras aprendidas tecleándolas o escribiéndolas de forma manual, el recuerdo era mejor cuando se aprendía con el lápiz y el papel.

La ciencia cognitiva moderna nos indica que los aspectos motores y sensoriales de nuestra conducta tienen consecuencias más allá de lo sospechado.

Nuestra mente no es un mundo de ideas incorpóreas.

Es necesario tener en cuenta nuestro cuerpo y nuestras sensaciones para explicar fenómenos que, de otro modo, resultan inexplicables.

La tetralogía cinematográfica de Matrix presenta la idea de una mente sin cuerpo, pero una mente incorpórea que solo existe en el mundo virtual es como una vuelta a la caverna de Platón, las antorchas que proyectaban sombras sobre la pared son reemplazadas por sistemas de simulación informática.

En la vida real, la mente realiza sus operaciones vinculada al funcionamiento de todo nuestro cuerpo.

La idea de una mente puramente simbólica, sin cuerpo, se acerca más a nuestra mente cuando escribimos con el teclado (un mecanismo que funciona con una implicación sensorial mínima), que cuando escribimos a mano, ya que nuestro sistema cognitivo reacciona de manera diferente en función de los esquemas motores y sensoriales de la experiencia.

La era de la incipiente IA pasa de manera desapercibida sin darle importancia a la escritura manual, durante estos últimos años, se aceleró el reemplazo de la escritura manuscrita por el uso obligado de los dispositivos tecnológicos a distancia.

La pandemia aceleró este proceso en muchas escuelas, en las que se pasó casi completamente a modelos de enseñanza digital.

Al volver a clase, los dispositivos tecnológicos continuaron presentes: los celulares, notebooks y tabletas reemplazaron no solo la cursiva, sino directamente a la escritura en papel.

Hay estados como el de California que volvió a establecer este año el requisito de que los estudiantes de primero a sexto grado de sus escuelas públicas aprendan a escribir en letra cursiva, (cosa que aplaudo), ya que han entendido la importancia de la misma para el desarrollo mental de los niños.

Pero desgraciadamente en general, la cursiva no tiene cabida en el mundo actual, un mundo que hace todo lo posible por frenar el desarrollo del pensamiento, por llenarlo.

Una sociedad que ya no tiene tiempo para la elegancia, la belleza, la complejidad.

!Tenemos síntesis pero no claridad, velocidad pero no eficiencia, información pero no conocimiento!.

En general, sabemos demasiado y demasiado poco porque ya no somos (en términos generales) capaces de poner las cosas en relación.

En mi opinión, la mayoría de la gente ya no puede pensar, por eso deberíamos volver a escribir en cursiva, especialmente en la escuela.

Porque no se trata sólo de recuperar un estilo de escritura, sino de volver a darle aire a nuestros pensamientos.

Todo lo que nos hace vivir, lo que alimenta el alma, lo que sostiene el espíritu, está conectado con la respiración.

Sin aliento, como decían los antiguos griegos, no hay pensamiento. Y sin pensamientos no hay vida.

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