Esa voz con ese mensaje se escucha sin cesar en la calle Génova número 13 de Madrid, como si el GPS de la sinvergonzoneria se hubiera perdido de la ruta marcada por el conductor. Un ataque de pánico sufren en la planta noble de la sede del Pp, cuando escuchan la voz de los acusados del caso correa gúrtel destapando la mentira enmarañada por comisiones ilícitas y sobre sueldos. Incluso empiezan a saltar en el balcón de la sede pagada supuestamente, con dinero opaco, para huir de la debacle que se puede avecinar. Recordando las victorias tramposas conseguidas en contiendas electorales. Yo no afirmo absolutamente nada, dios me libre, laicamente me expreso y digo a pulmón abierto. Pulmón que anhela aire fresco, sin carcas que huelen a corrupción y tratos de favor, rompiendo la máxima de la igualdad que reza nuestra Constitución. Solo queda esperar que la ruta calculada de nuevo sea cierta, tan cierta como la verdad que la justicia averigüe en el juicio aplazado
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