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¿Qué demonios pasa con los partidos políticos?

18 de Julio de 2020
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Las leyes dictan quelos partidos políticos deben de ser democráticos, y no os sorprenderá mucho, oquizas lo haga, si os digo que no lo son.

Hay mucha diferenciaentre que algo sea democrático en lo formal, en la apariencia, o que algo searealmente democrático.

Por poner otro ejemplode algo que es de una manera en lo formal pero no lo es en la realidad usare unejemplo tonto. La liga de futbol española es una competición donde en teoríapuede ganar cualquiera, formalmente, nadie empieza con más puntos que nadie,nadie empieza ganando 1-0 los partidos, nadie va a contar con ventajasarbitrales y nadie sale al campo con menos de 11 jugadores. Es una competiciónen la que formalmente cualquiera puede ganar la liga (¡Vamos ese Cádiz!). Larealidad, es otra.

Si prefieren unejemplo más relacionado con la política, quedémonos con ese famoso grito deindignación ciudadana que recordaremos fácilmente “Le llaman democracia y no lo esPor más que lo sea en lo formal y nominal no lo es realmente. Por mucho quevotemos y que votemos muy a menudo.

Pues a los partidospolíticos les pasa igual. Por mucho que voten o que voten muy a menudo. Soncasi por definición organismos que carecen de democracia interna. Y hace más deun siglo que alguien explico con pelos y señales por qué.  Fue Robert Michels, en su obra “De los partidos políticos” de 1911,cerca de 110 años ya, en la que enuncio la ley de hierro de la oligarquía. Esde hierro porque es inquebrantable. Y es de la oligarquía porque oligarquía escomo se llama a una clase dirigente privilegiada que ostenta todo el poder. Quees lo que Michels explica que pasa en todos los partidos políticos.

La ciencia política, alo que se dedicaba entre otras cosas el señor Michels, es una ciencia. Todastienen sus propios mecanismos y herramientas. No es lo mismo la ingenieríaaeroespacial que la biología que las matemáticas. Ni las ciencias humanísticaso sociales que otras. Pero todas en sus campos entre otras herramientas usan elestudio, la observación, postulan teorías, refutan ideas, sacan conclusiones ya veces estas conclusiones, a fuerza de observarlas cumplirse una y otra vez seconvierten en leyes.

Algunas no “inventan”nada, ni “Descubren” nada. Tan solo explican. La ley de la gravedad ya estabaahí mucho antes de que el ser humano empezara a andar a dos patas. Llega unmomento en el que nuestro conocimiento es suficiente para entenderla, definirlay prever que pasara si hacemos esto o aquello.

La ley de hierro, queenseguida explico un poco por encima en que consiste, no solo aplica a lospartidos políticos. Lo hace en general a casi cualquier organización social queno se organice de forma consciente teniendo en cuenta este axioma. Es decir,tal y como las hemos estructurado hasta ahora. Con fuertes jerarquías,concentraciones de poder etc. Por ejemplo, sindicatos, la iglesia, algunas asociacionesprofesionales, patronales…

Y es así porque de loque habla es del comportamiento del ser humano, y del comportamiento del serhumano cuando se asocia y se organiza, y los patrones que hemos observado milesy miles de veces. A la postre todas esas organizaciones de las que hemoshablado antes están conformadas por humanos.

Ahora bien, Michels loque observaba en concreto eran los partidos y la política y en sus dinámicas,comportamientos y mecanismos que se repetían una y otra vez se fijo. Y llego ala conclusión de que los partidos políticos estaban dominados por unas pocaspersonas que forman una elite que tiene todo el poder real.  De lo que era casi –importante el casi–imposible escapar.

Largo seria explicaraquí todas esas dinámicas. Pero a vuelapluma podemos enunciar algunosargumentos principales de la ley sobre los que luego puede hacerse zoom con todo el detalle del mundo si sequiere. De hecho, se hace por parte de quienes estudian estas cosas y esconveniente que todo el mundo interesado en la politica lo haga tambien.

Para intentar gobernarun país y representar a millones y millones de personas confrontando con otrospartidos que representan a millones y millones de personas tienes que tener unaorganización muy muy grande.

