Es cíclico: cada 4 años se añade un día extra al calendario. Y como no podía ser de otra forma, añadir un 29 a febrero es más normal que añadir un 32 a los meses impares o 31 a los meses pares. Pero, ¿por qué?
Lo primero es entender qué es un año. Un año es una vuelta alrededor del Sol. Dado que la tierra está algo inclinada, las estaciones se definen por esta rotación, y nuestros días, horas... También. Usualmente tomamos 365 días como un año, y cada día como el tiempo que tarda la luna en dar una vuelta al Sol. Pero... Si tomamos un punto en el espacio, en realidad no tardamos 365 días en retornar de nuevo a ese punto, sino 365,24. Eso hace que cada 4 años se sume un día al calendario. Y ese cambio también tiene un pequeño error de 11 minutos al año.
El 29 de febrero es casualmente el cumpleaños del actual presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Podríamos pensar que, nacer este día quiere decir cumplir menos años, pero no es así, ya que el tiempo pasa igual y para nada es más que una construcción.
Pero, ¿qué consecuencias tendría no cambiar de año? Bien, pues que llegaría un momento en el cual un 28 de febrero sería verano, y las horas se descuadrarían. Levantarse a las 8 de la mañana oscuro y dormir de día, serían algunas de las consecuencias. El calendario actual está pensado por los solsticios, las estaciones por temperatura y clima, y las horas de sueño y de día, y que eso se mantenga. Por eso es matemáticamente tan importante.
Una parte interesante matemáticamente es calcular dentro de cuántos años volverá a caer 29 de febrero jueves. Cada 365 días (año normal) un día normal se mueve un día adelante (por ejemplo de lunes a martes). Y en bisiestos se corren dos posiciones. Pensando en eso... ¿Cuando será?