Rizando el rizo vamos a tener que hacer cursos para algo tan extraño, complicado y antinatural como es: relacionarnos con el prójimo cara a cara, sin que nuestro elemento facilitador sea una pantalla.
La juventud conoce, selecciona y coquetea con su ligue a través de una aplicación, cuando se ven en persona, tienen casi todos los trabajos hechos…
Cancelamos un contrato a través del móvil.
Apoyamos un proyecto desde la página web haciendo un frío click.
Llenamos nuestra despensa sin movernos del sofá, sin ver el rojo de los tomates ni oler el pan.
No corremos riesgos, no nos enfrentamos a situaciones incómodas pero tampoco vivimos el entusiasmo, la pasión o el nerviosismo de la otra persona. Situaciones que hace un tiempo suponían un momento de inflexión en el día a día, ya no son sino dos minutos fríos e impersonales.
Cuando en mis grupos de trabajo, abrazo a mis mujeres, les aprieto las manos mirándoles fijamente a los ojos, noto el vértigo en su cuerpo y la sensación de vulnerabilidad al traspasar la valla de su parcela de seguridad.
La proximidad nos lleva a lugares y sensaciones maravillosas, derrite la coraza de cera como los hielos entre limón de esa copita en esa sobremesa al sol.
¡¡Eso es vivir y compartir!!
Acercarnos y arriesgar. Sentir y recibir. ¡Observar y disfrutar!
El mundo avanza y muy deprisa pero tengo claro que en las relaciones personales, estamos retrocediendo como necios y me niego y me revuelvo ante esto!
Cada mañana estrujo a mis hijos contra mi pecho, huelo su piel y observo sus ojos. Al salir a la calle busco la mirada cómplice de quienes son de “mi pelo”. Sigo dando los Buenos Días en el ascensor, y besando al llegar a una reunión porque es de lo poco que nos queda HUMANO, nuestra proximidad y nuestra expresividad. Para quienes ensalzan la IA y sus virtudes, dadle una vueltica a esto “muchachones”.
Esta pelotita en la que estamos es de los vivos, sea ardilla o María Pilar, y el calor y las emociones de la cercanía, nunca será equiparable a ninguna cosa producida por algo que necesite de un cargador…
Derritamos la cera y que corran ríos entre nuestros pies porque eso es VIVIR….¡¡Compartir y Sentir!!