Cuanto más grandes sehacen las organizaciones, más burocráticas se vuelven. Por un lado, porque esnecesario especializarse en tareas muy complicadas, y por otro lado, porque susdecisiones cada vez son más difíciles y además deben de tomarse más rápidamente.Lo que va convirtiendo a los partidos en “Maquinariasde guerra electorales”. Expresión que por cierto tiene más de un siglo.Esto provoca que los individuos que saben cómo tratar esos temas complejos, oque pueden abordarlos porque tienen un sueldo del partido para que se dediquena ello toda su jornada laboral, se van volviendo imprescindibles, formando unaprimera elite de la que ya no es fácil prescindir. Esa Elite es seleccionada ypagada por quienes ostentan el poder en las organizaciones, que son quienesdeciden a quien y como se promociona o contrata y a quien no. Con lo que seaseguran –conscientes del poder que van a tener– de que sean personas afines aellos y que se ayuden mutuamente en la persecución de sus mutuos loables –o no–objetivos. A saber, mantenerse cada cual en sus posiciones y tener poder para,con las mejores intenciones del mundo o las peores, llevar a cabo lo que quierenque se haga.

Las elites nopermanecen absolutamente estáticas. Porque la gente se hace mayor, sedesvincula, el tiempo pasa, se dejan de perseguir los mismos objetivos que elresto de la elite, se cae en desgracia etc. Así pues, las elites se vanrenovando poco a poco cíclicamente, dando entrada a nuevos individuos ensustitución de los anteriores. Estos individuos pueden perfectamente pertenecerde inicio a la base popular, a la militancia, aunque pronto dejaran de serlo.

En momentos en los quelas cosas vienen mal dadas, los resultados son malos o hay que enfrentarcrisis, sea lo que sea lo que las ha generado, la brecha entre el lider y su elitedominante y la militancia puede ser tan grande que provoca el surgimiento degrupos que denuncian a la elite y se quejan de lo imperfecto del sistemademocrático interno. Esos grupos están integrados por un número relativamentepequeño de militantes y se organizan en denuncia del poder establecido, lo queles hace ir poco a poco convirtiéndose en otra elite. Cuando alcanzan el podernormalmente no es de golpe, si no mezclándose poco a poco con la anterioroligarquía de la que pasan a ser parte.

Si llegan a ser partede esa Elite y a tomar las decisiones lo hacen porque han ascendido dentro dela organización y por ello han alcanzado el estatus de élite separándose de labase a la que un día pertenecieron. Más tarde, otros grupos vendrán quedenunciaran a estos y les acusaran de traición a los ideales que les hicieronnacer. En esta dinámica parte de ellos volverán a mezclarse con la eliteexistente y así perpetuamente hasta el infinito y más allá.

En ocasiones estosprocesos pueden darse muy de golpe si se da el caso de que “Por Arriba” segenera un cambio de líder repentino, o un cambio de criterio político o simpatíassúbito del propio lider. Por ejemplo, que un candidato inesperado se haga conla victoria en una elección interna, o que un líder asentado decida cambiar porcompleto todo su entorno y toda la elite existente por otra diferente por losmotivos X. En esos casos la elite será sustituida casi en su totalidad por unanueva más pretoriana, más férrea si cabe, pues ha debido de enfrentarse ytendrá que seguir haciéndolo en el futuro con una antigua elite ya organizada ycohesionada, lo que planteara un escenario de lucha constante hasta que una de ellassea expulsada o se escinda, pues raro es que se diluyan solas silenciosamente.

Hablaba antes de ladicotomía que se establece –falsa e interesada a mi entender, aunque nototalmente inexistente– entre eficiencia y democracia interna. Instalados enesa dicotomia, para que la organización sea eficiente necesita un liderazgo muymuy fuerte que la impulse y acorte las esquinas. El precio que se paga por unliderazgo que marque el tono y el ritmo así es menor democracia interna y mayordependencia del lider. La propia psicología de las masas hace deseable elliderazgo. A los humanos en general nos es más cómodo y más fácil (Y oye, nohay nada de malo en ser un humano) que nos resuelvan los problemas y nosindiquen el camino. A veces no lo elegimos así, tenemos libre albedrio, pero latendencia innegable en sociedad está ahí. Y a mayores y más complejos desafíos,más nos alivia.

Que nos resuelvan esa“papeleta” es algo que se agradece al líder y suele generar entre otrosfactores un culto a la personalidad del mismo. Lo que refuerza su posición deelite y la de aquellos que él ha seleccionado e incluido en su grupo de poder.A la postre las atribuciones de la militancia acaban siendo únicamente elegir, omejor dicho refrendar de tanto en cuanto a ese lider o a quienes ese liderseñala como adecuados.

