Este domingo, la extrema derecha española hizo su manifestación casi semanal en Madrid, increpando al presidente español Pedro Sánchez y a todos aquellos que lo acompañan en la ardua labor de desguazar España, con los habituales gritos ultrajantes. El interés en esta ocasión era ver qué papel jugaba el PP de Feijóo, incómodo cada vez que se le presenta una nueva foto de Colón, es decir, una nueva convocatoria de la extrema derecha para cerrar filas y marcar paquete populista y neofranquista (y para cerrar España, naturalmente).
En esta ocasión, convocaba una cierta Plataforma por la España Constitucional. La presencia del Partido Popular no contó con la participación de Cuca Gamarra, Miguel Tellado o Diaz Ayuso. Núñez Feijóo pretendió salir del compromiso por la vía de intentar contentar a todos: él no asistió, pero envió a Carmen Fúnez, vicesecretaria de organización de la formación, cosa que significa que el Partido Popular estaba a todos los efectos, pero con jugadores de segunda división.
Tampoco faltó una nutrida manifestación de quién es quién de la derecha ultranacionalista española, desde Abascal hasta Vidal-Quadras pasando por Alvise Pérez, el chico sorpresa, e incluso Marcos de Quinto, quien tuvo un cierto papel dentro de Ciudadanos. Hipocresía aparte, se entiende que estas manifestaciones le den pereza a Feijóo, porque quien sale reforzada siempre es Ayuso. Esta vez, con veinticinco mil manifestantes según la Delegación del gobierno español en Madrid, tampoco fue la excepción y, el líder del PP es consciente de ello.
La manifestación se produjo en la plaza Castilla de la capital española, convocadas por la Plataforma por la España Constitucional y otras entidades de extrema derecha. Los impulsores no son demasiado conocidos por el gran público, pero sí en los entornos de Vox y las nuevas opciones a la derecha del PP. Entre los que han intervenido, destacan el exdirigente de Cs Marcos de Quinto junto a Juan Carlos Girauta, antiguo integrante de Ciudadanos, así como el exfundador de Vox Aleix Vidal-Quadras, que todavía arrastra secuelas del atentado que sufrió el pasado año.
Si no reaccionamos, lo peor está por llegar. Decían que España no se rompe y tenían razón: No se rompe porque ya está rota. La han herido, pero aún no la han matado, reivindicaba Vidal -Cuadras. El eslogan del acto era la petición de una convocatoria electoral para derribar a Pedro Sánchez, a quien los impulsores consideran que no fue elegido democráticamente (?) De hecho, entre el público había una plataforma que impugna los resultados de los últimos comicios porque sostiene que el reparto de escaños se realizó con un escrutinio provisional y no completo de los votos. Pero no este el motivo de la manifestación. No consideran a Pedro Sánchez un presidente legítimo, por los pactos con etarras, narcotraficantes y golpistas (?) y por la acelerada descomposición a la que el gobierno infame somete a la nación, en palabras de Vidal-Quadras.
La vía que Vox defiende para ir a las urnas es una moción de censura que Santiago Abascal ha afirmado que estaría dispuesto a votar incluso de la mano de Junts, siempre que no se cediera en nada con los independentistas. Sin embargo, Núñez Feijóo, está centrado en la batalla judicial y no tiene intención de plantearla porque no tiene los suficientes apoyos.
La derecha española todavía no ha superado el no poder estar en la Moncloa, su líder Feijóo, no se siente tranquilo y teme las opiniones de Aznar y Ayuso. A la segunda nunca le discute sus actos ni sus manifestaciones ni se atreve a plantarle cara, tiene muy vivo el recuerdo de lo que le ocurrió a Pablo Casado, su antecesor que, si se atrevió y perdió en la confrontación. En mi opinión, con esta tarjeta de presentación, no le considero capacitado para presidir el gobierno de España.