Queja sobre las oposiciones

Cristina
01 de Julio de 2025
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Oposiciones Justicia

Como no he tenido la Fortuna de que saliera algún tema que pudiera defender con dignidad, y no quiero quedarme con los brazos cruzados durante los 30 minutos de rigor, he decidido expresar mi disconformidad con este proceso poco transparente e injusto que llamamos “oposición”.

¡Vaya cosa más obsoleta, la oposición! En un país en el que cada año está más desvirtuada la figura del docente, y en el que cada vez somos menos los que nos queremos dedicar a la enseñanza, un examen de estas características me parece desproporcionado.

Para empezar, sin haber calculado el porcentaje, creo que podría afirmar que más del 50% de los temas que debemos estudiarnos no sólo no son necesarios para enseñar de forma más que satisfactoria en un nivel de secundaria/bachillerato, sino que tampoco son estudiados durante la carrera universitaria. Añadimos a esto un examen práctico de cuatro horas (en cierto momento, me bailaban las letras, gracias al cansancio y al calor), con textos que jamás llegaremos a trabajar con nuestro alumnado (especialmente sin diccionario), y de una longitud en la mayoría de los casos inabarcable.

En cuanto al temario, por otro lado, cuánto mejor sería unificar un temario oficial y realizar un examen tipo test, corregido de manera mecánica por una máquina, de manera que no haya ninguna suspicacia por la intervención humana. Además, ¿desde cuándo uno es mejor docente por saber más? Disculpen la osadía, pero la experiencia me dice que no suele ser el caso, puesto que he conocido muchos “cerebritos”, grandes genios, que eran incapaces de transmitir esos conocimientos a nivel usuario e, incluso, conectar con su alumnado, algo imprescindible hoy en día, con tantos problemas de salud mental entre la población adolescente.

Para terminar con este conato de queja informal, apelaré a la poca transparencia del proceso, puesto que jamás se nos informa de la razón de las calificaciones obtenidas, aunque en nuestra práctica laboral día a día vemos que la única manera de aprender y mejorar es conociendo nuestros errores.

Me parece bastante vergonzoso que gente licenciada (o ya graduada) en Clásicas, muchos de nosotros con calificaciones inmejorables, incluso con doctorados, de pronto sean tan completamente inútiles que no lleguen ni a un uno. Es muy frustrante.

Con todo, me quedo con mis alumnos, que año tras año, instituto tras instituto, me piden por favor que vuelva a darles clase el próximo curso. Pero esto se ve imposibilitado por este maravilloso sistema, negando a los alumnos una continuidad que les beneficiaría notablemente. Sin embargo, el cariño de los alumnos me demuestra que, aunque durante cada oposición intenten hacerme sentir una inútil, yo estoy haciendo bien mi trabajo. Y eso es lo que importa.

SI habéis leído hasta el final, gracias. Nos vemos en las aulas.

 

Cristina, interina perpetua.

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