Esos líderes o líderde los que hablamos, en las organizaciones jóvenes suelen surgir de una formamás o menos espontanea o por acontecimientos concretos más o menos excepcionales.A medida que las organizaciones crecen esos líderes van profesionalizándose yteniendo que atender a asuntos cada vez más y más complejos, para lo que van atener que rodearse como decíamos antes cada vez de más profesionales a tiempocompleto. Que  ya sabemos conforman ungrupo privilegiado promovido por otro y que se complementaran y ayudaran aperpetuarse. Dicho en palabras del propio Michels “Cuanto más sólida se hace la estructura en el curso de la evolución deun partido político moderno, tanto más se marca la tendencia a reemplazar allíder de emergencia por un líder profesional. Toda organización partidaria queha alcanzado un grado considerable de complicación necesita que haya ciertonúmero de personas que dediquen toda su actividad al trabajo del partido”.

Esto produce un primerefecto inmediato que es el alejamiento absoluto del líder del resto de lamilitancia o cuadros medios de la formación. El líder pasa a estar rodeado deun pequeño grupo de empleados, colaboradores cercanos, personas de su confianzaque ha elegido o incorporado a su núcleo por conveniencia, necesidad onegociación, que pasan a ser sus únicos ojos y oídos en la organización. Estose agrava si se incluye, y dado el aislamiento es corriente, que el líder serodee de gente con la que se tiene en el grupo relaciones personales ofamiliares, pues la confianza y lealtad antes que cualquier otra virtud pasa aser el factor fundamental. Más importante que la capacidad, iniciativa, formacióno cualquier otra consideración.

El líder ya soloconoce lo que ese grupo le cuenta. Y lo que ese grupo privilegiado le cuenta,tiende en general –cuando no lo hace de forma absoluta– a contar la mejor versiónde sí mismo, y la peor versión de quien no está de acuerdo con ellos.

Esto genera que lavisión que el líder tiene de su propia organización esté sesgada, y en ocasionesdeformada. Teniendo un mal concepto de algunos integrantes o grupos. Lo quehará que estos vean sus posibilidades de crecer, aportar o influir en laorganización mermadas por la desconfianza que en el líder y su entorno generan.Esto funciona a modo de profecía auto cumplida. Esos integrantes que quizás enun primer momento no tenían realmente ningún problema con el líder, ahora siempiezan a tenerlo pues notan esa merma de confianza y de posibilidad deaportar. Con lo que no tardaran en criticar los procesos internos y lasdinámicas, lo que hará que el núcleo del líder pueda justificar los recelos queen su día manifestaron contra esas personas. Aumentando así su influencia y elbuen criterio que la figura principal tiene de ellos, generando aun mayor dependencia.

Ya eran sus ojos yoídos, ahora, empiezan a ser también su opinión y su pensamiento. Y ya quefueron seleccionados en base a la lealtad y confianza lo que incluye relacionesfamiliares y personales, tienen también en buena parte su corazón.  Con lo que tenemos una organización donde elLíder y su núcleo dirigente cercano, sumado al equipo profesional que losanteriores eligen y promocionan, es la elite absoluta oligárquica a la quenadie puede ni podrá jamás hacer sombra.

Esta se ira renovandopoco a poco con quienes la propia elite vaya decidiendo incorporar. Aunquesiempre con un ojo vigilante a quienes quieran desplazarles de esa posición, yapertenezcan a la militancia de base o a su propio grupo. Pues entre las propiaselites hay rangos escalafones y cuotas de poder que están en constanterenovación y lucha.

Esto a la postre, haceque el 90% de las energías y acciones de quines dirigen los partidos esténorientadas única y exclusivamente al mantenimiento de dicha posición de privilegio.Y explica muchas de las acciones, discursos o iniciativas que se llevan a caboque a primera vista no nos son comprensibles pero que cuando se ven bajo estaóptica, tienen un sentido pleno e insoslayable. Todo se entiende de golpe.

Por eso La ley de hierrode la oligarquía de Michels es para un politólogo como para un astrofísico lagravedad, nada se entiende en su disciplina que no pase o esté afectado porella. Todo lo que hacen las elites que deciden en un partido político. Esdecir, lo que hace el partido político, esta con los dos ojos fijados en lalucha por permanecer o no en esa posición. Porque si no estás ahí, no estás enabsoluto. Y porque no hay cabida para opiniones, influencia o capacidad deobrar si no eres parte del nucleo.  Todoel mundo, con sombrías o maravillosas intenciones, ha de estar ahí para poderhacer algo.

