Resulta difícil entender a los votantes de la extrema derecha española, salvo que se haga un ejercicio de esquizofrenia, porque es un partido político cuya aportación a la vida política nacional es prácticamente indetectable. Votan en contra de todo pero no enmiendan ni proponen nada en positivo. Además, en relación con la legislatura anterior, al no tener 50 diputados, que es el mínimo que se requiere para llevar asuntos al Tribunal Constitucional, están prácticamente en el paro, salvo que recurran a sus amigos jueces, que los tienen y muchos, para enturbiar la vida política a través de Manos Limpias o Hazte Oír, como bien sabe la familia de Pedro Sánchez.
En las propuestas sociales que llegan al Parlamento votan que no a todo: a las subidas de las pensiones, a las aportaciones a Valencia por la Dana o a la Palma por lo del volcán, al Salario Mínimo Interprofesional, a las ayudas para la utilización del transporte público, o a que no se puedan expulsar de sus domicilios a las familias en exclusión. Es decir, están en contra de todo lo que favorece a la gente normal y, sobretodo, a la vulnerable. ¿Por qué se les vota entonces si no dan ni agua?
Eso sí, también votan en contra de las medidas que perjudican a los poderosos: el impuesto a las grandes fortunas, a la banca y a las grandes corporaciones, ¿quiere esto decir qu sus votantes son adinerados? Seguro que no. Sigo sin entender nada.
El líder de VOX, Santiago Abascal, cuando se repasa su biografía, se observa que es un patriota que no hizo el Servicio Militar, que no ha trabajado en su vida, pero que ha recibido pingües beneficios de chiringuitos que tanto desprecia cuando son otros los que recurren a ellos. ¿Toda una joya y un excelente espejo en qué mirarse?
No han dudado ni un segundo los líderes de VOX en tomar el avión para volar a Washington para asistir a la coronación del facha mayor, Donald Trump, ¿en qué idioma hablarán porque inglés no saben ni media? Para al final no poder entrar al lugar donde se celebraba el acto y tener que verlo por televisión, como si estuvieran en España, ¿hacían falta alforjas para este viaje? Trump no le hará ni caso salvo que los necesite para algo, pero que no lo busquen para nada.
Tienen en su punto de mira, como Trump, a los inmigrantes irregulares, que son el paso previo para regularizar su situación y ser regulares, a los que persiguen y desprecian. ¿No se han dado cuenta de que esta gente, a la que quieren expulsar, es la que hace los trabajos del campo que no quieren hacer los nacionales? Es más, en el campo, es donde reside la mayoría de los votantes de VOX. Pronto vendrá su “jefe” Trump y con sus aranceles, como hizo en su mandato anterior, y perjudicará a nuestros productos agrícolas como el vino o el aceite. Pero a pesar de esto, seguirán adorando a su “Gran Jefe Trump”, ¿alguien los entiende? Yo desde luego no.
Pero lo peor es que, el Partido Popular, en principio conservador, anda por ahí como pollo sin cabeza, sin aclararse y con una actitud errática que le lleva cada vez más cerca de VOX, sobre todo a través de Isabel Díaz Ayuso, al que necesitará para formar gobierno y ya tenemos experiencia en cómo se comportan los discípulos de Abascal en los gobiernos autonómicos cuando se han aliado con el PP. Inmigración, toros, nada que hablar de cambio climático, ni de Europa actuando como soberanistas. En su caso, si llega al gobierno una coalición PP-VOX, nuestro país entrará en caminos muy distintos a los de ahora.
Lo mejor es que sigan en la oposición y, a ser posible, sin que puedan utilizar a sus cachorros de Manos Limpias o Hazte Oír para ensuciar la vida pública.
Y el que los entienda que los compre, y a ser posible que cada vez sean menos.
Así sea.