O eso, o abandonar laorganización, cosa que sucede en la mayoría de las ocasiones. Generalmente laspersonas o grupos que menos capacidad o voluntad tienen para estar en el barroy la lucha constante. Aquellos en quienes no esta en su espiritu o animo elluchar cada día de tu vida con compañeros y compañeras. O aquellos cuyo unicointerés era conseguir el poder y dan por perdida la batalla. O quienes entraronen política por ideales de mayor calado que no se corresponden con la realidadque perciben. Por que llegaron para emplear el 100% de su energía en objetivospoliticos y no ese pauperrimo 10%.

Por el motivo que seadejan de ver el partido como una herramienta útil a sus propósitos y loabandonan más o menos expresamente. Esto hace que quienes permanecen seanusualmente quienes más cómodos se sienten en ese terreno de lucha constante yquienes mejores herramientas han sabido desarrollar para sobrevivir en ese ambiente.Sean estas el servilismo, o la intriga politica, o la movilización de recursosmilitantes de base en pos de sus intereses concretos y así una larga lista. Endetrimento de otro tipo de capacidades también necesarias en un partidopolítico.

El aumento de la endogamiainterna es inevitable, y las posibilidades de revertir la situación ante lapérdida de ecosistema interno y de potencia de contestación, inexsistentessalvo cataclismo.

Esto es solo undesarrollo muy por encima de los postulados básicos que describió Michels hace110 años. Ya estaban escritos antes de que existiera el PP, IU, Podemos, C´s,PdCat y demás partidos. Michels no le tenía especial manía a partidos quenacieron décadas después de su muerte como supondréis. No habla de ningúno enespecial, y habla a su vez de todos.

Si eres militante decualquier partido politico en cualquier lugar del mundo, puedes creer que en eltuyo no sucede esto. Es posible que en él se hayan logrado implementarherramientas para evitarlo. Puede que tengas razón. No obstante, parate unsegundo a pensar, lee un poco más sobre la ley de Hierro, y comprueba y observasi esos procederes, tendencias etc, suceden en tu partido. Haz un poco deciencia, política en este caso.

Si en tu partido nopasa nada de esto, enhorabuena. Tu partido es democrático. De lo contrario, nolo es.

Porque puede nosuceder, todo lo anterior no es inevitable. Es la tendencia natural inexorablede todos los partidos, pero la conocemos. Para eso hacemos ciencia. Y no seconoce esto desde hace “Sólo” 110 años, si no desde hace 2500. La democracia Atenienseera especialmente consciente de que esto sucedía. Y desarrolló –me permito insistir,hablamos de hace miles de años– sistemas y estructuras capaces de desactivarestos problemas que se habían diagnosticado.

Hay modelos, haymaneras y posibilidades que cortocircuitan ese desastre. El grado deoligarquización depende muchísimo de la separación de poderes dentro de unpartido, de la independencia “Judicial” (Comisiones federales de ética,Comisiones de garantías o similares) de los equilibrios de poder y Check andBalances, del control de los medios de comunicación oficiales (Boletines, basesde datos, grupos o canales de Watsapp), de la limitación de mandatos, deportavocias rotatorias, de modelos de liderazgo limitado o compartido, deregular las condiciones de acceso al poder de forma rotatoria, de dar entradaal mismo a personas ajenas a las elites pero de manera que no sean ellas lasque elijan las siguientes y no puedan incidir en esa elección, y muchas otrasmaneras.

Existe la ley de lagravedad, pero a fuerza de observarla y entenderla, el ser humano ha logradoconstruir aviones y cohetes espaciales y volar. Hemos desarrollado herramientasque nos ayudan a burlarla. Se pueden hacer aviones, si la elite decide construirlos.

Existe la ley dehierro, pero a fuerza de observarla y entenderla, el ser humano ha logradodiseñar estructuras que propicien partidos democráticos. Hemos desarrolladoherramientas que nos ayudan a burlarla. Se pueden hacer partidos democráticos,si la elite decide construirlos.

Si eres militante deun partido político, el que sea, a ti te corresponde analizar y pensar y llegara la conclusión de si la elite oligárquica de tu partido ha decidido que tuorganización vuele como un avión, o se arrastre por el fango.

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